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Sentimientos, reflexiones, historias y opiniones del viaje que es la vida.

noviembre 08, 2005

Enmiendas al Decreto y otros temas... 


18.09.05 Jirafa Teológica

Una vez mi papá me contó esta historia: “Un día estaba San Agustín caminando por la orilla del mar y pensando en Dios. Intentaba comprender sus pensamientos y acciones. Mientras caminaba, encontró a un niño que con sus manos, cavaba un agujero en la arena. Al regresar por donde venía, encontró al mismo niño que corría apresurado llevando agua del mar hasta el agujero que había cavado. El agua goteaba de sus manos: era muy poco lo que llegaba hasta el agujero, y en cuanto lo depositaba, era absorbido por la arena. San Agustín lo observó y le preguntó por qué hacía eso. El niño le explicó que quería pasar el agua del mar a la piscina que había cavado. El santo le hizo ver lo absurdo de su propósito y en ese momento él mismo comprendió también lo absurdo de su propósito: nadie puede comprender a Dios”.

Tal vez no me la contó exactamente así, pero esa es la idea. Yo no intento comprender a Dios. Y de verdad, me cuesta mucho creer que lo que tal o cual libro considerado sagrado por X ó Y religión es lo que Dios quiere. Los libros fueron escritos por seres humanos que pusieron en sus escritos los puntos de vista o cosmovisiones de su época y de su tiempo. “No -dicen algunos fervientes devotos- fueron inspirados por Dios para escribir lo que escribieron”. ¿Y quién me garantiza eso? La fe. Ese es el pequeño problema: no tengo fe para creer eso. Además, ¿por qué tengo que tener esa fe? La fe depende, al fin y al cabo, de las circunstancias de mi nacimiento. Si en lugar de nacer en un país que fue conquistado por los españoles, hubiese nacido en Estados Unidos, en Ohio, quizá sería mormona y consideraría que tomar café es un pecado. O si hubiese nacido en Irán, sería musulmana y quizá hasta habría usado burka. Y así.

Yo creo en Dios. Sí creo que hay un Creador de todo lo visible y lo invisible. No creo en muchos, muchos dogmas de la iglesia católica (casi ninguno). Desde que tenía ocho, nueve años me cuestionaba por qué en la misa pedíamos por los infieles, y se me venía la imagen de un monje budista tibetano, aconsejando a los fieles, orando, caminando sin hacer daño ni a una hormiga. Y me preguntaba: “¿Por qué alguien que no le hace daño a nadie, se va a ir al infierno sólo por no creer en Jesús?”. Me habría gustado que hubiese un momento de preguntas y respuestas, para poder preguntarle eso al sacerdote. Y así crecí. Con muchas dudas. Dándome cuenta de las injusticias del mundo, de las barbaridades cometidas por creyentes de cualquier religión, del dolor y la miseria del mundo y la humanidad.

Yo no tengo nada contra la Madre Teresa de Calcuta. De hecho, admiro su entrega a los demás, el amor, la devoción y el compromiso que demostró en ayudar a los más abandonados de su sociedad. Pero nunca quiso tocar el problema de fondo. El verdadero problema que ocasiona que aún ahora, miles de personas mueran en las calles sin ninguna ayuda, y sin afecto: las castas. La inequitativa división del poder y las riquezas. Y es que eso es lo que sucede cuando lo aceptamos todo como “la voluntad de Dios”. Si Dios quiere en el poder a Pol Pot, a Pinochet, a Ríos Montt, a Hitler, a algún presidente corrupto y mafioso, o a alguno de los antiguos reyes tiranos y despilfarradores que –aseguraban- habían sido investidos del poder directamente de Dios mientras mataban de hambre a su pueblo, pues ni modo, no hay nada más que hacer; aguantar la tormenta –si la sobrevivimos- y esperar. Si así fuera, Europa seguiría en guerras, con monarcas absolutos, la mayoría de su población en la miseria y la ignorancia, tal como era hasta hace un par de siglos. ¿Y la justicia social? ¿Y el estado de derecho? ¿Y las leyes nacionales e internacionales que regulan las relaciones entre los habitantes y las naciones? Simplemente no existirían. Eso de dejarlo todo en manos de Dios, como buenamente me han aconsejado, me parece… Me parece que entonces, los seres humanos somos sólo unas marionetas de Dios, y lo de creernos sus hijos es puro ego.

Supuestamente Dios nos hace iguales a Él (fíjense bien, le estoy atribuyendo el género masculino) en libertad (nos da libre albedrío) y amor (capacidad de dar y recibir amor). Pues bien, si todo lo que sucede, sucede por la Voluntad de Dios y existe un plan Divino para cada uno de los seres humanos que habitamos la tierra (sea este ser prisionero de guerra, mujer maltratada y violentada, niño abandonado en la calle o nacer como príncipe, ser científico, estrella de rock o un ciudadano clase media común y corriente), entonces de nada sirve que hagamos planes, que decidamos hacer tal o cual cosa, que seamos previsores, ni nada. Si nosotros decidimos, por ejemplo, ir hasta el punto A, pero Dios quiere que vayamos al punto B, entonces va a ponernos en el camino miles de obstáculos o señales, para que no vayamos al punto A. Y si a pesar de los obstáculos, persistimos y llegamos al punto A, entonces encontraremos que allí está la perdición de nuestra alma o de nuestra vida y, si somos humildes y nos arrepentimos, regresamos sobre nuestros pasos y terminamos llegando al punto B. Entonces ¿Dónde está el libre albedrío? Al final se hace lo que Dios quiere y punto.

La verdad, no entiendo esa clase de amor y de libertad.

Si Dios es como un Padre amoroso, no va a querer ver a sus hijos heridos y medio muertos por haber hecho malas elecciones… entonces, ¿para qué darnos libre albedrío si no sabemos elegir lo que nos conviene de acuerdo a Su Voluntad, que es la única opción buena? Ah! Es que el dolor hace crecer. Y eso está probado hasta psicológicamente. Bueno, eso me parece más lógico: aprender. Aunque sea a puro golpe, con dolor en abundancia. Pero como Dios es un Dios de amor –me aseguran los que saben de teología- entonces, aunque uno haya errado el camino (léase ser matón a sueldo, marero, gangster, nazi, empresario explotador, destructor de la naturaleza y la biodiversidad, pederastra, pornógrafo, parricida, funcionario corrupto o lo que sea), si se arrepiente, Dios lo recibe con los brazos abiertos y le vuelve al buen camino, perdonando cualquier fechoría cometida con anterioridad. ¿Así es la cosa? ¿Y entonces, qué objetivo tiene ser “bueno” y obedecer a Dios y sus señales, si de todas formas, con arrepentirse y aceptar su Palabra antes de morir, todos seremos Salvos y felices?

Ejemplo: Si en el plan de Dios está que yo me voy a morir de cáncer aunque no fume (ni activa ni pasivamente), haga ejercicios, coma sana y balanceadamente, tome antioxidantes, etc... Igual me voy a morir de cáncer. No importa que haya sido “buena gente”, que incluso haya sido feliz según sus Preceptos y haya tratado de cumplir Su Palabra. Me quiere probar así y punto. Por un lado, insisto, ¿Qué amor es ese que está constantemente poniéndonos a prueba? Y por otro, si la ciencia y lo que hemos aprendido a lo largo de estos milenos, no vale nada. Y entonces, ¿para qué nos ha permitido llegar hasta donde estamos y conocer lo que conocemos?

Quizás sí estoy tratando de entender a Dios. O más bien dicho: el concepto que me han planteado de Dios según la religión judeo-cristiana.

Insisto: creo en Dios. Y creo también que no podemos comprenderlo. Cualquier aproximación que hagamos hacia su Existencia y sus Propósitos será sesgada, parcial e incompleta. Luego, como dije antes, los dogmas, los fanatismos, las enajenaciones no van conmigo. Dicen que sólo Dios puede dar la felicidad. ¿Qué es la felicidad? Es una manera de viajar, de ver la vida, dicen algunos. Muchas veces he observado a personas creyentes y “felices” y esa felicidad es un estado medio enajenado, medio fuera de realidad en la que sólo se toma en cuenta MI bienestar, el de mi familia y de mis hermanos de la Iglesia o de mi círculo social. Yo no sé cómo alguien pueda ser feliz y olvidarse del sufrimiento de miles de seres humanos alrededor del mundo, del sufrimiento de animalitos y de todo el planeta como ente biológico que sufre las consecuencias de nuestras malas decisiones ambientales (y nosotros con él, véase el Tsunami de diciembre y el huracán de agosto). Es como una felicidad bien egoísta en la que sólo me preocupa mi ombligo o mi nariz y que los demás vean cómo resuelven el problema del hambre y la desnutrición en el país, o las guerras en África o los miles de problemas que nos aquejan, pero que como no nos tocan directamente, no nos importan. O peor aún, porque pensamos que esa es la Voluntad de Dios y así han de permanecer las cosas hasta que Él quiera cambiarlas.

Quizás el problema sea que una aproximación cristiana no es la mejor para mí. Si Dios me creó, y me creó contestataria, analítica, racional y medio escéptica, pues Él sabrá el mejor camino de conducirme hacia el lugar a donde quiere que vaya. Lo que sé es que esta aproximación en la que he crecido, no me llena, no me dice casi nada, la repito como lorito desde hace muchos años, sin terminar de creérmela. Ya no puedo seguir así. Respeto todos los puntos de vista y creo que todas las aproximaciones son válidas. Eso sí, que no atenten contra la vida e integridad de sus fieles o de los que no creen lo mismo (guerras “santas”). Hay miles de caminos y todos llevan a Roma, dice un refrán. Ya es tiempo de encontrar el mío. O de dejar que el camino me encuentre a mí. Y para empezar, pues tendría que hacer algo porque digo que el hambre, que la pobreza, que los animalitos… ¿Y en qué estoy ayudando yo para evitar esos problemas? ¡Con hablarlos, escribirlos, o dolerme por ellos no se logra nada! Namasté.


20.09.05 Jirafa retrasada

Retrasada en enviar una carta, que debí haber escrito y enviado (o leído por teléfono o mejor aún: leído frente a frente) a finales de abril de 2002. O en enero de 2003. Porque en abril cuando llegué por 20 días de visita, aún no había conocido la realidad tal cual era. Excepto lo de los cómics y la marihuana. En esa época no se burlaron de mí ni me dijeron “pija”. Sólo tercermundista. ¿Qué diablos estaba pensando? ¡¡Cuán baja estaba mi autoestima, que regresé por otra “broma” de ese tipo”… Cervantes dice en Don Quijote que la burla (broma) que duele o daña a terceros, no es tal.

Sí. Esta carta la debí haber leído frente a frente, en ese momento. Lástima que la falta de autoestima, el miedo a la soledad y la errónea idea de creer que el amor lo puede todo (incluso transformar a otras personas), y que yo podría obrar milagros gracias al amor que sentía, me hizo tomar la decisión de callarme y esperar esperanzada. No fue que no me diera cuenta, ¡¡Claro que me dí cuenta de las diferencias!! Las noté casi desde el principio. Por más enamorada que esté, la razón no se me nubla por completo, para bien o para mal. Pero yo no quería dejar a Juan Pablo. Tenía fe en que cambiaría. Es difícil amar en libertad, porque si miramos a una persona con tantas cualidades, y sabemos que se está desperdiciando y que podría mejorar, y si además, amamos a esa persona, al menos yo, erróneamente intenté cambiarla “por su bien”, sin respetar su libertad. La carta dice así:

“Querido Juan Pablo: Esta carta debí haberla escrito y habértela leído frente a frente en enero de 2003. Por miles de razones como el miedo a perderte, la falta de autoestima propia, el miedo a la soledad y la errónea idea de creer que el amor lo puede todo (incluso transformar a otras personas), y que yo podría obrar milagros gracias al amor que sentía por ti, decidí callar y esperar esperanzada… ¡¡Quizás el cambio llegaría!! Es triste porque siempre he tenido presente que eso no es posible. Que uno cambia sólo cuando es una necesidad sentida. Me equivoqué. A veces la razón dice una cosa y el corazón, otra.

Agradezco mucho la oportunidad de haberte conocido en tu hábitat, de conocer a tus amigos y a tu familia. Agradezco el tiempo que vivimos juntos. Ha sido muy enriquecedor para mí. Tú me conoces y sabes que no soy una persona que sólo se deje llevar de emociones –usualmente pasajeras- , que analizo y medito las decisiones que tomo. Pues bien, he meditado la viabilidad de continuar adelante con la relación que iniciamos. Y me he dado cuenta de los siguientes puntos:

Yo no me siento bien. No sé bien qué es lo que quiero con mi vida. No me siento segura de mí. Mis valores están en época de prueba. Estoy pasando por una etapa de tristeza profunda y necesito estar sola para poner en orden mi vida. Aún no he superado el duelo por el asesinato de mi padre. De hecho, nunca viví un duelo como tal. Necesito conocerme. Si quieres ser mi amigo y acompañarme en el proceso (sin esperanzas ni presiones), eres bienvenido. Si no, pues lo comprendo y fue un gusto haberte conocido. Comprende que si no me siento bien, no puedo llevar adelante una relación de pareja profunda, de crecimiento mutuo y descubrimiento constante, como la que quiero vivir. Es sólo una etapa, pero necesito salir de ella fortalecida y segura, para poder decidir sin miedos y poder amar con más plenitud.

Me he dado cuenta de que, aunque compartimos varios puntos en común (el amor por el arte, la cultura, la ciencia, la lectura y la literatura; la afinidad y atracción mutua que nos acerca; la ternura, la amistad, el deseo de formar una familia; el gusto por el baile…), pues no compartimos los mismos valores ni la misma cosmovisión. No espero que compartamos todo, pero hay puntos que son muy importantes ante los cuales no puedo ceder y con vistas a formar una familia, serían un constante punto de choque entre ambos. Para ti y tus amigos soy una pija conservadora (que no lo soy: simplemente eso del relativismo no me cuadra). No crees en Dios. Antes creía que eso no era tan importante para mí, pero sí lo es. Simplemente no me veo compartiendo mi vida con alguien que no cree en Dios. No hablo de practicar alguna religión, sino de creer en la existencia de un Ser Creador.

Como nuestros valores son diferentes, casi opuestos, pues ¿cómo podríamos caminar juntos? A mí no me agradan tus cómics violentos y hasta vulgares algunos (y lo siento, pero no me gusta ese tipo de expresión artística en donde se hace apología de la violencia), ni me agrada que fumes tabaco y que tus amigos fumen incluso marihuana y se reúnan sólo para beber calimocho. ¿Es necesario beber tanto, beber siempre para estar juntos y pasar un buen rato? Si no se emborrachan es porque han creado tolerancia al alcohol, porque sí beben bastante. No me gustaría que mis hijos crecieran creyendo que eso es normal, bueno y aceptable. Podríamos discutir por horas acerca del uso de drogas en la historia de la humanidad (desde el punto de vista antropológico, médico, psicológico, social, etc.), pero no viene al caso. Tú te inclinas por los antivalores. Yo no. Tú eres muy radical. Apoyas a Anarquía. Yo me inclino por un socialismo moderado. No me gustan los fanatismos ni los extremismos de ningún tipo. Sólo han sido fuente de conflictos y de muerte. A la historia de la humanidad me remito, si no me crees. Respeto tu postura, pero no la comparto.

No he visto en ti actitudes solidarias ni compasivas. Ejemplo: lo de los argentinos en el tren, tu actitud al contarte eventos dolorosos de mi vida o de la vida de mi familia (tú, indiferente; no pretendía que te pusieras a llorar, pero al menos, mostrarte más empático…), lo de Bernita. Sólo te medio conmueve lo que sucede con tus amigos y tu familia. El resto del mundo te importa un bledo. No te interesan ni te gustan los animales ni la naturaleza. Dices que si viste un lago, los viste todos y no te emociona explorar un bosque caminando, ni observar un atardecer o una lluvia de estrellas (no por ser un hecho astronómico, sino como algo poético, o simplemente por admirar la belleza simple de la naturaleza). Al menos, esa es la impresión que me has dado hasta el momento.

Yo no pretendo lujos ni derroches, pero me gusta la belleza y la armonía en el ambiente que me rodea. Tú dices que eso es de pijos. Para mí es un derecho humano (no un privilegio) vivir en un ambiente bello y armónico. Para ti soy una persona materialista y poco evolucionada. A ti no te interesa –según lo has manifestado- una casa (o piso) bonita, arreglarte, nada de eso… Yo no lo veo como “vanidad”, sino como una forma de quererse y demostrarse afecto y respeto. Y no es necesario tener miles para lograrlo. Es cuestión de buen gusto y sencillez.

Quizás el problema resida en la diferencia de percepciones que hay entre tú y yo. Cuando viniste a mi país, dijiste que no te gustaba. Que era una ciudad fea. Y lo es, en parte. NO vivo en un sector de clase alta. Sólo en esos sectores el ambiente semeja un poco a lo que es normal en Europa. No hablo de que haya carencia de servicios públicos (al menos, no donde yo vivo, que en áreas urbanas marginales, sí), sino a que no hay ornato en la ciudad (salvo en sectores de élite). Y la gente se acostumbra a la ausencia de belleza. Claro que hay cierta belleza poética en la fealdad. ‘Cierta’, insisto. Existe aquí una actitud generalizada de que no se merecen nada más que eso. Lo mínimo. Una falta de autoestima nacional que es terrible. El conformismo es una actitud que, a mi criterio, nos ha hecho mucho daño en Latinoamérica. Es la ley del menor esfuerzo. Y no me refiero sólo al conformismo en lo material, sino al conformismo emocional, intelectual, moral, político, cultural (todo lo copiamos y no valoramos lo nuestro)… Siempre podemos ser mejores seres humanos a través del aprendizaje y del desarrollo de lo bueno que ya hay en nosotros mismos… No dejar que por comodidad, lo malo crezca como las malas hierbas. Pero a ti eso no te interesa.

Sé que hiciste un gran esfuerzo económico con los viajes y la estancia allá. Estoy consciente de ello, lo valoro y te lo agradezco mucho (NO te lo voy a pagar, en compensación –que no se compensa- por mi corazón destrozado y los sueños rotos, que me ha costado mucho sanarlos…). Sin embargo, como dice el refrán: “el muerto a los tres días, apesta”. Y creo que en el fondo, el hecho de que yo no trabajara te afectó y desagradó. Era algo temporal, pero no lo pudimos sobrellevar… Porque a mí tampoco me agradaba el hecho de ser carga económica y estar de “mantenida”. Para nada. Me sentía culpable y enojada por ese hecho. ¡Y remataba contigo! Fue algo duro para mí y aunque aprendí de la experiencia, espero que Primero Dios no se vuelva a repetir.

Como ves, son pocos puntos, pero muy importantes. Yo pensé en algún momento que si yo te amaba lo suficiente, y si me esforzaba, tú querrías cambiar (creer en Dios, ser más compasivo, interesarte más por superarte no solo intelectual sino espiritual, emocional y materialmente, cuidarte más). Pero tú has dicho que eres todo lo que querías ser y no te interesa cambiar nada de ti, que estás bien así. Para mí, el ser humano está toda la vida en constante cambio, en constante aprendizaje. En evolución. Lo más triste que me podría suceder sería que dijeran cuando me muera, que soy la misma persona que era a los veinte años. Yo te he amado. Y tanto. Con todo mi corazón. Tú no tienes idea, ni lo has valorado… Sin embargo (lamentablemente), al parecer algunas veces el amor no es suficiente... No entendía esa frase hasta ahora.

Quizás algún día, sin tú ser consciente ni quererlo del todo, cambiés. Mirá que hasta los integrantes de los Rolling Stones son ahora unos respetables señores que defienden los valores familiares que antes atacaban. Y Sabina casi no bebe y está dejando el cigarro. Pero pasará mucho tiempo para que eso suceda. O puede que nunca suceda. Yo quiero lo mejor para ti, porque te quiero. ¿Crees tú que soy la persona indicada para compartir tu vida? ¿Estás dispuesto a respetarme, valorarme y amarme tal como soy, sin burlarte de mí ni tratar de hacerme cambiar de ideología? Ya ves, yo pido respeto y sin embargo, te pido que cambies… Eso no es justo. Me duele tener que despedirme, pero es lo más sano para los dos. De todas formas, nunca se sabe. Dios dirá. Sus caminos son misteriosos. Aunque no creas en Su existencia. Me encantaría que, después de un tiempo de necesario silencio, siguiéramos cultivando nuestra amistad, porque ¿Eres mi amigo ante todo, verdad? Yo sí puedo ser tu amiga, si tú también lo quieres.

Siempre te llevaré en mi corazón y en mis oraciones. Adeu.”


Soneto LXXVIII
(Pablo Neruda)

No tengo nunca más, no tengo siempre. En la arena
la victoria dejó sus pies perdidos.
Soy un pobre hombre dispuesto a amar a sus semejantes.
No sé quién eres. Te amo. No doy, no vendo espinas.

Alguien sabrá tal vez que no tejí coronas
sangrientas, que combatí la burla,
y que en verdad llené la pleamar de mi alma.
Yo pagué la vileza con palomas.

Yo no tengo jamás porque distinto
fui, soy, seré. Y en nombre
de mi cambiante amor proclamo la pureza.

La muerte es sólo piedra del olvido.
Te amo, beso en tu boca la alegría.
Traigamos leña. Haremos fuego en la montaña.





10.10.05 Jirafa amistosa

La amistad no es fácil de cultivar. Es como un bonsái. No todo el mundo tiene el tiempo, la paciencia, la dedicación y el amor para cultivar uno. Ni la suerte para que prospere.Tenemos que aprender a conocerlo. A veces se llena de plagas. A veces casi se nos muere. Para saber que lo hemos logrado, se necesita mucho tiempo, años en la mayoría de casos…

Sé que para la amistad no hay distancias ni tiempos que valgan. De las personas a quienes he considerado mis amig@s, algunas han terminado alejándose (y yo de ellas), otras me han alejado a patadas. Otras amistades simplemente han muerto por falta de interés mutuo, de puntos en común, de confianza, de dedicación… Otras, pocas, se han mantenido a través del tiempo… No. No todas las amistades son circunstanciales. Al menos, yo no lo siento así.

Es cierto que veo a mis amigos muy de cuando en cuando: la familia, el trabajo, los estudios, la distancia, la voluntad política, etc, etc. Pero sé que están allí.

Sin embargo, saber que tres de las personas que más quiero, con quienes he sido más cercana y en quienes más he confiado, se van a vivir a otro país me da un poco de nostalgia. “Ya aparecerán nuevas amistades”, me dicen.

Un amigo no se puede sustituir por otro. Es como que a una madre que ha perdido a su niño le dijeran: “pero puede tener otros niños”. O como decir que mi Bernita fue sustituida por mi Coper. Sí, son perritos, mascotas ambos, pero cada uno un ser único, singular, insustituible. Bernita jugaba con mi papá. Se puso triste cuando él murió. Coper nunca lo conoció.

Con estos tres amigos he crecido, he aprendido a ser mejor ser humano, he llorado, los he apoyado y han llorado en mi hombro, hemos pasado crisis y las hemos superado, hemos celebrado nuestras respectivas graduaciones, hemos compartido nuestras angustias existenciales y la alegría de tener pareja (cuando la tuve). Como todo cambia, se irán indefinidamente del país. Bueno, excepto una que en principio, se irá por tres años. Lo chistoso es que las otras dos siempre dijeron que vivirían aquí para ayudar al pueblo, se han interesado en la Salud Pública y Comunitaria y nunca les interesó salir fuera más que para estudiar y volver, no para vivir. Sin embargo sus parejas no son del país. La vida es así: paradójica.

Las voy a extrañar mucho. No podré llamarlas tan seguido para contarles que conocí a un chico interesante o para que me escuchen cuando estoy molesta o indignada por algo. No podrán llamarme para decirme que van a ser mamá o papá muy pronto y que les han organizado un baby shower al que estoy invitada. No escucharé cuando estén tristes y simplemente quieran ser escuchadas y recibir un abrazo. Aunque últimamente, casi ya no lo hacían… Ya lo dije: todo cambia.

Ellos son mis amigos. A pesar (y gracias a) las discusiones, los enojos, los malos entendidos (algunas veces propiciados por mí, lo admito), las alegrías, las lágrimas, los turnos compartidos en el hospital, las pasadas de hambre, las angustias por los exámenes, las discusiones donde encontramos la fórmula mágica para arreglar el mundo, lo que he aprendido gracias a ellos y lo que hemos compartido, lo que nos hemos apoyado, los muertos que hemos llorado juntos. La fe que nos hemos tenido, las idas a Mac…

Magda, Mairym y Ale: Ustedes siempre serán mis amigos, estén aquí, en Toronto, Lucerna, Timboctú, Punta de Fuego, Tanzania o Sri Lanka. Siempre serán mis amigos y los he de llevar en mi corazón y mis oraciones todos los días, como hasta ahora lo he hecho. Los quiero muchísimo, hermanitos escogidos. Han sido un regalo para mí todo este tiempo y espero que lo sigan siendo. Yo, haré la lucha, como siempre, por mantener el contacto. No me olviden…Ya saben que estoy aquí. Dios los bendiga siempre y les permita seguir dando amor, amistad, consuelo, esperanza y alegría a otras personas. Éxitos en todo lo que hagan, dondequiera que estén. Namasté.

11.10.05 Enmiendas

Dos cosas:
1. Enmienda al Decreto-Ley 1-2005
2. Amistad entre ex

Enmienda al Decreto-Ley 1-2005:

El Decreto-Ley, en principio está bien. Pero son necesarias algunas enmiendas. Reconozco que son bastante válidos los “considerandos” que enumero supra. Y agreguemos a ellos, el hecho de que no sé coquetear. De verdad. NO me sale. Eso de fingir algo que no soy, de hacerme la sumisa, quedarme callada con cara de “no sé nada”, no argumentar, mostrarme machista, no puedo… No puedo ni quiero, que es lo peor. O no sé si sea lo peor. Pero hasta el momento, mi forma de ser no ha atraído a nadie. De hecho, la mayoría de hombres que se me acercan, luego me temen. Se sienten inseguros ante mí. Desde antes (y eso que yo era un manojo de muchas más inseguridades que ahora), y peor ahora. Me miran con ojitos de “Oh, que bonita!”, pero desde lejos. Dicen que soy muy exigente (cuando ni siquiera saben lo que yo quiero). De allí no pasan. Y saludan, pero de lejos. ¿Seré yo la que los alejo? ¿Seré yo la que los ataco y los mantengo a distancia? Quizás lo hago porque según experiencias anteriores, si se les da un poco más de confianza, luego se ponen cargantes, pesados, pegajosos –aunque a mí no me guste el tipo en cuestión- y es bien desagradable después estar aclarando malos entendidos –que ellos se han hecho en su cabecita-, y luego recibir ataques, porque encima eso: se enojan cuando se sienten rechazados y luego-luego va el ataque…

Aunque la verdad, no debería seguir con esa actitud de alejarlos: “Shu, shu!”. Debería dejar que se acerquen, conocerlos y si no hay feeling, ni nada, pues ser honesta y ni modo, es horrible para el ego sentirse rechazado, pero se supera. Tampoco se muere uno por eso! Lo sé por experiencia propia.

Pero de eso, al punto “b” del decreto, de “no buscar, fomentar, ni permitir ninguna ilusión romántica (con vistas a formar pareja)”, hay mucho trecho… Por lo tanto,

Considerando: Que el hecho de que hasta el momento las experiencias de pareja vividas hayan sido muy dolorosas y hayan terminado sólo en experiencias de aprendizaje, NO quiere decir que siempre van a terminar así o a salir mal.
Considerando: Que si alejo sistemáticamente a los chicos que se me acerquen, quizá aleje entre ellos al chico con el que sí podría formar una relación bonita, enamorarnos, amarnos, etc.

Considerando: Que con ponerme un escudo, no voy a lograr nada.

Considerando: Que la vida pasa rápido, y luego una se arrepiente más de las cosas que no hace, que de las que hace.

Considerando: Que aunque es lógico y aceptable contemplar la posibilidad de que podría llegar a ser que me quede sola (sin pareja) mucho tiempo, y decretar que no he de quejarme, justificarme, entristecerme ni enojarme por el tiempo que permanezca en ese estado (civil?), para no amargarme y no volver ese hecho el centro de mi vida. Pero de eso a decretarme soltera permanentemente, sólo por no ser herida, por no hacer el esfuerzo de conocer chicos (porque se conoce de todo; d-e t-o-d-o en el camino), por miedo y cobardía… no me parece muy coherente, lógico, cuerdo, valiente ni consecuente.

Considerando: Que si promulgo que la vida es una y hay que vivirla bien, con intensidad y amor, pero por otro lado me escondo como avestruz, estoy contradiciéndome a mí misma, siendo inconsecuente.

Considerando: Que ser inconsecuente es a mi forma de ver, una de las peores cosas que un ser humano puede hacer consigo mismo y su conciencia.

Considerando: Que si, Bendito Dios, he encontrado al fin en mi corazón lo que quiero para mi vida, ¿por qué cerrarme ante la posibilidad de formar una pareja y cultivar el amor y la amistad con él?

Por lo tanto, hago las siguientes enmiendas:

DECRETO:
a. Realizar las enmiendas necesarias para el Decreto-Ley 1-2005, que entrarán en vigencia a partir de hoy
b. Aceptar mi vida tal como es (sola o con pareja), y ser feliz con ello,
c. Estar abierta a las posibilidades y propiciar oportunidades para conocer chicos estando yo libre de prejuicios, ilusiones y miedos a posteriori.
d. Evitar quejarme, justificarme, entristecerme, enojarme o volver centro de las pláticas el hecho de estar –por ahora- soltera y sin pareja.
e. Recordar que mi actitud y cosmovisión construyen mi realidad presente, que todo cambia, que no hay nada 100% seguro, que sólo recibimos lo que damos y que nos guste o no, y a pesar de nuestro libre albedrío, todo pasa por alguna razón que nos es desconocida la mayoría de veces.
f. Amarme y amar sin esperar.
g. Ser como niña y confiar en Dios.


Amistad entre ex:

Ya comprendí por qué casi nadie, después de una relación, acepta ese estado. Aún cuando las dos personas hayan terminado de mutuo acuerdo y no sea un final dramático. Usualmente, una de las dos personas ha amado más (o eso siente). Se necesita un ego muy grande o uno muy disuelto y trascendido para llevar una amistad con un ex. Y no tengo ni uno ni otro. Luego, si el final ha sido traumático, pues es peor: una persona acusando constantemente a la otra y es la de nunca acabar. Es mejor dejar que el tiempo asiente las cosas, si es que se quiere retomar la amistad.

Salí con un chico por un par de meses, y pasamos la mayor parte del tiempo terminando. Hubo tantas circunstancias atenuantes por las cuales la relación nunca prosperó, que no vale la pena enumerarlas. Al final, resultó que él se enamoró de otra chica, se hizo novio de ella, se casó y se fue a vivir a Colombia con ella. Seguimos manteniendo la amistad por correo electrónico. Me apoyó mucho cuando terminé con mi ex español. Es muy lindo, siempre me alienta y me dice que no pierda la esperanza, que soy una chica muy linda y especial y ya encontraré a alguien que valga la pena y se enamore de mí. Yo sé que él me quiere y yo a él, a pesar del poco tiempo que salimos. No puedo explicar eso: si existe la reencarnación quizá nos conocíamos de antes. Pues bien, ha nacido su bebé y claro que me alegra que todo haya ido bien con Marteen (que está precioso), pero se siente raro. Y por eso decía que se requiere o un ego muy grande (para que el narcisismo opaque el hecho de haber sido dejado por alguien más) o un ego muy trascendido (que no le de importancia a ese hecho y pueda hermanarse disuelto entre el mar de egos humanos). Simplemente eso. He comprendido. Me alegra mucho por ellos y sé que de aquí en adelante, voy a poder manejar cualquier amistad con algún ex. Por supuesto que para que dicha amistad exista, tiene que haber voluntad política de las dos partes. Y no es fácil una amistad así. Pero se aprende mucho de ello.


Otros temas:

He leído algo de Stepehn Hawkings (el ensayo “Agujeros negros y universos múltiples”). También él piensa como yo: ¿para qué o por qué existe el universo y existimos nosotros? Aunque nos expliquemos el como y el cuándo, ¿Cómo explicarnos el por qué y el para qué? Mi respuesta es: “Sólo Dios lo sabe!”. Y Ojo, que no estoy contra la teoría de la Evolución ni apoyo la propuesta de Bush&Company (ya aprobada en algunos estados de USA), de eliminar la duda científica y la teoría de la evolución del programa de ciencias de las escuelas. Por supuesto, es más fácil manejar a una población que no se cuestiona nada y acepta las decisiones del Gobierno como palabra divina. ¡Eso es regresar a la Edad Media, casi! E imponer un punto de vista sesgado de la realidad. O, al menos, una forma de análisis de la realidad. Para la ciencia, es necesaria la duda, la comprobación, la certeza. Sin embargo, la ciencia es sólo una forma de explicación del mundo externo e interno. Al final, todo depende de la base que sustenta nuestra teoría de la realidad. Como decía Quevedo (los poetas son los que al final más se acercan a la Verdad): “todo depende del cristal con que se mira”: nuestras explicaciones del Universo dependen totalmente de la teoría sobre la que sustentamos nuestra existencia. Y suelen ser sesgadas. No, no es relativismo. Es comprensión. Como la historia del elefante y los 5 ciegos. A cada uno el elefante le parecía algo diferente, porque sólo tocaba una parte del animal (la trompa, la cola, el tórax, la pata, la oreja). Aunque la Filosofía me encanta, me parece más interesante la física… ¿Cómo no estudié física? Por cobarde, por miedo a la matemática. ¡Total, las estrellas siempre me han entusiasmado! Bueno, quizás en otra vida… Sí, en lugar de biología marina!!

Como mi explicación de la realidad se basa en la ciencia, el tema de los “Niños índigo” me desagrada. Por todos lados leo relatos de estos niños en varios medios de comunicación. Quizás sean niños con HDA, pero los padres no lo aceptan y entonces resulta que hasta son una nueva serie de niños, más evolucionados, que van a transformar al mundo (TODOS los niños lo hacen, cuando les toca tomar las decisiones como adultos, del destino del planeta), y que la HDA es sólo una de sus características. Ah! Y el aura de color índigo!! Vamos, que yo sí creo que existan cosas como el aura (Aunque Usted, no lo crea!), y algún día se va a poder medir y estudiar este fenómeno (ha de ser algo electromagnético), pero de eso a mezclar la Hiperactividad con el aura, sólo porque nos cuesta aceptar que tenemos un niño especial en casa... No hay que mezclar la gimnasia con la magnesia. Y sin embargo, para las personas que se explican la realidad sólo a través de la magia y lo espiritual, es válido lo de los niños índigo. Una amiga mía muy querida, fue la que primero me habló de este tema, que está de moda.

Y la ciencia también se equivoca. Y tanto! Ya ven que se ha desmentido el hecho de que la dieta alta en vegetales y baja en grasa, prevenga el cáncer. Aún no hay estudios concluyentes. Por otro lado, también comprueba hipótesis y corazonadas: Recientemente se ha comprobado algo que yo siempre he pensado: que las malas palabras (insultos, palabras soeces) son una forma no verbal de agresión en todo el mundo. Un grupo de lingüistas y psicólogos hizo un estudio en idiomas y lenguas de todo el mundo y encontró que se presentan reacciones adrenérgicas (mediadas por la adrenalina, que se libera en momentos de ataque o huida en los humanos, primates y mamíferos) cuando se escuchan “malas palabras”. Lo hermoso de la ciencia es que comprobar las cosas, sólo es cuestión de tiempo. Y eso mismo es lo lindo de la intuición…

También me he dado cuenta de que la mayoría de insultos son bien machistas y tratan de degradar al otro poniéndolo como receptor de una relación sexual agresiva (fuck you, joder, pisar, las malas señas que indican “te lo voy a meter en el culo”, cabrón y muchas otras más que sé que existen, pero no recuerdo en este momento, o que desconozco).

Así que he de inventar otras formas de agredir. O mejor aún, no agredir. Dejar la violencia por la paz. He decidido no usar más ese tipo de expresiones (fuck you o fuck him, eran las que yo usaba). Esas palabras, según el contexto, dan la idea de que ser la receptora en una relación sexual es degradante. O la tan famosa palabra “puta”, o el muy español “coño”, pues son de degradación de la mujer. ¡Hasta en eso se denota nuestro esquema social patriarcal y machista! Y aún, el “cojones”, “por mis huevos”, “bien de a huevo”, siempre hacen connotación con genitales. En este caso, masculinos. Se relaciona genitales, sexo y violencia. Eso es triste. Quizás me quede sólo con “mierda”… No he llegado aún al grado de evolución de no necesitar de cuando en cuando, cómo canalizar mi enojo… Lo ideal: no enojarme. Namasté.

02.22.05 Huracanes y Jirafas

Uff! Llevo mucho tiempo ya sin escribir. No ha habido voluntad política, básicamente. Ganas de escribir, sí. Un serio caso de hueva, simplemente. O que la vida te absorbe y no da tanto tiempo de escribirla. Aunque podría quitarle horas al sueño para poder escribir, pero el sueño es sagrado y la verdad, lamentablemente no soy de las personas que con 4 horas que duerman amanecen frescas y lozanas como lechugas recién cortadas. Necesito 8 horas bien dormidas para amanecer bien y poder rendir, aunque puedo pasarla con 5-6 horas diarias pero luego, el fin de semana caigo como tronco… Y es que además las labores de tía no dan lugar para tanto. Cuando mi sobrinito quiere que juegue con él, o que lo bañe o lo lleve a hacer “pipí” o “popo”, pues no me puedo negar. Esos últimos dos son de los privilegios que Andrés da cuando tiene confianza, y lo estoy disfrutando, pues pronto crecerá y ya no podremos jugar igual, ya que las cosas cambian. O sus privilegios (espero y seguro que sí), serán de otro tipo. Espero en Dios que siempre me tenga dentro de su círculo de confianza. Lo quiero muchísimo.

Hay libros, palabras, personas, eventos, que son como huracanes en nuestras vidas. Que luego de pasar nos ayudan a ver la tierra tal cual es y conocer los antiguos cauces de ríos que habían sido desviados hacia otros lugares. Y enterrar aldeas completas, y llorar a los muertos, y empezar de nuevo, con esperanza en el futuro que vendrá con tiempos mejores, y con fe en Dios.

Panabaj era el cantón de una aldea de uno de los pueblecitos que están alrededor del lago de Atitlán. Fue arrasado por una correntada de lodo y piedras que bajó por lo que era antes el cauce de un río que por la deforestación fue desapareciendo y fue olvidado. Hasta hace un mes, cuando ocurrió el desastre. Ahora, los habitantes de los pueblos están empezando a ver hacia el pasado, para no cometer los mismos errores. Están empezando a recordar las enseñanzas ancestrales y que hay que respetar las fuerzas de la naturaleza y dejar que sigan su rumbo. Que los ríos regresan a su cauce, tarde o temprano. Cientos de personas murieron en ese lugar, en medio de la noche. Esperemos que la nueva aldea se asiente en un lugar seguro y se respete a la naturaleza. Esperemos que la tragedia no se repita.

El clima está cambiando. Ya nadie lo puede negar. Ni Bush, que nunca ha querido firmar el tratado de Kyoto. Y Estados Unidos ha sufrido a Katrina. Bueno, tres estados del sur, de los más pobres y abandonados. Los que esperan el fin del mundo gritaron eufóricos cuando sucedió Katrina, Rita, Stan y casi inmediatamente, el terremoto en Pakistán e India, que era el fin del mundo o un castigo “Divino” por la maldad del hombre. Si fuera un castigo Divino, yo no podría creer en Dios, pues ¿Qué Dios castiga a sus hijos más pobres, excluidos y abandonados? En Estados Unidos se notó la poca capacidad y/o interés en responder ante la tragedia. Es increíble que cuando el Stan acá, luego-luego vinieron los gringos y allá, nada… Ahora ya se les ha olvidado a los de CNN, ya no es noticia la población de personas pobres (en su mayoría inmigrantes latinos y negros) que están en condición de desplazados, refugiados, muertos, desaparecidos, viviendo condiciones terribles de salud y de seguridad… cuando acababa de suceder, ¡¡parecía Haití!! Ni aquí sucedió eso con el Mitch!! Groenlandia, los glaciares de todo el mundo, el polo Norte se están derritiendo. Ya va siendo tiempo de buscar otras fuentes sustentables y no contaminantes de energía. Energía solar, eólica, quizá nuclear (si es bien manejada… ¿y los desechos, a dónde irían? A los países “en vías de desarrollo”, of course!) Las bicicletas o carritos tipo los Picapiedra, con motor eléctrico, podrían ser una solución. De todas formas, con o sin contaminación por nuestra influencia, parece que la Tierra tiene ciclos climáticos cada cierto tiempo, independiente de las condiciones previas. Y este, es uno de ellos.

La Tierra nos está enviando advertencias… Allá nosotros si las escuchamos. ¿Qué queremos heredar a nuestros hijos? ¿Son histéricas y exageradas las advertencias de los ambientalistas? Me he recordado mucho en estos días de lo que dijo el jefe Seattle ante la petición de los gringos de que vendieran la tierra de sus ancestros. Hubo hasta tornados e inundaciones en Cataluña (El Prat, Sitges, Barcelona). Mientras tanto, en otras partes del mundo (como la Amazonia, por ejemplo), hay una enorme sequía y los ríos se están secando… ¡¡El Amazonas se está secando!! De verdad, da miedo. Y parece que a casi nadie le importa… El Huracán Stan que llegó a las costas atánticas de la península de Quintana Ro en México y llegó al Pacífico como depresión tropical, destruyó muchos sitios, causó pérdidas materiales y humanas en México y en Guate’. No en todos lados. Aquí en la ciudad, como que nada, inauguraron un “Mall” hiper lujoso, el más grande de Centroamérica, dicen… Una vez más, un evento natural devastador, el Stan, ha demostrado la capacidad de respuesta (e ingenio) del Tercer Mundo. Aunque resultó peor que el Match, porque aquí afectó más áreas, Primero Dios sobreviviremos y nos pondremos de pie… Por lo pronto, Panajachel ya es visitable y está habilitado para recibir turistas de nuevo.


Cambiando de tema, en este portal
http://www.fuenterrebollo.com/Etnografia/diosmayaS.html, hay información incompleta y errónea (en elación a los grupos mayas que habitan actualmente Mesoamérica -que no, no es un término "americanista" sino una realidad geográfica-), y hay unas fotos de sellos postales con los "Forjadores" de América... JAH!! He escuchado decir de españoles que ni ellos ni sus antepasados tienen nada que ver con el estado actual (bastante malo, por cierto, en la mayoría de países de Latinoamérica, por la pobreza, la desigualdad social, la corrupción, la volencia, los regímenes autoritarios del pasado, la delincuencia, etc...), que eso es culpa nuestra. Pero claro, sí se llaman a sí mismos "los forjadores". Pues si fueron los padres, los forjadores, ¡¡algo de responsabilidad tendrán en el estado actual de los países que invadieron!! Es como que si los padres de un adolescete que durante su infancia fue maltratado física y psicológicamente, casi abandonado y explotado, nieguen su responsabilidad si este es un rebelde, falta a clases, bebe, usa drogas, infringe la ley, etc... Por supuesto que (si lo desea), el joven tendría que ver los errores que está cometiendo y el daño que se hace, y buscar ayuda para corregirse. Pero el daño está allí y tendrá que vivir con él, si no quiere parar como adicto permanente a algo, como homeless o como antisocial o delincuente, en el peor de los casos . Es inevitable: a nivel micro o macro, individual o grupal, la vida siempre deja huellas y cicatrices más o menos profundas... "Los Forjadores"... Ja! (ja, ja, ja)

Sugiero a los chicos que me leen (¿?), si quieren aprender algo de la forma femenina de procesar información, que vean la película “El diario de Bridget Jones 2”, nomás para que se den una idea de lo desconfiadas (y hasta “casi” paranoicas) que podemos llegar a ser las mujeres… Por supuesto es una película de humor, y hay que tomarla como tal, pero algo de la realidad refleja el comportamiento de la protagonista… ¿Será esto por intuición exacerbada?, ¿Será por inseguridad propia o falta de confianza en la fidelidad del hombre? ¿Será por demasiada imaginación? ¿O es simplemente un rasgo de neurosis o de problema de personalidad? Como sea, de todas formas es graciosa!! Namaste.

07.11.05 Jirafa que vive la vida

Este libro de John Bowly me ha sido de mucha utilidad: “La pérdida afectiva: Tristeza y depresión – Tercer volumen de la obra “El Apego y la Pérdida”- 1ª ed. 2ª. Reimpresión. Editorial Paidós, colección Psicología Profunda. Barcelona, España. 1997”. Tanta, que mi vida dio algo así como un salto espacio-tiempo. Quiero conseguir los primeros 2 libros de la serie. Muy interesante la evaluación de la Pérdida afectiva desde el enfoque de la psicología cognitiva, basado en estudios y pruebas estadísticas. Además, el autor compara el análisis que realiza la psicología cognitiva con las explicaciones que da el psicoanálisis freudiano y sus diferentes escuelas. Muy interesante, de verdad.

Mi sobrino de tres años y dos meses, Andrés, es un maestro en mi vida. Agradezco mucho todas sus enseñanzas. He aprendido que los sarcasmos y las ironías hieren mucho –mucho- y los niños sí se dan cuenta de ello, el tono de lo que se dice es muy importante. He aprendido que el amor y la verdad son lo mejor que podemos dar a un niño y a todo ser humano. Que hay que corregir con amor, sin burlas. Que hay que tener mucho cuidado con lo que se dice y se hace, y hay que ser muy coherentes y buenas personas, porque los niños lo imitan todo y lo repiten todo. Una tiene que estar bien con una misma para poder acercarse a un niño.

Los niños son como esponjas absorbentes. Y muy sensibles, como copas de cristal cortado. Van a llenarse y a dejar ver lo que uno les da. He aprendido que es muy frágil la sensibilidad, la confianza y la ingenuidad de un niño, que su mente en formación es súper permeable y aprende y absorbe todo lo que siente, mira, escucha y vive (para bien o para mal). Que hay que estar muy dispuestos a dar tiempo, mucho tiempo con amor, dedicación, paciencia y comprensión para los niños. Para poder formarlos en vez de no deformarlos, aunque en su fragilidad, los niños son muy resistentes, y sobreviven a todo. Aprendí que los niños necesitan a sus padres (a los dos) en un hogar con amor (por lo tanto como seres individuales y como pareja, insisto, se necesita estar bien con uno mismo y que exista amor y comprensión para sí mismos y para el otro).

He aprendido que los niños necesitan reglas fijas, normas, disciplina con amor y que hay que ayudarles desde muy chicos, a ser libres y responsables de su libertad. Responsabilidad que es individual (responder por el resultado de las propias decisiones) y colectiva (responsabilidad por ayudar a nuestro prójimo y cuidar nuestro medio). También he aprendido que las promesas que se les hacen a los seres humanos en general y a los niños en particular, se deben cumplir. Así que hay que tener cuidado con lo que se promete. También he aprendido que lo más valioso de la vida no tiene precio y que con un osito de peluche y mucha imaginación, se puede pasar toda una tarde lluviosa muy divertida. Amo a Andrés. Mi Osito no tiene idea de cuánto me ha enseñado con su mirada (a veces triste) y sus sonrisas chispeantes y francas. O con su risa cantarina. Siempre le estaré agradecida por tantas lecciones y por todo su amor. Me ha ayudado a ser mejor persona.

En el canal Discovery pasaron un programa acerca de los cambios (de forma de ser, estado de ánimo, forma de interpretar la realidad) que se opera en las personas que han recibido la descarga de un rayo y sobrevivieron para contarlo. En resonancias por emisión de positrones y tomografías, se observan cambios en el funcionamiento de ciertas áreas del cerebro. Similar a lo que sucede con la depresión. En el caso de los rayos, la hipótesis es que la descarga eléctrica con un amperaje tan elevado es la que ocasiona los cambios. En el caso de la depresión, es por el desequilibrio de neurotransmisores que ocurre por una predisposición genética, pero se dispara por estímulos del medio familiar y ambiental. Pero gracias a Dios, se sale de ambos estados!! Requiere voluntad política, tiempo y paciencia, pero sí se puede superar ese estado. Y aprender mucho del mismo.

El estudio “Reflex” realizado en 7 países europeos, publicado por el Colegio de Médicos de Viena, determinó que los teléfonos celulares, debido a las ondas electromagnéticas y la radiación de microondas que emiten, aunque es de bajo nivel, puede ocasionar daño al ADN: cáncer y/o infertilidad. Recomiendan como prevención en NIÑOS y adultos: hablar por teléfono celular o móvil, poco tiempo y sólo por emergencias. No llevarlos en los bolsillos de los pantalones ni en la cintura, no enviar mensajes de texto colocando el aparato debajo de los pupitres o sobre las piernas, apagarlo por la noche y dejarlo lejos de la cama. Y NO usar los “jueguitos” que traen. Con las Laptop se ha determinado la relación entre uso de computadoras portátiles e infertilidad masculina; esto debido al calor que emiten, el lugar en donde se colocan –sobre las piernas- y la posición de las piernas (juntas y presionando el área genital). Así que chicos, ¡Ya lo saben!

Cuesta encontrar un buen psicoterapeuta, un buen esposo, una casa que nos guste por completo, un trabajo en donde nos sintamos realizados, un@ amig@ para toda la vida… Quizá la fe también es así. Sólo basta tener la idea de que existe, y aunque tropecemos mil veces en el camino, y caigamos y volvamos a tropezar, si seguimos buscando, tarde o temprano la encontraremos. Casi sin darnos cuenta. Sí. Siento que así es la fe… O sea, voy por buen camino. Aunque hasta el momento pareciera que todas las puertas se cierran, cuando sea el momento, alguna se abrirá. Es cuestión de paciencia y perseverancia…

San Cristóbal, cuenta la leyenda, quería servir al Rey más poderoso de la tierra. Y luego de pasar sirviendo de rey en rey, incluso a Satanás (a quien dejó de servir porque no pudo ver una cruz), se quedó viviendo a la orilla de un río, pasando personas de una orilla a otra pues no había puente, esperando encontrar algún día al Rey más poderoso de la Tierra. Y una mañana, cuando ya estaba viejo, se le apareció un niño. Cuando lo transportó, casi se hunde por el peso. Cuando lo depositó en la otra orilla, el Niño le explicó que era Jesús y que había soportado todo el peso del mundo en sus hombros, y que con su ayuda desinteresada, Lo había servido todos esos años. San Cristóbal se alegró mucho y días después, murió. Es una metáfora muy bonita de lo que escribí en el párrafo anterior.

La película “El Crimen del Padre Amaro”, me permitió ver algo: más allá de la denuncia de las ilegalidades y mafiosidades de la iglesia (católica, en el caso concreto de esa película), de la prohibición del amor de pareja para los sacerdotes y de la ambición de poder de algunos miembros del clero, me permitió ver la importancia de la compasión, para poder perdonarnos por los errores cometidos, para poder amarnos a nosotros mismos y a los otros, con todo lo imperfectos que somos, con todo y por todo el dolor que llevamos a cuestas (el que hemos provocado y el que hemos vivido). Por lo bellos que somos y lo buenos que podemos ser. No hay nadie que pueda señalar a otra persona. Básicamente todos somos lo mismo. No estamos aquí para juzgarnos y señalar, sino para comprendernos y amarnos, a nosotros mismos y a los otros. Perdonar es dar un don (quizá no merecido) a otro, o incluso a nosotros mismos. Y cuando llega la comprensión, el perdón llega a ser innecesario.

Me he dado cuenta de que los seres humanos hemos buscado por siglos la libertad y el amor, y sin embargo, tenemos miedo precisamente a lo que más anhelamos. Hasta huimos de una vida en amor y libertad con pretextos, síntomas, justificaciones, búsquedas de poder, formas de evadir la realidad y la excusa de que el pasado, la familia, la pobreza o los genes nos hicieron ser como somos, para no asumir nuestra libertad y nuestra capacidad de decidir. El dolor siempre va a estar allí. El riesgo de vivir y de decidir cualquier cosa, es evidente. El miedo a sufrir, a perder lo amado, a equivocarnos, a “fracasar”, nos va a acompañar mientras vivamos. Pero, si lo sabemos, tenemos la oportunidad y no ejercemos nuestro derecho a elegir en libertad con responsabilidad, de decidir ser libres y amar, de aceptar que tenemos el derecho a la felicidad, de decir sí a la vida con intensidad, a pesar del miedo y del dolor… Es triste, realmente triste. ¿Qué clase de vida llevamos entonces? Son las cosas simples como disfrutar la comida y la bebida (disfrutar, no excederse), amar a otros, sentirse útil y ser responsables de nuestras vidas, las que nos hacen felices. Y tenemos derecho a ejercer esa libertad.

La historia parece un ciclo que, con diferencias culturales, distintos actores y diferentes niveles de tecnología, se repite. Durante siglos, diferentes grupos han luchado en el norte, en el sur, en el centro, el occidente o el oriente, por su libertad, por su país y su familia. Por el poder y el dinero, en el fondo de todo. Y cuando hay tiempo de paz, abundancia, belleza… buscamos cómo pelearnos con alguien: con nosotros, nuestras familias, con esos vecinos a los que llamamos compatriotas, o con los del país de enfrente, o con los que son diferentes por cualquier causa (color de piel, idioma, religión, sexo, inclinación sexual, ideología, etc.), en lugar de ejercer nuestra libertad. O nos refugiamos en mil inventos (desde adicciones de todo tipo, hasta en cárceles de palabras e ideas), para encerrarnos y no vivir en libertad. Primero hay que darse cuenta de que se está encerrado. Luego, identificar qué tipo de cárcel es para encontrar la salida. Después, buscar la llave (usualmente la llevamos en el bolsillo o colgada con un lazo dorado del cuello). Y tomar la decisión de abrir la puerta y salir, que por extraño que resulte, puede llegar a ser lo más difícil. Me ha tomado muchos intentos fallidos, años, lágrimas, dolor (con daños segundos y terceros) y vivido, errores, tiempo, tiempo, mucho tiempo, darme cuenta de eso. He cerrado un ciclo. ¡Aleluya! Bendito Dios. Benditos nosotros, humanos en la lucha diaria por el equilibrio. Que aprendamos de nuestros errores y nos amemos a pesar, o precisamente por ellos. Namasté.

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