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Sentimientos, reflexiones, historias y opiniones del viaje que es la vida.

enero 27, 2004

31.10.03 Jirafa en Halloween

Halloween. Noche de brujas. Tradición celta llevada por inmigrantes a Estados Unidos y difundida por todo el imperio que han construido. No sé en Asia, pero aquí en América sí se celebra esa fiesta en muchos sitios. Hoy hay varios raves, fiestas de disfraces y cenas por Halloween. Yo nunca lo he celebrado y no conozco a nadie que lo celebre aquí. Al menos no de mis amigos. Sin embargo me habría gustado ir hoy a celebrar esa fiesta, para alejar los malos espíritus (para eso se disfraza uno, para asustar a los malos espíritus que salen a vagar por el mundo de los vivos hoy por la noche). Cada año se celebra más esa fiesta. En mi familia no hay tradición de celebrarla, pero cada vez más hay familias y colonias enteras que la celebran: decoran la casa con calabazas, esqueletos, brujas, fantasmitas y velas. A mí me parece algo importado, sin embargo, es una excusa para fiestear y yo, tenía ganas de ir a bailar… ¿por qué no he ido sola? En mi país es peligroso que una chica ande sola de noche. Por lo menos tendría que haber ido con una amiga, pero a mis amigas esas cosas ya no les gustan. Andan en otros rollos.

Hay varias razones por las cuales esa fiesta no está totalmente instalada en el país: en primer lugar, es una fiesta importada que evidencia el colonialismo gringo. Por eso nunca se ha celebrado en mi familia. En segundo lugar, las iglesias católica y evangélica amonestan a sus fieles para que no se inmiscuyan en celebraciones “paganas y satánicas” (¿!?), en tercer lugar, la pobreza de la mayoría de personas no les permite estar haciendo gastos superfluos. Y además, aquí se celebraba antes, según me cuenta mi madre, el “cachún”, la versión autócotona del Halloween. Niños cubiertos con mantas blancas, salían a pedir de casa en casa, dulce de calabaza con azúcar morena diciendo:
“Ángeles somos
del cielo venimos
cachún pedimos”

Y mañana es el día de los Santos en los países de tradición católica. Iré a dejarle flores a mis muertos. Por cierto, hasta en sueños he enterrado lo que tenía que ser enterrado. Y estoy feliz. Los huesos sirven de abono para la nueva vida. Aquí se hace una comida especial por el día de los Santos, además del dulce de calabaza (que aquí llamamos ayote). Se hace fiambre. Una mezcla de verduras y embutidos que se sirve frío para la comida. A mí me encanta. Y es una celebración familiar: se va a dejar flores al cementerio y después, toda la familia se reúne para comer el fiambre. Se reúnen tíos, abuelos, primos, hermanos, etc… Algo ha quedado grabado en el inconsciente colectivo respecto a esta fecha pues en muchos países del mundo, se celebran rituales para recordar a los muertos. En mesoamérica ya se realizaban ritos para conmemorar a los muertos durante estas fechas. Y como aquí todo es una conjunción, sincretismo puro, cuando los barriletes (cometas) llegaron a estas tierras, se empezaron a hacer en tamaño enorme para elevarlos el 1 de noviembre desde el cementerio de algunas comunidades indígenas y comunicarse con los muertos. También se acostumbra llevar comida a los muertos, la “cabecera”, para que ellos coman y se enteren de que siempre son recordados.


02.10.03 Necrojirafa

A mí que me cremen después de donar mi cuerpo a las personas que necesiten algo de mí. Prefiero que me cremen. Hoy fui a dos cementerios: uno donde está mi abuelita y otro donde está una prima a quien nunca conocí: fue un mortinato. Viendo los monumentos funerarios del cementerio más antiguo de la ciudad, construidos hace tres siglos con tanta pompa, con tanto adorno y algunos ya derruidos (parece una locación perfecta para una película de terror), he pensado en lo vanidoso que somos los seres humanos… Al final lo único que importa es vivir la vida: vivirla bien, siendo feliz, creciendo como persona, dando lo que tenemos, amando, disfrutando lo que hacemos, poniendo nuestro granito de arena en la construcción de un mundo mejor… Vivir. No sobrevivir. Hay etapas necesarias de sobrevivencia pero no tienen que ser tan largas.


03.11.03 Jirafa meditativa

A veces me gustaría no pensar tanto. La meditación ayuda a detener el flujo desbordado de pensamientos. Estoy al borde de elecciones de vida y no sé si lo que he elegido será lo mejor. Y sé que nadie puede decidir por mí. Sólo yo. Y que soy responsable de mis elecciones. Antes tomé decisiones precipitadas, basadas en muy pocos datos o en datos irreales, fantasiosos, que me han perjudicado enormemente. Claro que algo bueno se le saca a todo, pero podría estar mejor de lo que estoy ahora, de haber elegido más sabiamente antes.

Pero a pesar del peso que llevo encima por estas decisiones, quiero manifestar mi alegría por haber comprobado que sí, que se puede salir de una depresión de años. Hay que estar atentos, no perder la esperanza ni la perspectiva y trabajar duro. Hay que aprender las lecciones de la depresión. Aprender lo que ella está enseñando. Es un proceso largo, doloroso, lento, pero vale la pena. Y aunque a veces pareciera que no hay salida, cuando la lección se ha completado, se sale de allí. Por momentos, yo creí que no podría, porque encima se juntó la depresión crónica agudizada con el duelo de una ruptura amorosa, pero gracias a Dios, a la terapia y a mi esfuerzo, estoy saliendo. El ciclo se ha completado. Quizá por eso es que me siento más vieja. Porque he aprendido algo. Y eso me ha cambiado. =) ¡¡Y estoy orgullosa de ello!!

En algún momento, hace algunos años, pensé que yo no quería abandonar mi tristeza crónica porque ya me había acostumbrado a ella. El mundo es como es, y el ser humano es como es: siempre va a haber suficientes motivos para estar triste o inconforme. Pero que esos motivos sean motores que impulsen a la acción, no a la depresión. Eso era algo que me costaba comprender.

Soy muy compleja. Quisiera serlo menos, para complicarme menos la vida, pero bueno, soy así y así me quiero y me acepto. Tengo que vivir con ello. Quisiera hacer tantas, tantas cosas. Pero sé que, como decía mi abuelita: “quien mucho abarca, poco aprieta”, y hay que definir una línea de trabajo y ser consecuente con ella. No quisiera abandonar nada, pero las elecciones son así: siempre dejan fuera algo, nos guste o no. Tomas una cosa y dejas otra. No se puede con todo al mismo tiempo. No se puede ser y no ser al mismo tiempo. Es un imperativo categórico.

En fin, seguiré pensando, recabando datos, observando con objetividad antes de tomar una decisión. Todavía tengo un tiempecito.

Hay tantas heridas en el alma de la humanidad. Ya, ya alguien objetará que el alma no existe. Yo siento que sí. Pues decía: hay tantas heridas en el alma de la humanidad… Acabo de ver un documental de los campos de exterminio nazi desde 1941, cuando empezaban a experimentar con el gas para exterminio masivo. Invadieron los pequeños países del este y reclutaban a los habitantes para que les ayudaran en la persecución y extinción de judíos (y luego gitanos y todo lo que no fuese ario). Entrevistaron a un ex soldado y cuando le preguntaron si no se sentía culpable por haber matado dijo que obedecía órdenes y que los judíos eran egoístas. Insistieron en preguntar si su conciencia no le decía nada por haber matado niños y dijo que había estado preso 20 años por haber participado en la guerra. Y que no iba a responder nada más. Creo que si le dieran la oportunidad de matar de nuevo, quizá lo volvería a hacer sin intervención de su conciencia ni su alma. Creo que está muerto. Y además, los exterminios siguen: basta ver las estadísticas de muertes por desnutrición y las varias naciones en guerras diarias, en los noticiarios. O la violencia social…

Es bien fácil buscar culpables afuera. Desplazar lo que no amamos de nosotros mismos, lo que tememos, lo que odiamos de nosotros hacia afuera. Creo que esa es la raíz de todo tipo de discriminación y de racismo. Siempre los malos son los otros, los diferentes, los menos, los extranjeros. Y eso lo he notado con algunos extranjeros que conozco: sus amigos, son extranjeros. De turistas todos les sonríen, pero ya de residentes los miran con recelo. Un amigo mío que es europeo, no consigue trabajo por ningún lado (y todos –hasta él- habíamos creído que por ser europeo se le facilitarían las cosas, dado el malinchismo prevalente, pero no: nos equivocamos. Si no se viene con contrato, es más difícil encontrar trabajo siendo extranjero… y eso es algo que sucede en todo el mundo). Pero la sociedad de consumo, masificada, globalizada, nos da la oportunidad de resolver esos problemas porque hay un elemento homogenizador que logra salvar cualquier tipo de discriminación: el dinero. Ya lo dijo Quevedo hace cinco siglos: “Poderoso caballero es don dinero…” Ahora las ideas y los ideales se han devaluado. Quizá el trasfondo de toda guerra ha sido desde siempre el económico, a pesar de lo que pueda aparentarse a simple vista, pero ahora se han quitado los velos y es el dinero lo único que importa. Por eso hay tanta codicia, tanta forma de hacer dinero fácil, tanto afán de poder y tanta violencia en países como el mío, en donde hay recientes heridas de una guerra de guerrillas, en donde la discriminación hacia la mayoría indígena se tolera y se apoya por parte del estado, en donde el narcotráfico y todas sus secuelas pueden enriquecer a cualquiera de la noche a la mañana y la descomposición social de toda esta mescolanza, trae consecuencias muy dolorosas y muy serias para el país y la sociedad.

Cuesta aferrarse a la esperanza con panoramas tan grises, por no decir negros. Con tanta muerte rondando a diario. Con gobiernos corruptos, que viven de la injusticia, la muerte y las ilegalidades. Deberían legalizar la droga en todo el mundo. Total, si alguien se siente muy mal con su vida y quiere darle emoción o de plano destruirla poco a poco, siempre va a encontrar la manera de llegar hacia la droga de su elección si no encuentra ayuda, amor y esperanza para dejarla a tiempo. De todas formas, el alcohol y el tabaco son drogas legales a pesar de ser muy potentes y mortales. A las estadísticas de la OMS de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, cáncer, cirrosis, accidentes automovilísticos, y de morbilidad de enfisemas pulmonares me remito.

Este fin de semana me di cuenta de algo que duele. Es algo sabido de todos, o la mayoría, creo, pero yo no lo había percibido así. Soy de un país chiquito. Insignificante si se quiere. Bueno para turismo de aventura o como destino exótico de viaje. Llamativo por el vestuario colorido de sus “tribus” (grrr!) indígenas y los restos de la cultura maya. Que no figura entre los países más conocidos de América. Los gringos creen que todos los latinos somos brasileños, mexicanos o colombianos (y a Colombia la conocen lamentablemente en todo el mundo por el estigma de la coca). Los europeos creen que todos somos sudamericanos. Somos aliens. Y encima el drama de la mayoría de países pequeños es, como dijo Facundo Cabral (un cantautor argentino que me agrada) que los viejos quisieran ser europeos y los jóvenes quisieran ser gringos. Y todos sueñan con emigrar para vivir mejor. Quienes detentan el poder económico a través de los medios de producción no viven ese drama. Generalmente son descendientes de europeos o de gringos y se asumen como tales. Los indígenas luchan por abrirse espacios de participación y de igualdad, algunos de ellos están orgullosos de ser indígenas y otros se cambian de apellido, de costumbres para tratar de integrarse al mundo ladino, mestizo, hispano. Un amigo mío dice que no somos latinos, porque latinos son los italianos, españoles, portugueses. Ni hispanos, porque los españoles también son hispanos. Que somos latinoamericanos. Pero nosotros en mi país, los que somos una mezcla de sangres y ADN de indígenas, españoles, y algunos negros… ¿Qué somos? ¿Quiénes somos? ¿Qué queremos? ¿A dónde vamos y para qué? Cuesta encontrar la autoestima nacional ante esta realidad. Y cierto, puedo decir que soy ciudadana del mundo pero comparto también lazos, tradiciones, imaginarios y sangre con las personas que habitan este espacio geográfico.

Algunos intentan responder eso tiñéndose el pelo de rubio y colocándose lentes de contacto azules o verdes, imitando el american way of life. Otros se declaran indígenas y se dedican a hablar por ellos, a trabajar con ellos, a luchar por ellos (como Marcos en Chiapas). Una gran mayoría vive masificada: Música pop enlatada, Hollywood, MacDonalds y Coca-cola. A otros les da igual y se dedican a vivir su vida, trabajar, mejorar económicamente: cero bolas. Y otros nos quebramos la cabeza cuestionándonos y buscando respuestas. No sé si las hay. Espero que sí.

Tengo miedo. Además de las elecciones de vida de las que hablé antes, también habrá elecciones externas: Dentro de poco serán las elecciones de mi país. Y hay un clima de desconfianza, de violencia política y social, de desestabilización, que no sé si irán a ser elecciones limpias. Y si por fraude queda el genocida… No sé qué irá a pasar… He escuchado a muchas personas decir que si él gana, emigrarían a otro lado… Emigrar, para ser en el nuevo país (más todavía, porque aquí todos juntitos no lo sentimos tanto) aliens, extranjeros (y los comentarios de los habitantes del país de acogida: “se deberían quedar en su país, porque desde que vinieron hay más: violencia/ drogas/ problemas/desempleo, etc…” ). Es feo sentirse así, extranjero y discriminado, ser visto como bicho raro… Lo sé. Ya me ha tocado vivirlo. ¿Es esa la solución? Lavarse las manos y emigrar. ¿O seguir soportando sin decir ni siquiera “esta boca es mía”? Soportar volver a vivir un régimen de terror, de silencio, de masacres, de violaciones (más, más todavía que las actuales) a todos los derechos y encerrarnos en el individualismo de: “mientras mi familia y amigos estén bien y yo pueda ayudar un poco a quienes tengo cerca…”… ¿Es esa la solución? ¿Hacernos los locos? ¿Enterrar la cabeza? ¿O volver a iniciar un movimiento clandestino, como una amiga me dijo? Pero bueno, no nos adelantemos. Todavía falta una semana para las elecciones. Lo triste es que quizá sea cierto que cada pueblo tiene el gobierno que se merece… Bueno, bueno. Tengamos esperanza. No nos adelantemos. Demos tiempo al tiempo. Veremos qué pasa.


25.11.03 Jirafa aliviada

Las elecciones pasaron y gracias a Dios y a nuestros votos, el genocida no ganó. Ahora hay dos candidatos uno de derecha y otro de centro-derecha; ninguno me convence y por lo tanto no iré a votar en la segunda vuelta… O votaré nulo para manifestar mi descontento por ambos candidatos.


03.12.03 Jirafa que mira al pasado

Estos poemas de Borges me recordaron mi historia reciente. Son apego al 100%. Y el último, me recuerda una exposición de Borges a la que fui. En ese tiempo creía que tendría que poner ese poema como epitafio de mi vida. Pero gracias a Dios, no. Con mucho, mucho esfuerzo, con terapia y mucho amor de mi familia, ya no será mi epitafio. ¿Cómo no ser feliz cuando puedo rodar por la colina de una aparente montaña cubierta de césped que esconde en su seno una pirámide maya? ¿Cómo no ser feliz, sabiendo que vivo, a pesar del dolor de tanta muerte que ha habido en mi vida? ¿Cómo no ser feliz viendo una lluvia de estrellas, un atardecer desde una colina-templo o la luna junto a Venus? Creí que no volvería a ser feliz. Pero ahora sé que se puede ser feliz, aunque te hayan desgarrado el alma y te hayan destrozado el corazón. El espíritu humano tiene una fortaleza indestructible. Y la vida siempre se abre paso. Por muy mal que un ser humano esté, siempre queda en lo más profundo un núcleo intacto, quizá sólo un punto. Pero es a partir de ese minúsculo punto de vida que se puede volver a construir sobre las ruinas y renacer de las cenizas.

Y algo más, la depresión que he pasado, además de hacerme más fuerte, más comprensiva, más compasiva, conmigo misma y con los demás, me ha hecho crecer. ¡Y ya la estoy pasando! Creí que nunca podría lograrlo, y sin embargo aquí estoy. Ha sido una dura lección de vida. Y la agradezco profundamente. Comprendo –y admiro- a los sobrevivientes de guerra. Sé que siempre habrá mucho, mucho que me haga recordar y me haga nostalgiar, pero aún con ese dolor de fondo, puedo ser feliz y seguir adelante. Sobre todo, porque ese dolor de fondo tiene mucho de apego y de egoísmo y eso está desapareciendo de mi vida poco a poco, a paso lento pero seguro. Y el apego no es amor. El apego se irá. El amor no. El amor, es el amor. Anidó en mi corazón y me ha hecho crecer como persona. Uno ama simplemente, y no debería esperar nada a cambio. Ser amado es un regalo. Y tengo fe en que volveré a enamorarme, a amar y seré amada de verdad. Lo único que espero es que no esté sucediendo esto: que él crea que yo nunca lo amé mientras yo creo que él nunca me amó (hablo de amar, no de querer, que son dos cosas diferentes). Eso sí sería triste. Y lamentable. Yo siento que el amor no deja de ser, y que como la energía, se transforma, no desaparece. Así que si hubo amor de ambas partes, que ese amor alimente el Amor del mundo y de nuestros corazones. Y si sólo lo hay en mí, igual que me guíe y me alimente. Y que sea lo que Dios quiera. Namaste.

1964
I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
Ni los lentos jardines. Ya no hay una
Luna que no sea espejo del pasado.
Cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
Que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
La fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
Sino lo que no tiene y no ha tenido
Nunca, pero no basta ser valiente
Para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
Y te puede matar una guitarra.
II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo ;
Un instante cualquiera es más profundo
Y diverso que el mar. La vida es corta
Y aunque las horas son tan largas, una
Oscura maravilla nos acecha,
La muerte, ese otro mar, esa otra flecha
Que nos libra del sol y de la luna
Y del amor. La dicha que me diste
Y me quitaste debe ser borrada ;
Lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo me queda el goce de estar triste,
Esa vana costumbre que me inclina
Al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
JORGE LUIS BORGES


He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer.
No he sido feliz.
Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
la sombra de haber sido un desdichado.
JORGE LUIS BORGES

20.12.03 Jirafa anonadada
Un informático alemán se ha hecho famoso (y, seguro después de la publicación del libro y de la película que, seguro rodarán, también se hará rico) por haberse comido a un ingeniero… Cuando lo leí en el periódico me quedé anonadada.


10.01.04 Jirafa que sigue anonadada

Canibalismo en un rito sexual. Lo que más me anonada es que los psiquiatras forenses que evaluaron al cuate digan que él es “normal”, que está en su sano juicio para poder ser juzgado por sus acciones. Me pregunto, si ya estamos llegando a esos niveles de “normalidad”… ¿qué vendrá después? Seguro será normal -excusando que hay más riesgo de enfermedades de transmisión sexual con desconocidos- que los padres inicien a sus hijas en la vida sexual, para protegerlas… O que en lugar de suicidarse, la gente se entregue a otros para ser devorados. Me recuerda “El Perfume”. Eso es algo que nunca me ha gustado de las misas, eso de comer el cuerpo de Cristo. Sí, probablemente estoy blasfemando, pero es que eso de comer a un ser humano, aunque sea metafóricamente hablando… ¡Si me desagrada comer pollo o pescado (mamíferos no, por favor)…! No sé si yo habría comido carne humana de haber estado en el famoso accidente del avión uruguayo que se estrelló en los Andes cuando iba a Chile. No lo sé. Quizá por supervivencia y amor a mi vida lo habría hecho. O me habría inmolado para que los demás tuvieran qué comer. No lo sé.

Mejor cambio de tema. Me alegra que al menos los brasileños hayan sido los únicos latinos que tuvieron la dignidad de no dejarse pisotear por los gringos. ¿Qué diablos se creen –además de los dueños del mundo? Así que los gringos que viajen a Brasil tendrán que pasar por lo mismo que ellos nos están haciendo: toma de huellas, fotografías y registro minucioso de equipaje, lo cual debido a la falta de tecnología y recursos puede tomar de cinco a ocho horas. ¡Que se jodan! Que tomen una cucharada de su medicina. “¡Es humillante!” Alegaban unos turistas ¿Así? ¿Y acaso no es humillante también para los que pretenden entrar a Estados Unidos pasar por eso mismo? ¿Acaso el resto de personas –exceptuando los 27 países que entran a USA sin visado- no sentimos, no tenemos dignidad, no valemos lo mismo? Lo peor es que los mexicanos tomaron las mismas medidas excepto para USA y Canadá: te hacen tomar de la botella de licor que llevas (para verificar que no es combustible), te confiscan los chocolates, registran los pañales de los bebés (ojalá y se embarren…), te descalzan y te registran los pies. En un vuelo, una niña agarró a golpes de muñeca al guardia de seguridad que quiso quitarle su juguete mientras los demás pasajeros aplaudían. ¿A esto hemos llegado con la globalización? Es lamentable. ¡Y la paranoia del terrorismo! Me pregunto, ¿no sería mejor dejar que cada país resuelva sus líos –“casualmente” Saddam Husein, Bin Laden, Pinochet, los genocidas de mi país, Franco- han sido apoyados y alguno de ellos hasta entrenado por los gringos- o, si tanto quieren invertir y “ayudar”, por qué no enseñan a pescar? Es mejor enseñar a pescar y a hacer pan que darlo todo hecho. Ah, ellos que se preocupan por la libertad de la gente… ¿Por qué no hablan de libertad cuando los indígenas norteamericanos que viven en reservaciones, en condiciones de mucha pobreza escapan de su realidad con alcohol y muerte? ¿A qué país del primer mundo le preocupa la suerte de los habitantes de los países africanos en guerra? ¡A nadie! Allí no hay petróleo. Si ellos no se metieran, no andarían con el pánico de ataques terroristas, donde quienes pagan el pato son las víctimas inocentes, como en todos lados… Si tan solo cada persona se conociera un poco más y se amara, podría ser capaz de conocer y amar a las otras personas, y valorar no solo su vida sino la vida de cada ser que habitamos este planeta. “¿Cuál es el mayor mandamiento?” Le preguntaron a Jesús; él respondió: “Amarás a tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerza y a tu prójimo como a ti mismo.” Lo más lamentable del caso es que contadas excepciones, en la historia reciente del siglo veinte en adelante, son los países con mayoría de población “cristiana”, los que más dolor han causado a la humanidad. Sin embargo, yo tengo fe en la humanidad y en la Vida. Y en el amor, sobre todo en el Amor. Namaste.


27.01.04 Jirafa cazadora.

Llevo una semana desesperada. Me hace falta una pareja, un chico a quien amar y querer y darle cariñito. Pero eso de las parejas es algo muy complejo y complicado además. A veces te enamoras de quien no está enamorado de ti o se enamora de ti alguien que te gusta, te cae súper bien pero no estás enamorada. O si el fulano ya está comprometido sólo puede significar problemas y corazones rotos. O a veces hay enamoramiento pero no se da el siguiente paso: no se llega al amor. En fin, ojalá exista en algún lugar alguien para mí y yo para él. Y ojalá nos encontremos… Lo más pronto posible. Ya Dios dirá. No me quiero desesperar. Dicen que todo llega a su tiempo. Necesito ser paciente. ¡En fin, en fin!

Hace algunos días me sucedió algo chistoso. No sé si chistoso o patético. Todo depende de cómo se mire. Estaba en una sala de espera cuando dos hombres, profesionales, empezaron a platicarse, uno de ellos también me platicó. Ambos de mediana edad y quienes al parecer, se conocían entre sí. Pues bien, uno de ellos me preguntó qué hacía y cuando le dije que estudiar para unas oposiciones, me dijo: “Entonces no se va a casar, pues son tres años de estudio”. Y ambos empezaron a hablar de lo terrible que es que una mujer estudie y/o trabaje porque desatiende al marido y así no hay quien aguante. Fue como estar escuchando al demonio interno que no he logrado matar todavía y que me susurra: “te vas a quedar soltera” “vas a ser una buena profesional, pero siempre sola”, “serás primigesta añosa”, y otras ‘linduras’ por el estilo. No podía dar crédito a lo que escuchaba. Luego, uno de ellos, el que me hablaba dijo que un pobre amigo suyo se había casado con una doctora que está estudiando una residencia y que está arrepentido de haberse casado pues ella no lo atendía: no le tenía la cena lista, no le lavaba la ropa ni la planchaba como a él le gustaba, y nunca quería estar con él por las noches pues vivía cansada. Y agregó “yo por eso, tengo dos niñas preciosas pero no me casé… ¡Cuesta encontrar a una mujer que lo cuide a uno como la mamá!”… (¡¡ ¿ !!) Y el otro añadió que había tenido suerte pues su esposa no trabaja y lo cuida bien. Yo me atreví a sugerir que no todos los hombres andaban en búsqueda de una mamá, y ambos al unísono me dijeron “sí, claro que sí; además –añadió el que me hablaba- los hombres buscan una mamá y las mujeres un papá. Sí –asintió el otro- eso así es ”. Lo peor es que no es la primera vez que escucho ese tipo de opiniones. No sé, eso de tener relaciones incestuosas no me convence… Lo triste es que esa es la media en mi país, sin importar el nivel educativo, económico ni la clase social. Ni siquiera la inclinación política. Y no solo aquí, acabo de enterarme que en Chile no se permite el divorcio y que son pocos los políticos de izquierda que lo aprueban. Cuando se quiere terminar con un matrimonio que no funciona, se anula y la mujer que sólo trabaja en casa y los hijos quedan desamparados. Una funcionaria dijo que se puede ser “machista leninista”. Y aunque Chile fue el primer país que firmó el protocolo de la Convención de Naciones Unidas para la Eliminación de todas las formas de Discriminación de Mujeres, no lo ha ratificado y el gobierno no lo presenta ante el Senado pues tiene la certeza de que no será aprobado por todas las recomendaciones que tienen que acatar, entre ellas, permitir el divorcio. Eso en Chile, que no se considera país subdesarrollado y es uno de los pocos países latinoamericanos en donde la economía, la modernidad y el desarrollo van cada vez mejor. Pero no el pensamiento ni la cosmovisión…

Ayer hablando con un chico, no sé qué dije y me preguntó con ojos de asustado: “¿¿sos feminista??” ya casi dándose la vuelta para salir corriendo… Y ante el panorama masculino de América Latina, quizá de todo el mundo, me pregunto ¿Qué debe hacer esta Jirafa? ¿Rendirse y ser machista, aceptando que no hay otra opción para encontrar pareja? ¿Asumir el papel de madre ante el ‘hombre’ que ha de ser mi pareja? ¿O seguir buscando/esperando a un hombre que no sea tan machista o al menos esté consciente de su machismo? ¿Y si no llega? ¿Traicionarse o ser consecuente? Es una lata intentar ser consecuente… Todo sería más fácil si no me cuestionara tanto las cosas… Pero sería más aburrido también. Sí, sí. Soy una Jirafa compleja pero muy interesante también.

Claro que en una relación de pareja estable, en el matrimonio, ambos miembros de la pareja han de colaborar con las tareas del hogar y cuando hay amor, uno cuida al otro. Pero que toda la responsabilidad del hogar (y las tareas del hogar nunca se terminan) caiga en una sola persona, no importa quién de los dos sea, no me parece justo. Y si además se trabaja fuera de casa, pues con mayor razón se deberían repartir las tareas hogareñas que a la mayoría nos resultan tan aburridas. Al menos a mí sí. Un amigo mío que se crió en la Europa nórdica vive con su pareja que es de aquí y se molesta con ella pues no deja que él colabore en las tareas del hogar ya que ella no trabaja y siente que es su obligación, pero él insiste que no, que la casa es de los dos y aunque ella no esté trabajando fuera de casa, no es su empleada y no tiene por qué hacerlo todo… Dios le da muelas a quien no tiene dientes, diría mi abuelita. Así que sí hay hombres que piensan diferente… En fin, me iré a buscar a ese demonio interior y a enfrentarlo pues no permitiré que me fastidie la vida y me amargue los buenos momentos que conforman mi vida, con ideas de las que ya enumeré al principio. Me voy de cacería. Namaste.

Jirafita empezando de nuevo: 14.10.03

Mucho tiempo sin escribir. Bloxus murió al parecer. Muchas cosas han pasado. Y he cambiado. Me veo en el espejo y me doy cuenta de que el dolor transforma. Me siento vieja. Una anciana (ojalá fuera por la sabiduría…). Veo a chicas de mi edad, más o menos y me siento viejísima en relación a ellas. En cuatro años una aprende mucho. Ojalá sea simplemente por el dolor, y cuando el dolor pase ese gesto de tristeza infinita que me relampaguea en los ojos, también pase. Porque sé que dentro de mí, en el fondo de mi alma hay una luz que brilla, una cumbia, un vallenato, una samba, una bossa nova y una vieja canción celta que resuenan y hacen bailar a mi ser con el ritmo de la vida. A mi ser interno, ese que ha estado escondido por siglos. Pero que ahora está despertando. Me recuerda un poco a Hesse con eso de que el pájaro que quiere volar tiene que romper un mundo. Y claro, las rupturas duelen. Nacer duele. Si un recién nacido de parto eutósico simple pudiera hablar, nos contaría por qué llora tanto: “¡Hombre!, me la pasé mal tan apretado, sentía que no respiraba… Se me aplastó todo, hasta los huesos de la cabeza… y luego ¡tanto frío!... ¿Dónde está mi cálida piscinita?”

¿Será que el sufrimiento avejenta? No. No lo creo. Recién he regresado de la funeraria. Murió una amiga. Una amiga que me ha convencido de que la amistad existe. Sufrió mucho en el transcurso de su vida. Sin embargo no se miraba tan avejentada. Bueno, la cirugía plástica que se hizo también debió ayudarla… ¡Era muy coqueta! Pero aún con cirugía, era una señora muy alegre. Uno de los sufrimientos más grandes que puede afrontar un ser humano es la muerte o el abandono de un hijo/a. A ella le sucedió lo segundo. Y con todo y ese sufrimiento, ella era optimista, tenía esperanza, era bromista y estaba pendiente de todo y de todos, lúcida y radiante a sus ochenta y nueve años. Atenta a lo que pasaba en el mundo exterior y en el interior. Siempre llamaba para saludarnos. Me enviaba saludos cuando estuve fuera. Sin embargo, el sufrimiento va dejando huellas y las dejó en su corazón, que funcionaba bastante mal. Ayer, un infarto se la robó a la vida. Normalmente, cuando alguien muere evito verle. Pero ni hoy ni con mi abuelita paterna lo evité. Y creo que es lo mejor. Al ver el cuerpo dentro de la caja, te das cuenta de que ya no lo verás más, pero al mismo tiempo te das cuenta de que es sólo el cuerpo, y a pesar de que la separación física duele, y extrañamos a las personas, lo más importante de ellas no ha muerto. Me despedí de ella. Le pedí que saludara a mi bisabuelita, de quien fue amiga por más de setenta y tantos años. Tendrán mucho que decirse después de siete años sin verse. Ni el tiempo ni la distancia logró enfriar la amistad que las unió desde niñas. Descanse en paz, doña Gina. Y que el Amor y la alegría sigan guiando su vida. Gracias por enseñarme tanto. La muerte es parte de la vida. La muerte lleva a la vida. Cuesta llegar a comprender eso. A veces pasan años.

¡Ah, mis muertos! Mis queridos muertos. ¡Me han enseñado tanto! Primero mi abuelita materna, pero con ella casi no conviví, era muy lejana a nosotros. Una tía y un primo, en un accidente. Muy triste. La primera gran muerte fue la de mi padre. Luego vino mi bisabuelita materna (que en realidad fungía como abuelita), pero yo estaba anestesiada por lo de mi padre, pues todo sucedió en menos de seis meses; después una amiga, en un accidente. Luego mi abuelito paterno, mi abuelita materna, y ahora esta amiga. Y además, las otras muertes (Y las otras vidas que las acompañan). Es bueno enterrar a los muertos. Ya es hora de que entierre a muchos de mis muertos a quienes he acarreado por todos lados y no me han dejado vivir. Pero primero hay que reconocer que algo ha muerto para poder enterrarlo luego. Es difícil. El primer mecanismo de defensa: la negación. Uno de estos días haré un entierro masivo. Enterraré todo lo que ha muerto, que ya huele mal. Finalmente he empezado a sentirlo y no me agrada.

Cambiando de tema: ¿Qué hacer cuando alguien con una rica vida interior se enamora de alguien con una rica vida exterior, y viceversa? Lo más sabio es según mi experiencia, huir en dirección contraria. Bueno, no tanto como huir. Primero hay que observar las cosas objetivamente. Y luego, decidir. Se supone que el amor une e integra las diferencias. Se supone. Creo que si las dos personas están dispuestas al cambio y al aprendizaje, una relación así es algo sumamente enriquecedor. Pero si sólo una está dispuesta a cambiar, a aprender de la otra o ninguna lo quiere hacer, seguro que eso truena. Muere. Porque uno de los dos o los dos integrantes sentirán que se asfixian o que están aprisionados, empezarán las acusaciones y los resentimientos. O el silencio. No habrá apoyo mutuo ni comprensión de las excentricidades del otro. Se sentirán incomprendidos. Así que es amor y nivel de… ¿vibración? ¿deseo de aprender? ¿apertura? ¿aceptación? ¿evolución? No lo sé bien, no sé cuál sería la palabra adecuada. Pero no es sólo amor. Antes creía que eran la lógica y la razón lo más importante, más importante que el amor. Pero también estaba equivocada con esa idea. Es amor y “apertura/aceptación”.

Y hablando de amor, hoy he escuchado una canción de mis años mozos, de los mexicanos de Maná. Me gustaba mucho y solía cantarla:

Sólo huele a tristeza, huele a soledad
en mis ojos vacíos, sólo hay humedad
tengo un grande vacío en mi corazón
tengo escalofríos de ansiedad

¿Dónde está la otra parte de mi corazón?
Ay, amor! ¿Dónde andas, dónde vivirás?
¿Dónde, dónde estás?

Huele a tristeza este corazón
Sabe a tu ausencia, sabe a dolor
huele a tristeza este corazón
sabe a dolor.

Necesito de alguien, alguien a quien amar
necesito dar todo, todo mi corazón
te he estado buscando, cielo, tierra y mar
debajo de las piedras, y hasta en el sol

¿Dónde está…

Y bueno. Corre y va de nuevo: a cantar esa canción. No. ¡¡Momento, pueblo!! No esa canción precisamente. No una canción lastimera de “complétame, complétame por favor”. Lo que sí me sigue gustando es lo de “necesito de alguien a quien amar…” y lo de “Ay, amor, ¿Dónde andas? ¡Dónde vivirás?”. Pero, es diferente. Esa canción se contradice. Si necesitas a alguien a quien amar es porque tu corazón está completo y rebosante de amor. Si buscas la otra parte de tu corazón, es porque te sientes incompleta. También es una metáfora. Lo de la metáfora, vale. Pero lo de sentirte incompleta, vacía… si te sientes vacía quieres que te amen a toda costa. Mejor si incondicionalmente. Y aprendí que las cosas no son así. El primer requisito para amar (y ser amado): amarse uno mismo, conocerse, cuidarse y respetarse. Me pregunto… ¿dónde estás? En algún momento se me ocurrió que quizá me pasaría lo mismo que a la infanta jorobadita, del poema de José María Pemán, pero no. No seamos negativas e injustas. Ya lo he sido demasiado con otras personas y conmigo misma, y no quiero seguir siéndolo. Le doy otra oportunidad a la Vida. A mi vida. Seré paciente y tendré los ojos del corazón bien abiertos. Y desde esta mi tribuna, hago un llamado a mi chico, a mi hombre, envío y dejo flotando en el Universo esta plegaria…

Con tus ojos grandes
que traslucen tu alma
desnudas la mía
miras más allá
de la piel y las palabras

con tus manos creas
en tu alma brillas
conservas a tu niño
luchas e imaginas


no sobrevives vives
miras el sol, las nubes
la rosa y el ruiseñor
tu corazón rebosa de amor
esperanza y comprensión

generoso te das
una fuente que llega al mar
y el dolor
te ha hecho crecer

eres el hombre
que aguarda mi ser
en un rayo de luna
el pigmento de un lienzo
el silencio de un punto
has de aparecer.


Ya está hecho. Jesús dijo “Busca y encontrarás. Toca y se te abrirá. Pide y se te dará”. Y en Dios confío. Pero también hay que saber cuándo y qué pedir. Porque un refrán árabe dice: “ten cuidado con lo que pides porque acaso los dioses te lo concedan”. Y a veces no estamos preparados para lo que pedimos, porque primero tenemos que estar bien con nosotros mismos. O lo que pedimos implica muchos cambios y transformaciones en nuestras vidas, a corto y largo plazo. Hay quienes no piden nada. Quizá es lo mejor. Si no pides, no esperas. No hay deseo, no hay decepción. Ni esperanza. Todo tiene dos caras… En fin, que sea lo que tenga que ser. No es bueno forzar las cosas. No, no. Ni obsesionarse con las peticiones…

Por ejemplo, algunas personas quieren ser presidentes a ley y fuerza, sin estar capacitados, quieren forzar una situación. Uno de los candidatos para presidente en mi país, creo que aún no se ha enterado de la lucha de los pueblos indígenas y garífunas, y de los homosexuales para ser reivindicados y abrirse espacios ecuánimes en la sociedad. Le preguntaron si en su gobierno él propondría leyes que autoricen matrimonios entre homosexuales… Su flamante respuesta: “Definitivamente no. Eso es antinatural y yo no lo apoyo. Va contra todas las leyes de la naturaleza”. Luego, le preguntaron cómo pensaba apoyar la multietnicidad y pluriculturalidad (existen veintidós grupos indígenas con sus propios idiomas –y hablo de idiomas, con gramática y todo, no lenguas-) del país. Su inteligente respuesta: “ Ya hemos invitado a mujeres de Nebaj (un pueblo con alta densidad de población quiché), para que vengan a servir a la casa presidencial y atiendan también a los embajadores y funcionarios extranjeros que nos visitan, para que ellos conozcan la riqueza étnica y cultural del país.”. Ambos comentarios, leídos en ElPeriódico del 12.10.03 ¿Qué tal? ¿Puede una persona tan ignorante, cuadrada, racista, machista, clasista y cerrada pretender ser presidente? ¡¡Y encima es del Opus Dei!! Lamentablemente sí. Puede. Por supuesto que los indígenas y homosexuales conscientes y consecuentes que hayan leído eso, seguro no votarán por Oscar Berger. Y ya han escrito denunciando. Por supuesto él fingió demencia… ¡¡Nunca dijo eso!! ¡Esos periodistas que tienen alucinaciones auditivas!

Y publicaron lo anterior el doce de octubre. El 12 de octubre. Día de la resistencia de los pueblos indígenas en los pueblos de Latinoamérica en donde aún existe población indígena que se salvó del exterminio (exterminio iniciado durante la conquista y proseguido por los criollos a pura hambre cuando ya estos eran países “independientes”, dependientes de Estados Unidos que dio la asesoría, claro). Se supone que Cristóbal Colón fue el primer europeo que pisó suelo americano. Y no es cierto. Tampoco fueron los vikingos. Cabalmente ese mismo día gracias al canal Discovery channel me he enterado de esto que me ha interesado mucho: Hasta hace un año o algo así, los arqueólogos afirmaban que el continente americano había empezado a poblarse hace más o menos 11,500 años por oleadas sucesivas de habitantes de Asia que atravesaron el estrecho de Behring durante la última glaciación. A pesar de que algunos arqueólogos habían encontrado objetos que según el examen con carbono 14 datan de hace 15-20 mil años, los demás, escépticos les refutaban la prueba del carbono 14. Pues bien, un genetista está haciendo un mapa genético de la humanidad. Un árbol genealógico genético. Y encontró que, en efecto, los pobladores iniciales de América (y América es un continente, no un país ensorbecido) tenían cuatro distintos tipos de ADN, en el ADN mitocondrial, todos provenientes de Asia. Pero había un tipo de punta de lanza, que era tallada de forma diferente y era la que databa de fechas previas a los 11,500 años. Luego, en el pueblo Ochicua, que habitaba cerca de los grandes lagos en Norteamérica, se descubrió a través de la genética que tenían otro tipo de ADN, además del proveniente de Asia, y éste, era de Europa. Así que un par de arqueólogos audaces, venciendo el miedo del rechazo de la comunidad, el miedo a la pérdida de su prestigio, y el escepticismo de la ciencia, se fueron al sur de Francia, al museo del primitivo pueblo Olutrense. Allí investigaron las puntas de lanza con los fragmentos resultantes de su tallado y coincidían exactamente con las encontradas en América. Y la genética hizo el resto. Por supuesto, las dudas seguían: ¿Cómo atravesaron el Atlántico? Pues bien, el Atlántico estaba semicongelado, como ahora está el estrecho de Behring. E investigaron entre el pueblo que ha vivido en esas condiciones de congelación por miles de años: los inuit. Los esquimales. Y ellos fabricaron con materiales primitivos (agujas de hueso, piel de foca, ramas y hueso, grasa de foca) una canoa que flotó muy bien y resistió el frío polar. Les explicaron a los arqueólogos que se podía viajar por mucho tiempo descansando de cuando en cuando en los icebergs que flotaban por las aguas, cazando peces, bebiendo hielo, cazando focas con la punta de lanza usada como arpón…

Et Voicí que un antiguo pueblo de Francia descubrió un nuevo continente, y de que estamos más mezclados de lo que hemos creído. Por supuesto, esto les sentó muy mal a los pueblos indígenas. Sobre todo a los de Norteamérica (que por cierto subsisten en condiciones muy, muy malas en las reservaciones… ¡Ja! y hablan de derechos humanos… grr!), que son los más estudiados genéticamente. Pero a mí me alegra. Eso demuestra que somos uno solo. Las divisiones son siempre más externas (sobre todo por dinero: Cuánto tenés, cuánto valés…) y normalmente, son producto del miedo. Ahora resulta que los europeos que vinieron hace más o menos quinientos años, quienes consideraban a los indígenas como a bestias y dudaban de que tuvieran alma, mataron a los descendientes de sus ascendentes. Nada extraño por cierto. Sigue sucediendo, allí tenemos a Irak. O a los gorilas y grandes simios. En fin. La vida es una. Es como una trama. Y todo está interconectado de una u otra forma, aunque no logremos ver los demás hilos que conforma la trama, sólo el nuestro. Y la muerte, es parte de la vida. La muerte es una pausa de la vida que enseña mucho, si se tiene la paciencia y el valor de mirarla a la cara. Y respecto a la “cerradez” de la ciencia…, recito con Alma Fuerte un fragmento de este poema suyo que me gusta mucho:

Sin tregua
Llénate de ambición. Ten el empeño,
ten la más loca, la más alta mira,
no temas ser espíritu, ser sueño.
Ser ilusión, ser ángel, ser mentira.
La verdad es un molde, un diseño
que rellena mejor quien más delira…
¡Que la ciencia es brutal y que no sueña?
¡Eso lo afirma el asno que la enseña!

Porque los descubridores, los investigadores, los innovadores, los genios, los creadores, siempre son rechazados inicialmente por el resto de la comunidad científica… Y todo, todo lo que existe creado por el ser humano, inició con un sueño… Los hindúes hinduistas y brahmanes creen que esta vida es un sueño de Dios. Así que, ¡A seguir soñando…! Y a concretar esos sueños, por supuesto. Namaste.

¡¡Hola tod@s!!
He vuelto. Vini, vidi, vinci. Año nuevo, Vida nueva. Les deseo lo mejor en este Nuevo Año. Intentaré ponerme al día! =)

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