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Sentimientos, reflexiones, historias y opiniones del viaje que es la vida.

diciembre 14, 2004

Como una lombriz... =) 

14.12.04 Jirafa libre (y feliz)

Estoy feliz, como una lombriz. Feliz, feliz como una lombriz. Estoy viva. He aprendido. Me siento bien conmigo y mi vida. Soy una mujer libre de decidir. Autónoma. Fue muy instructivo el viaje a donde mi amiga de Río Dulce. Llegó una prima de ella, ingeniera industrial con una maestría en Administración, gerente de una empresa, 32 años. Una mujer guapa (que lo es), segura de sí, cariñosa, inteligente y exitosa en su trabajo.

Pues la chica llegó porque su novio, su primer novio, dicho sea de paso, un tipo nicaragüense, terminó indirectamente con ella. O sea, ella lo mandó a volar porque él empezó a portarse mal con ella: no contestaba las llamadas, no le daba besos, etc. Porque ella no aceptó largarse con él al pueblo más atrasado de Nicaragua a ser ama de casa, renunciando él a su trabajo (con posibilidades de desarrollo acá) y ella también, viviendo a una temperatura media anual de 40 grados centígrados. Pero claro, ella está desolada. Él es aries y como típico signo de fuego, pidió hablar con los padres, y hasta le había pedido matrimonio. La impulsividad con patas. Ella entre lágrimas nos estuvo contando que algunas de sus amigas (ingenieras, exitosas) se han casado con mecánicos de autos o con chicos que sólo terminaron e bachillerato y que andan tras ellas como perritos falderos: dos patas, llévame mis cosas, échate, hazte el muerto. Y si antes lo había pensado, pues ahora estoy segura: yo no quiero a un verdugo (abundantes, con violencia emocional, psicológica y/o física), a un hijo (como el tipo de 43 años, esposo de mi amiga recién casada, que le dice: “tú eres mi mami y yo tu hijito y tienes que cuidarme” ¡Qué horror!), a un padre (que me diga qué hacer y me regañe por todo, yo niña tonta), ni a un perrito faldero. Quiero a un hombre, a un compañero de vida. Y si eso no existe, pues prefiero estar sola. Así de simple. Pero yo tengo fe en que, escasos, pero existen.

He trabajado bastante, he luchado, estoy feliz con lo que he aprendido del sufrimiento que he vivido y merezco a alguien que valga la pena. No quiero seguir pensando que “todos son iguales,” porque por haber pensado así me ha pasado lo que me ha pasado. Mi amiga y su prima dicen que todos son iguales, pero yo siento que no. Confío en que no. Es cierto que el cromosoma Y los hace diferentes. Y es cierto que si tiene plática interesante, es sensible, le gusta el arte y la decoración, sabe arreglarse, es ordenado y limpio, es gay. El chico que no es desordenado, no le gusta cambiarse de ropa, hace barbaridades con la limpieza de la casa, se viste como arlequín, no sabe ni rosca de decoración, le gustan los deportes por tv (mientras le crece la panza viéndolos y comiendo) o no tiene nada de qué hablar. Una de esas cosas va a tener, de ley. Es genético. De eso ya estoy resignada. Pero no todo junto, por favor!

Y estuve pensando que yo decía que mi intuición se había equivocado al haberme fijado en mi ex, pero no: recordé que en marzo del 2002, cuando fui a visitarlo por primera vez, me horrorizó la colección de cómics del Víbora que tenía en casa. Esos cómics están llenos de violencia, pornografía, dibujos en donde colocan a la mujer en un plano inferior, dibujos grotescos o francamente vulgares. Y muy arte podrá ser, pero yo no me identifico con eso. No me dice nada de mí, no invertiría ni un centavo en ello. Pero a él sí le decía algo puesto que tenía tantos, coleccionados durante tanto tiempo argumentando que a veces salían algunos buenos. Por uno o dos cómics buenos, entre seis horribles, vale la pena la inversión? Y no siempre salían esos cómics medio buenos. Cuando venía de regreso a Guatemala leí en El País que el editor ( y dibujante a veces) de esa publicación había colaborado en un libro que se llamaba “todas putas” o algo así y defendía el maltrato a la mujer argumentando que eso les gusta. Luego para defenderse dijo que era un libro, que sólo era ficción. Yo digo que “de la abundancia del corazón, habla la boca”, tal como decía mi padre. Entonces, ¿Cómo pude seguir adelante con un chico así? Porque estaba mal, le quería, creí que él cambiaría (típica idea femenina ancestral y errónea), creí que él me quería de verdad y no quería estar sola. Además, como le gustaba leer tanto y parecía culto, creí que también había cultivado su espíritu y su alma, no sólo su intelecto. Yo sé que es un buen chico y que podría estar mejor de como está (y no hablo sólo del dinero), y utilizar mejor los dones que le han sido dados, en lugar de desperdiciarlos, pero ni modo, es su decisión vivir así y como además, él decía que era todo lo que había soñado ser de adolescente, pues no aceptaba ninguna sugerencia de cambio. Recuerdo, en marzo, que una vocecita dentro de mí me decía: “¡No! ¡No sigas! Esto no se ve bien.” Y cuando le dije a él que estaba decepcionada de ver esas revistas tan feas, me dijo (muy pacientemente, contrario a como tomaba las cosas después) que no, que era arte, etc. Y la falacia funcionó. Me dije que quizá era cierto, que yo era muy cuadrada, que no sabía de arte… Puse a la vocecita en off y seguí adelante. Ya entonces sus amigos habían dado muestras de lo que eran: ya me habían dicho “sudaca de mierda”, en broma. Y mi ex los defendió. Ya la amiga había hecho todo un drama argumentando que él no le dedicaba tiempo. Yo aún no sabía que esa chica fumaba hachís, sólo marihuana. ¿Qué ambiente físico, emocional, psicológico, intelectual y ético es ese para criar hijos? No, no, no. Gracias a Dios no me quedé allí o habría terminado anulada, pisoteada y, en efecto, sintiéndome como “sudaca de mierda”. Definitivamente Dios me quiere mucho, que me libró de eso. Y cierto, yo estaba mal, estaba deprimida. Pero al menos lo reconocí y busqué ayuda, y salí y aquí estoy, vivita, coleando y habiendo aprendido un montón para mi vida y para la Vida. Yo no tengo rencor contra estas personas. Sé que en el fondo son buenas personas, pero necesitan ayuda, han sufrido y no han recibido amor ni orientación. Yo siempre le pediré a Dios por ellos y a mi ex lo llevaré en mi corazón y mis oraciones. Aprendí y conocí mucho gracias a él y siempre le estaré agradecida. Gracias a él soy una mejor persona. Y le deseo lo mejor, ojala cambie algún día, por su bien. Creo que él no acepta que está deprimido (o no sé qué otro problema tenga, los ataques de pánico son parte de la depresión y él los sufría, el pobre), y lo está pero lo esconde muy bien. El teatro le ha ayudado a ponerse máscaras muy buenas. Pero se engaña a sí mismo. Creo que en el fondo me tuvo miedo porque se vio reflejado en mí. Y le dio miedo lo que miró: la depresión. Pero no sabía ni tenía fe en que se puede salir de ello. En eso falló, porque me perdió.

Me siento libre. No espero nada. No me pongo tiempos ya. Si no aparece ningún hombre que me haga pensar en arriesgarme a abrirle mi corazón, pues seré madre soltera. Estoy abierta a las posibilidades. Tengo esperanza. Soy capaz de amar. No soy perfecta. Tengo mucho que aprender. Tengo una vida por delante. Me gusta lo que hago, mi trabajo, mi vida. Cuento con amigos y familia. Y tengo fe. La vida no es perfecta. No hay nada asegurado. Todo cambia. A veces cuesta aceptar los cambios. Es difícil. La sociedad que han construido está deshumanizada, pero podemos poner nuestro granito de arena desde donde estemos. Quiero seguir cultivándome y cultivando este regalo que es la Vida. Doy gracias a Dios por todo lo que me da, por todo lo que es y todo lo que ha sido. Y sigo adelante. Sólo Dios sabe lo que vendrá. Y estoy feliz. Feliz como una lombriz… ¿Son felices las lombrices? De repente y sí. O sólo es una rima infantil. Se me desaparecieron unos archivos de aquí y no sé cómo. Dios nos bendiga a toso y nos ayude a ser todo lo que podemos ser en armonía con el Tao. Namasté. =)

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