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Sentimientos, reflexiones, historias y opiniones del viaje que es la vida.

febrero 23, 2004

Una semana de posts 

14.02.04 Jirafita y el amor

La primera vez que leí a Whitman, hace un año y medio, no lo entendí mayor cosa. No me decía nada. Me pareció narcisista y ególatra. Peor el “Canto a mí mismo”. Hasta me sentía demasiado egoísta al leerlo. Sin embargo, lo he vuelto a retomar y me ha encantado. Especialmente el “canto a mí mismo”. Y es que la narcisista era yo. Hay variedades de narcisismo. Está el narcisista clásico que sólo habla de sí mismo y se cree lo non plus ultra, mirando al resto de la indigna humanidad, sobre su hombro. Está el narcisista escondido, que se desvalora y se resta mérito cuando alguien lo elogia. Está el narcisista intelectual que se ha casado con una sola idea de lo que es el mundo, cómo funciona y cuál es su etiqueta personal, incapaz de ver la consciencia y el alma de todo lo que existe. Está el narcisito solipsista, que cree que todo lo que existe es un reflejo de sí mismo. Sin olvidar al narcisito idealista, que tiene ideas de grandeza para salvar el mundo y encontrar la solución a uno o todos los problemas de la humanidad o al menos, del país. Este último, muy propio de adolescentes y jóvenes idealistas. Pero al final, todo es narcisismo, y en el fondo, falta de amor propio. De amor a la naturaleza compleja y cambiante propia del ser humano que somos, con todo lo bello y lo despreciable que vive en nosotros. Se puede aprender mucho del narcisismo. La energía juvenil es muy poderosa e importante, muy rica y creativa. Ha impulsado cambios, revoluciones, descubrimientos, investigaciones. Así que no lo veo como algo “malo”. Es tan solo una forma de nuestra alma, de nuestro inconsciente, de pedir amor, atención y cuidado. Y del ego, de pedir reconocimiento por los logros y atención. También hay que alimentar al ego, que es parte de nosotros. Al descuidarlo y negarle la importancia que tiene, al dejar de lado nuestra alma, aparece el narcisismo. Sé que no hay que generalizar y no puedo decir que esto es absoluto (aunque creo que en el fondo sí es generalizable), pero creo que lo que subyace detrás de la mayoría de problemas y enfermedades (individuales y colectivas) en este mundo, es falta de amor. El “all you need is love”, suena muy simplista, pero no lo es. No es tan simple como parece. ¿Vale la pena la vida? Es una pregunta que me he hecho muchas veces, desde hace mucho tiempo. Creo que todos nos la hacemos en algún momento. Pues si no vivimos, no podremos responderla. Y digo vivir, no sobrevivir, “ir pasándola”, como dicen en mi país, medio vivir o estar muertos en vida. Simplemente vivir. Y amar. Sobre todo, amar. ¿Vale la pena vivir? Quizá antes de morir, pueda responder a esa pregunta. Y dejo aquí dos ideas acerca del amor. Namaste.

-¿Amarlo? No queda nada que amar.
-Siempre queda algo que amar. Y si no has aprendido esto, no has aprendido nada. ¿Has llorado hoy por este muchacho?... Por lo que le ha sucedido y por lo que le han hecho. Hija, ¿Cuál crees que es el momento de amar más a una persona, cuando ha actuado bien y hecho las cosas fáciles para todo el mundo? Pues entonces no has terminado de aprender –porque ése no es el momento en absoluto. Es cuando ha tocado fondo y no puede creer en sí mismo porque el mundo lo ha azotado mucho. Cuando comiences a medir a alguien, mídelo bien. Asegúrate que has tenido en cuenta los montes y valles que ha atravesado para llegar a dondequiera que esté.
Lorraine Hansberry, A Raisin in the Sun

Son sólo el orgullo, el egoísmo, la ignorancia y la frialdad los que nos impiden sentir compasión. Cuando por último vayamos a casa, a Dios, seremos juzgados por lo que fuimos con los demás, por lo que hicimos con los demás y, especialmente, por el amor que pusimos en ello. No es cuánto damos, sino cuánto amor ponemos en dar: esto es la compasión en acción.
Madre Teresa


15.02.04 Jirafa solidaria

Recuerdo cuando ingenuamente, con unos amigos nos pusimos de acuerdo en que cuando encontráramos a alguien que pensara como nosotros, lo pasaríamos a la categoría de “mi amigo”… No sé si ellos recuerdan aún ese trato. Ya no los veo. Uno vive en otro país y el otro, como si viviera porque trabaja fuera de la ciudad y está en una maestría de Salud Pública. Pero leyendo esto que me envió una amiga, me he recordado de “mi amigo”, Galeano. De nuevo mi ego se alegra pues alguien con opinión “de peso”, comparte mi opinión respecto al tema Brasil – fichar gringos. Me gusta mucho cómo escribe Galeano. Y hablando de jirafas voladoras, es paradójico: a pesar de que me gustaría que hubiera en estos momentos alguien a quien yo amara, un chico lindo y tierno, a pesar de que necesito a quien amar, me siento, no sé cómo decirlo, sin fuerzas o sin ánimo… No sé cómo describirlo. Es como si todo mi ser añorara encender una fogata, hay leños, pero la cajita de fósforos está vacía (la desperdicié antes con alguien que no la apreció…) y no sé cómo hacer fuego con pedernales. No soy scout, pero tendré que aprender a hacerlo si es que quiero formar una pareja algún día. Bueno, esto en el supuesto de que encuentre a alguien que me parezca interesante y que se interese por mí como amiga y como mujer. Y en el supuesto de que aún no haya perdido la capacidad de enamorarme. De todas formas, no hay nadie en perspectiva; panorama actual: en la maestría somos 18 mujeres (la mayoría casadas) y dos hombres casados. En el trabajo: la enfermera, el niño de farmacia y yo. No tengo mucho chance de conocer chicos. Y como puedo y no quiero, pues por ahora está bien… ¿está bien? No. Siento que el tiempo es como la espada de Damocles que pende sobre mí. Esto es ridículo: por un lado estoy consciente de que ni tengo ganas ni están dadas las condiciones suficientes y necesarias para conocer un chico, pero por otro lado, me preocupa el paso del tiempo pues me gustaría ser madre y serlo a los cuarenta años no es muy recomendable. Total… Creo que ya fue suficiente de este tema y con darle vueltas y vueltas, debido a mi naturaleza basal obsesivo-compulsiva, no voy a lograr nada. ¡Ya basta! Si tan solo pudiera poner en práctica el “Carpe Diem” y el “Cada día tiene su propio afán…”, porque además tengo mucho que hacer como para perder el tiempo pensando sandeces. Necesito poner en práctica esas dos máximas.

Ahora que regreso a la universidad volveré a tener acceso a la biblioteca universitaria, y eso es una gran ventaja porque sólo hay una biblioteca pública en mi ciudad (y no prestan libros fuera del recinto). Aunque con todo lo que tengo que estudiar, veré cómo me organizo para poder leer libros que no sean los de la maestría o de información acerca de mis pacientes. Estoy feliz con mi trabajo. Ya me hacía falta atender pacientes. Dar clases me encanta, pero también me gusta atender pacientes. Quisiera poder llegar a un balance da ambas actividades. He aquí el artículo escrito por Galeano. Namaste.

Malas Costumbres por Eduardo Galeano

Un pequeño gesto de dignidad nacional desató tremendo escándalo a principios de este año. En todo el mundo la prensa le dedicó títulos de primera página, como informando de algo rarísimo, algo así como: "Hombre muerde perro".

¿Qué había ocurrido? Brasil estaba exigiendo a los visitantes estadunidenses lo mismo que Estados Unidos exige a los visitantes brasileños: visa en el pasaporte y fichaje en la frontera, incluyendo foto y huella digital.

Muchos condenaron ese acto de normalidad como una expresión de peligrosa locura. Quizá, si el mundo no estuviera tan mal acostumbrado, las cosas se hubieran visto de otro modo. Al fin y al cabo, lo anormal no era que el presidente Lula actuara así, sino que fuera el único: lo anormal era que los demás aceptaran sin chistar esas condiciones que Bush impuso a todos los países, con excepción de unos pocos privilegiados que están más allá de cualquier sospecha de terrorismo y maldad.

* * *

Todo se explicaba, faltaba más, por el 11 de septiembre. Esta tragedia, que el presidente Bush sigue utilizando como una póliza de perpetua impunidad, obliga a su país a defenderse sin bajar nunca la guardia.

Sin embargo, como cualquiera sabe, ningún brasileño ha tenido nada que ver con la caída de las Torres Gemelas de Nueva York. En cambio, como pocos recuerdan, el más grave atentado terrorista de toda la historia del Brasil, el golpe de Estado de 1964, contó con la fundamental participación política, económica, militar y periodística de Estados Unidos.

Este asunto de los fichajes de viajeros, que tanto lío armó, no es más que un caso de justicia retributiva, y sería ridículo confundirlo con una tardía venganza histórica. Pero las rutinas de la indignidad tienen mucho que ver, en América Latina, con la mala costumbre de la amnesia, de modo que no está de más recordar que la participación oficial y oficiosa de Estados Unidos en aquel golpe de Estado terrorista ha sido documentalmente probada y confesada por sus principales actores. Y valdría la pena recordar también que ese cuartelazo no sólo abrió paso a una larga dictadura militar, sino que además asesinó y sepultó las reformas sociales que el gobierno democrático de Jango Goulart estaba llevando adelante para que fuera menos injusto el país más
injusto del mundo.

Aquel impulso justiciero demoró 40 años en resucitar. En esos 40 años, ¿cuántos niños brasileños murieron de hambre? El terrorismo que mata por hambre no es menos abominable que el que mata por bomba.

* * *

Malas costumbres: indignidad, amnesia, resignación. Por miedo, nos cuesta cambiarlas; por pereza mental, nos cuesta imaginarnos sin ellas.

Se nos hace inconcebible el revés de la trama, la contracara de cada cara. Preguntarnos, pongamos por caso, ¿qué hubiera pasado si Irak hubiera invadido Estados Unidos, con el pretexto de que tiene armas de destrucción masiva? ¿Y si la embajada de Venezuela en Washington hubiera impulsado y aplaudido un golpe de Estado contra George W. Bush, como hizo la embajada de Estados Unidos en Caracas contra Hugo Chávez? ¿Y si el gobierno de Cuba hubiera organizado 637 tentativas de asesinato contra los presidentes de Estados Unidos, en respuesta a las 637 veces que intentaron matar a Fidel Castro?

¿Y qué pasaría si los países del sur del mundo se negaran a aceptar una sola de las condiciones impuestas por el Fondo Monetario y el Banco Mundial, a menos que estos organismos empezaran por imponerlas a Estados Unidos, que es el mayor deudor del planeta? ¿Y si el sur aplicara los subsidios y los aranceles que los países ricos practican en casa y prohiben afuera? ¿Y si...?

* * *

Malas costumbres: el fatalismo. Aceptamos lo inaceptable como si fuera parte del orden natural de las cosas y como si no hubiera otro orden posible. El sol enfría, la libertad oprime, la integración desintegra: nos guste o no nos guste, no hay manera de evitarlo. Elija usted entre eso o eso. Así se vende, por ejemplo, el Alca.

* * *

Allá en el principio de los tiempos, el viejo Zeus, el mandón mayor, no se equivocó. Entre todos los moradores del Olimpo griego, Hermes era el más mentiroso, el tramposo que a todos engañaba, el ladrón que todo robaba. Zeus le regaló unas sandalias con alitas de oro y lo nombró dios del comercio. Fue Hermes, después llamado Mercurio, quien engendró la Organización Mundial del Comercio, el Nafta, el Alca y otras criaturas concebidas a su imagen y semejanza.

El Nafta, el acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México, acaba de cumplir diez años. La mano de Hermes ha guiado, paso a paso, toda su infancia. Vida y obra del Nafta, primera década: recordemos no más que un par de episodios reveladores de lo que nos espera si se concreta el Alca y esta llamada libertad de comercio, humilladora de soberanías, se extiende a todo el espacio americano:

* En 1996, el gobierno de Canadá prohibió la venta de "una neurotoxina peligrosa para la salud humana". Era un aditivo para la gasolina, fabricado por la empresa estadunidense Ethyl. Ese aditivo tóxico, prohibido en Estados Unidos, sólo se vendía en Canadá. La empresa Ethyl, que lleva muchos años dedicada a la noble misión de envenenar a los países extranjeros, reaccionó demandando al Estado canadiense porque la prohibición de su producto liquidaba sus ventas, dañaba su reputación e implicaba "una expropiación".
Los abogados canadienses advirtieron a su gobierno que estaba perdido: no había nada qué hacer. En el Nafta, las empresas mandan. A mediados de 1998, el gobierno de Canadá levantó la prohibición, pagó una indemnización de 13 millones de dólares a la empresa Ethyl y le pidió disculpas.

* En 1995, otra empresa estadunidense, Metalclad, no pudo reabrir un depósito de basura tóxica en el estado mexicano de San Luis Potosí. Lo impidió la población, machetes en mano, para que la empresa basurera no continuara envenenando la tierra y las capas subterráneas de agua. Metalclad demandó al gobierno de México por ese "acto de expropiación". Según lo establecido por el Tratado de Libre Comercio, en el año 2001 la empresa recibió una indemnización de 17 millones de dólares.

* * *

La Organización de Naciones Unidas nació al fin de la Segunda Guerra Mundial. John Fitzgerald Kennedy y Orson Welles estuvieron entre los 2 mil 500 periodistas que publicaron crónicas del gran acontecimiento. La Carta fundacional de Naciones Unidas estableció "la igualdad de derechos de las naciones grandes y pequeñas".
Era la gran promesa: a partir de la igualdad soberana de todos sus miembros, el nuevo organismo internacional iba a cambiar el rumbo de la historia de la humanidad. Sesenta años después, a la vista está. Cambió para peor.

* * *

Pero las malas costumbres no son un destino, y son cada vez más los países que se están hartando de recitar el papel del bobo en esta gran farsa universal.

Hace un año, comprobaba Thomas Dawson, vocero del Fondo Monetario Internacional: "Tenemos muchos alumnos destacados en América Latina". Era el lenguaje de siempre. Ahora, advierte el presidente argentino Néstor Kirchner: "Ya no somos alfombra". Es el nuevo lenguaje.

Nuevo lenguaje, nueva actitud. Nuestros países se llevan muy mal con sus pueblos y se llevan todavía peor con sus vecinos, y ésta es una larga y triste historia de divorcios. Pero las más recientes reuniones internacionales -en Cancún, en Monterrey- han sido sacudidas por el soplo de vientos que el aire agradece. Después de tantos años de soledad, los débiles estamos empezando a entender que por separado estamos fritos. Ya pocos creen, como el presidente uruguayo Jorge Batlle, que todavía podemos aspirar a ser mendigos felices. Hasta los más cabezaduras se están convenciendo de que en este vasto humilladero, donde los poderosos practican impunemente el proteccionismo comercial, la extorsión financiera y la violencia militar, la dignidad es compartida o no es.

Habría que apurarse, digo yo, antes de que quedemos igualitos a las fotos ésas que están llegando de Marte.


18.02.04 Jirafa en duda

Para mí la amistad es algo muy valioso. Un tesoro. Antes creía que era inmutable, que mis amigas/os desde el colegio seguirían siendo mis amigos de toda la vida. Pero no, las personas cambian, sus valores cambian y a veces nuestra amistad deja de interesarles. Vivía pendiente de todos y llamándoles, por lo que me hacía sufrir su silencio, su falta de tiempo o de atención; o el hecho de que nunca llamaran. Es curioso, porque supuestamente lo hacía por buena amiga, pero en el fondo también quería ser reconocida por ellos. Las cosas han cambiado. Aunque sigo creyendo que la amistad es muy valiosa, que es una forma de amor asexuado, ahora ya no dependo de mis amigos para sentirme reconocida ni vivo llamándolos aunque no me llamen. Pero soy humana, así que en algunas fechas espero que al menos se recuerden de mí. Gracias a Dios cuento con muy buenas amigas y algunos amigos más o menos cercanos. Una compañera de la universidad decía que hay varios tipos de amistad y quizá sea cierto porque según la personalidad y el modus operandi de los amigos, puedes hablar ciertos temas con ellos o no y tenerles más o menos confianza. He escuchado decir esto de varias personas: que no puede haber amistad entre hombre y mujer, peor aún cuando han sido pareja previamente. Yo no digo que sea fácil, pero siento que sí puede haber amistad entre hombre y mujer, aún entre ex. Sin embargo las personas que sostienen la idea de que no, insisten en que los hombres –sobre todo los hombres- son incapaces de interesarse en una mujer sólo por amistad, sin ver nada más allá. Y peor si han sido pareja antes. Yo no lo creo del todo. Digo: si tu pareja ha sido tu amiga/o por X tiempo, ¿por qué vas a abandonar esa amistad? Entonces, quizá nunca fue una amistad verdadera., sólo se fingió mientras se lograba el objetivo: sexo. Los amigos no se encuentran de la noche a la mañana, hay que cultivarlos con tiempo, paciencia y amor. Pero quizá estas personas tengan razón… a las pruebas observadas me remito. Quizá soy sólo yo la utópica que cree tanto en la amistad como lazo indestructible entre los seres humanos, sin importar si sólo han sido amigos o si fueron pareja, si son de diferente sexo, color de piel, país, planeta o lo que sea. Quizá soy una soñadora que no termina de entender que el amor es una idea nomás, que no une diferencias ni trasciende nada: simplemente una reacción bioquímica neuronal que se agota con el tiempo. Me ha entrado la duda, pero todavía me aferro con fe a la idea de que el amor sí existe, en algún lugar. Igual que las almas gemelas… Aunque quizás sea fuera de este mundo... Namaste.



19.02.04 Jirafa observando

Nuestras vidas son como obras de teatro. Creamos nuestros papeles, los personajes, la obra misma. Y nos encerramos en ello sin darnos cuenta… A veces nos identificamos tanto con nuestro papel que olvidamos que es sólo una obra y que podemos cambiar lo que sucederá después. Es bueno salirse un poco de la obra, dejarla en stand by y observar la puesta en escena. Se aprende mucho de ello, pero el hecho de salir puede llegar a ser doloroso y terrible también. A veces uno se encierra en papeles autodestructivos o no llega a comprender que la vida tiene diferentes ciclos y que hay un tiempo para todo. Nos empecinamos en mantener un estado a perpetuidad y eso no es posible. El querer permanecer siempre en lo mismo, al final nos hace daño, y para compensar o evitar ese daño, intentamos sobreactuar entrando así en un círculo vicioso.

Cuando alguna persona me dice que sólo puede ser de X ó Y forma, que en su vida no hay lugar para tal o cual cosa (la melancolía, por ejemplo), me da mucho qué pensar. Un proverbio chino dice: “si cierras todas las puertas, dejarás afuera la verdad”. Si somos tan arrogantes en creer que nuestra forma de pensar es la única correcta, si no somos capaces de permitirnos sentir la variedad de colores que pintan la vida diaria de la experiencia humana, nos estamos buscando un escape a presión, ya sea en forma de enfermedad física o emocional. No podemos pretender estar siempre felices o tristes o enojados. Lo que reprimimos, regresa a nosotros de forma terrible. Hay un momento para cada cosa. Se aprende mucho observando la propia obra de teatro y lo que atisbamos de las obras ajenas. Yo reescribiré mi obra. La anterior ya está caduca. Namaste.


21.02.04 Jirafita pensativa

La verdad, debería estar haciendo unas tareas en lugar de ponerme a escribir, pero ¿qué le voy a hacer? ¡Necesito escribir! Un amigo me decía que el problema en estos tiempos según él, es que hay muchas personas que sobre todo quieren ser amadas, antes que amar; y que pocas personas pueden amar. Y no hablaba de que no quisieran amar, pero es que no son capaces de hacerlo: no pueden. Y que eso se observa no sólo entre las parejas, disparejas y soledades, sino entre padres e hijos, hermanos, etc. Tristemente, creo que tiene razón en lo que dice. El egoísmo nos ha ganado y desechamos a las personas de nuestro lado, tal como hemos aprendido a desechar las cosas en cuanto les vemos un pequeño desperfecto, e incluso en buen estado, por otras más modernas, bonitas y nuevas. Si nuestra pareja se enferma de algo crónico, le tenemos paciencia por un tiempo y luego ¡sácatelas! A ver quien te aguanta!! Si nuestros padres ya no son tan útiles, a buscarles un lugar fuera de nuestra vista, a echar pulgas a otro lado… Y no, no hablo de las personas que no pueden estar con sus padres porque necesitan cuidado especial que no se les puede proporcionar en casa, o no tienen espacio en la vivienda, sino de personas que teniendo tiempo, medios y espacio, igual envían lejos a sus padres. No sé si así ha sido la humanidad desde siempre, no sé tanto de historia. O quizá yo lo vea así porque como es el tiempo en que estoy viviendo, es el único que conozco de primera mano y además, se nos ha metido en el imaginario que tiempos pasados fueron mejores (con lo que no estoy muy de acuerdo). Como sea, le hemos dado prioridad al consumismo, al egoísmo y al miedo.

El amor es vida. Todo, todo lo que comprendo, lo comprendo porque amo. Todo es, todo existe sólo porque amo (… solipsista…). El amor es Dios, y morir quiere decir que yo, una partícula de amor, volveré a la fuente general y eterna.
Tolstoi

Antes, casi todo el mundo occidental creía en Dios, en un dios de castigo y crueldad. Le temían. En lo particular no veo problema entre clonar un embrión y creer en Dios. Porque siento que de existir, Dios es Amor. Punto. Los descubrimientos científicos, la exploración del universo, el fin de las tiranías basadas en un supuesto poder divino… Eso es otra cosa. Pero si no creemos en Dios, si no creemos en el Amor, si no nos conocemos y no hemos descubierto nada dentro de nosotros… ¿Cómo podemos amar? Sí, que me lapiden los ateos y agnósticos.

Sin embargo, estoy escindida en dos: parte arte, parte ciencia. Al final, creo que después de todo y a pesar de mis dudas y alegatas, escogí bien mi profesión, porque conjuga el arte, la ciencia y las relaciones humanas. Me gustaría dedicarme más tiempo al arte. No sé si algún día tendré el coraje, el conocimiento, la técnica para dedicarme de lleno a la literatura, al oficio de escribir, específicamente. Si tuviese el genio literario, no estuviera escribiendo esto ahora. No sé si algún día escribiré fuera de mis diarios de papel y de pantalla, y decidiré hacer públicas mis palabras. Estoy consciente de que para hacerlo, hay que dedicarle mucho tiempo, escribir mucho y leer otro tanto. ¡Me falta tanto por leer! Y ahora que me he embarcado en esta maestría, escribiré menos y mis lecturas se orientarán al área de estudios, más que al arte. Aunque camine siempre pensando que hay algo más allá de las estrellas a pesar de que la astronomía afirme que lo que hay son más estrellas. Una parte de mí vive en la ciencia, lo apolíneo, lo masculino. La otra, vive en el alma, lo dionisiaco, lo femenino. Y está bien ser así. Aunque resulte algo incomprendida. Siendo así, soy menos dogmática, más comprensiva y abierta al aprendizaje. El alma es femenina, al menos eso siento yo. La ciencia tiende a ser más masculina.

Leyendo la entrevista realizada a un escritor de mi país, Maurice Echeverría, he confirmado con otro testimonio mis ideas e intuiciones: que buscar pareja del mismo sexo es más fácil porque se está en la misma sintonía mental. En su última novela “Labios”, este escritor trata de aplazar la respuesta y de expresar lo que las mujeres le producen, escribiendo acerca de una pareja de lesbianas. Aclara en la entrevista que es una aproximación egoísta a las mujeres porque no trata de entendernos, porque somos un enigma, algo oscuro, una suficiencia ontológica. Indica que él se sentiría más cercano o mejor con una mujer lesbiana, que tiende a ser más masculina que una que no lo es, y que las mujeres pueden volver paranoico a un hombre, que a él le sucedió en una época en que andaba saliendo con muchas mujeres al mismo tiempo y se metió en problemas… ¡Mira tú! Él anda con muchas mujeres, usa drogas, se mete en líos… ¡y la culpa la tienen las mujeres!! Desde el lío de Eva (haya sido verdad o no), no nos hemos logrado quitar de encima el estigma…. ¿Hasta cuándo seguiremos siendo culpables de todo? Y sí, dado que vivimos más en lo subjetivo, en el alma (a pesar de la represión de siglos y la falta de expresión, por la misma razón), es normal que se nos considere enigmáticas y oscuras. Por eso se nos teme, victimiza y adora: por el alma y la capacidad de dar vida. Si los hombres se preocuparan por conocer un poco más su alma y dejaran de usar tanto la fría lógica y la razón, y las mujeres fuésemos más directas y manejáramos mejor las expresiones del alma (siendo un poquito más objetivas), podríamos conocernos, comprendernos mejor y convivir mejor. Y quien sabe, a partir de allí quizás podría surgir el amor más a menudo. El amor, no el enamoramiento. Namaste.


23.02.04 Despedida

No sé dónde estarás. Allá donde estés, espero que mis palabras viajen con la brisa tibia de la tarde y toquen tus oídos de éter. Me ha costado mucho tiempo armarme de valor y aceptación para venir a decirte adiós. Quiero que sepas que no me arrepiento de nada, que atesoro los momentos que vivimos, que siempre te estaré agradecida por todo lo que aprendí de ti y que mi alma se expandió y mi vida cobró sentido gracias al amor: a tu amor, al amor que sentí por ti. Fuiste mi primer amor y aunque la Vida me conceda la dicha de volver a enamorarme, y de volver a amar, tú siempre estarás en mi corazón. No puedo mantener tu recuerdo vivo aferrada a ti y al dolor que me provoca tu ausencia. Me he encerrado mucho tiempo en eso, por miedo a amar y perder de nuevo. Y porque no dejé de amarte… Tengo que dejarte ir. Ya es tiempo. Tengo que seguir viviendo. Y aquí, en esta red marina de palabras, e imágenes en oleadas, vengo a dejar mi mensaje para que sea el mar quien lo lleve a ti, al lugar donde habitas que quizá esté en el punto en donde cielo y mar se unen al momento del ocaso. Te amé por completo, besé tus cabellos y tus pies, amé tus virtudes y defectos; pero ya ves, la muerte te alejó de mí. Y lo peor fue que te alejó de mí en el peor momento, porque te fuiste lleno de resentimientos. Si estás en alguna parte, y de verdad, creo y siento que estás en alguna parte, habrás visto en mi corazón… Y te habrás dado cuenta de que cuando nos separamos, fue cuando más te amaba y te necesitaba. No sé si alguna vez llegaste a comprenderme. Ojalá que sí… La vida es así. La muerte es parte de la vida. Tu muerte me afectó profundamente. He sufrido muchas pérdidas y han sido bastante dolorosas. Pero esas pérdidas me han enseñado a confiar, a apreciar lo más importante y sobre todo, a amar. Pero amar no es aferrarse al recuerdo y al dolor. Así que adiós para siempre. Algún día, en algún momento, quizá cuando me toque la hora de partir, volveré a verte, junto a mi padre y mi abuela. Mientras ese momento llega, seguiré mi vida y tú seguirás iluminando eventualmente mis sueños, llegando a mí escondido entre celajes y flores primaverales. Ya no soy la misma. El amor marcó mi vida y me transformó. Hasta siempre amor, adiós.

Una semana de posts 

14.02.04 Jirafita y el amor

La primera vez que leí a Whitman, hace un año y medio, no lo entendí mayor cosa. No me decía nada. Me pareció narcisista y ególatra. Peor el “Canto a mí mismo”. Hasta me sentía demasiado egoísta al leerlo. Sin embargo, lo he vuelto a retomar y me ha encantado. Especialmente el “canto a mí mismo”. Y es que la narcisista era yo. Hay variedades de narcisismo. Está el narcisista clásico que sólo habla de sí mismo y se cree lo non plus ultra, mirando al resto de la indigna humanidad, sobre su hombro. Está el narcisista escondido, que se desvalora y se resta mérito cuando alguien lo elogia. Está el narcisista intelectual que se ha casado con una sola idea de lo que es el mundo, cómo funciona y cuál es su etiqueta personal, incapaz de ver la consciencia y el alma de todo lo que existe. Está el narcisito solipsista, que cree que todo lo que existe es un reflejo de sí mismo. Sin olvidar al narcisito idealista, que tiene ideas de grandeza para salvar el mundo y encontrar la solución a uno o todos los problemas de la humanidad o al menos, del país. Este último, muy propio de adolescentes y jóvenes idealistas. Pero al final, todo es narcisismo, y en el fondo, falta de amor propio. De amor a la naturaleza compleja y cambiante propia del ser humano que somos, con todo lo bello y lo despreciable que vive en nosotros. Se puede aprender mucho del narcisismo. La energía juvenil es muy poderosa e importante, muy rica y creativa. Ha impulsado cambios, revoluciones, descubrimientos, investigaciones. Así que no lo veo como algo “malo”. Es tan solo una forma de nuestra alma, de nuestro inconsciente, de pedir amor, atención y cuidado. Y del ego, de pedir reconocimiento por los logros y atención. También hay que alimentar al ego, que es parte de nosotros. Al descuidarlo y negarle la importancia que tiene, al dejar de lado nuestra alma, aparece el narcisismo. Sé que no hay que generalizar y no puedo decir que esto es absoluto (aunque creo que en el fondo sí es generalizable), pero creo que lo que subyace detrás de la mayoría de problemas y enfermedades (individuales y colectivas) en este mundo, es falta de amor. El “all you need is love”, suena muy simplista, pero no lo es. No es tan simple como parece. ¿Vale la pena la vida? Es una pregunta que me he hecho muchas veces, desde hace mucho tiempo. Creo que todos nos la hacemos en algún momento. Pues si no vivimos, no podremos responderla. Y digo vivir, no sobrevivir, “ir pasándola”, como dicen en mi país, medio vivir o estar muertos en vida. Simplemente vivir. Y amar. Sobre todo, amar. ¿Vale la pena vivir? Quizá antes de morir, pueda responder a esa pregunta. Y dejo aquí dos ideas acerca del amor. Namaste.

-¿Amarlo? No queda nada que amar.
-Siempre queda algo que amar. Y si no has aprendido esto, no has aprendido nada. ¿Has llorado hoy por este muchacho?... Por lo que le ha sucedido y por lo que le han hecho. Hija, ¿Cuál crees que es el momento de amar más a una persona, cuando ha actuado bien y hecho las cosas fáciles para todo el mundo? Pues entonces no has terminado de aprender –porque ése no es el momento en absoluto. Es cuando ha tocado fondo y no puede creer en sí mismo porque el mundo lo ha azotado mucho. Cuando comiences a medir a alguien, mídelo bien. Asegúrate que has tenido en cuenta los montes y valles que ha atravesado para llegar a dondequiera que esté.
Lorraine Hansberry, A Raisin in the Sun

Son sólo el orgullo, el egoísmo, la ignorancia y la frialdad los que nos impiden sentir compasión. Cuando por último vayamos a casa, a Dios, seremos juzgados por lo que fuimos con los demás, por lo que hicimos con los demás y, especialmente, por el amor que pusimos en ello. No es cuánto damos, sino cuánto amor ponemos en dar: esto es la compasión en acción.
Madre Teresa


15.02.04 Jirafa solidaria

Recuerdo cuando ingenuamente, con unos amigos nos pusimos de acuerdo en que cuando encontráramos a alguien que pensara como nosotros, lo pasaríamos a la categoría de “mi amigo”… No sé si ellos recuerdan aún ese trato. Ya no los veo. Uno vive en otro país y el otro, como si viviera porque trabaja fuera de la ciudad y está en una maestría de Salud Pública. Pero leyendo esto que me envió una amiga, me he recordado de “mi amigo”, Galeano. De nuevo mi ego se alegra pues alguien con opinión “de peso”, comparte mi opinión respecto al tema Brasil – fichar gringos. Me gusta mucho cómo escribe Galeano. Y hablando de jirafas voladoras, es paradójico: a pesar de que me gustaría que hubiera en estos momentos alguien a quien yo amara, un chico lindo y tierno, a pesar de que necesito a quien amar, me siento, no sé cómo decirlo, sin fuerzas o sin ánimo… No sé cómo describirlo. Es como si todo mi ser añorara encender una fogata, hay leños, pero la cajita de fósforos está vacía (la desperdicié antes con alguien que no la apreció…) y no sé cómo hacer fuego con pedernales. No soy scout, pero tendré que aprender a hacerlo si es que quiero formar una pareja algún día. Bueno, esto en el supuesto de que encuentre a alguien que me parezca interesante y que se interese por mí como amiga y como mujer. Y en el supuesto de que aún no haya perdido la capacidad de enamorarme. De todas formas, no hay nadie en perspectiva; panorama actual: en la maestría somos 18 mujeres (la mayoría casadas) y dos hombres casados. En el trabajo: la enfermera, el niño de farmacia y yo. No tengo mucho chance de conocer chicos. Y como puedo y no quiero, pues por ahora está bien… ¿está bien? No. Siento que el tiempo es como la espada de Damocles que pende sobre mí. Esto es ridículo: por un lado estoy consciente de que ni tengo ganas ni están dadas las condiciones suficientes y necesarias para conocer un chico, pero por otro lado, me preocupa el paso del tiempo pues me gustaría ser madre y serlo a los cuarenta años no es muy recomendable. Total… Creo que ya fue suficiente de este tema y con darle vueltas y vueltas, debido a mi naturaleza basal obsesivo-compulsiva, no voy a lograr nada. ¡Ya basta! Si tan solo pudiera poner en práctica el “Carpe Diem” y el “Cada día tiene su propio afán…”, porque además tengo mucho que hacer como para perder el tiempo pensando sandeces. Necesito poner en práctica esas dos máximas.

Ahora que regreso a la universidad volveré a tener acceso a la biblioteca universitaria, y eso es una gran ventaja porque sólo hay una biblioteca pública en mi ciudad (y no prestan libros fuera del recinto). Aunque con todo lo que tengo que estudiar, veré cómo me organizo para poder leer libros que no sean los de la maestría o de información acerca de mis pacientes. Estoy feliz con mi trabajo. Ya me hacía falta atender pacientes. Dar clases me encanta, pero también me gusta atender pacientes. Quisiera poder llegar a un balance da ambas actividades. He aquí el artículo escrito por Galeano. Namaste.

Malas Costumbres por Eduardo Galeano

Un pequeño gesto de dignidad nacional desató tremendo escándalo a principios de este año. En todo el mundo la prensa le dedicó títulos de primera página, como informando de algo rarísimo, algo así como: "Hombre muerde perro".

¿Qué había ocurrido? Brasil estaba exigiendo a los visitantes estadunidenses lo mismo que Estados Unidos exige a los visitantes brasileños: visa en el pasaporte y fichaje en la frontera, incluyendo foto y huella digital.

Muchos condenaron ese acto de normalidad como una expresión de peligrosa locura. Quizá, si el mundo no estuviera tan mal acostumbrado, las cosas se hubieran visto de otro modo. Al fin y al cabo, lo anormal no era que el presidente Lula actuara así, sino que fuera el único: lo anormal era que los demás aceptaran sin chistar esas condiciones que Bush impuso a todos los países, con excepción de unos pocos privilegiados que están más allá de cualquier sospecha de terrorismo y maldad.

* * *

Todo se explicaba, faltaba más, por el 11 de septiembre. Esta tragedia, que el presidente Bush sigue utilizando como una póliza de perpetua impunidad, obliga a su país a defenderse sin bajar nunca la guardia.

Sin embargo, como cualquiera sabe, ningún brasileño ha tenido nada que ver con la caída de las Torres Gemelas de Nueva York. En cambio, como pocos recuerdan, el más grave atentado terrorista de toda la historia del Brasil, el golpe de Estado de 1964, contó con la fundamental participación política, económica, militar y periodística de Estados Unidos.

Este asunto de los fichajes de viajeros, que tanto lío armó, no es más que un caso de justicia retributiva, y sería ridículo confundirlo con una tardía venganza histórica. Pero las rutinas de la indignidad tienen mucho que ver, en América Latina, con la mala costumbre de la amnesia, de modo que no está de más recordar que la participación oficial y oficiosa de Estados Unidos en aquel golpe de Estado terrorista ha sido documentalmente probada y confesada por sus principales actores. Y valdría la pena recordar también que ese cuartelazo no sólo abrió paso a una larga dictadura militar, sino que además asesinó y sepultó las reformas sociales que el gobierno democrático de Jango Goulart estaba llevando adelante para que fuera menos injusto el país más
injusto del mundo.

Aquel impulso justiciero demoró 40 años en resucitar. En esos 40 años, ¿cuántos niños brasileños murieron de hambre? El terrorismo que mata por hambre no es menos abominable que el que mata por bomba.

* * *

Malas costumbres: indignidad, amnesia, resignación. Por miedo, nos cuesta cambiarlas; por pereza mental, nos cuesta imaginarnos sin ellas.

Se nos hace inconcebible el revés de la trama, la contracara de cada cara. Preguntarnos, pongamos por caso, ¿qué hubiera pasado si Irak hubiera invadido Estados Unidos, con el pretexto de que tiene armas de destrucción masiva? ¿Y si la embajada de Venezuela en Washington hubiera impulsado y aplaudido un golpe de Estado contra George W. Bush, como hizo la embajada de Estados Unidos en Caracas contra Hugo Chávez? ¿Y si el gobierno de Cuba hubiera organizado 637 tentativas de asesinato contra los presidentes de Estados Unidos, en respuesta a las 637 veces que intentaron matar a Fidel Castro?

¿Y qué pasaría si los países del sur del mundo se negaran a aceptar una sola de las condiciones impuestas por el Fondo Monetario y el Banco Mundial, a menos que estos organismos empezaran por imponerlas a Estados Unidos, que es el mayor deudor del planeta? ¿Y si el sur aplicara los subsidios y los aranceles que los países ricos practican en casa y prohiben afuera? ¿Y si...?

* * *

Malas costumbres: el fatalismo. Aceptamos lo inaceptable como si fuera parte del orden natural de las cosas y como si no hubiera otro orden posible. El sol enfría, la libertad oprime, la integración desintegra: nos guste o no nos guste, no hay manera de evitarlo. Elija usted entre eso o eso. Así se vende, por ejemplo, el Alca.

* * *

Allá en el principio de los tiempos, el viejo Zeus, el mandón mayor, no se equivocó. Entre todos los moradores del Olimpo griego, Hermes era el más mentiroso, el tramposo que a todos engañaba, el ladrón que todo robaba. Zeus le regaló unas sandalias con alitas de oro y lo nombró dios del comercio. Fue Hermes, después llamado Mercurio, quien engendró la Organización Mundial del Comercio, el Nafta, el Alca y otras criaturas concebidas a su imagen y semejanza.

El Nafta, el acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México, acaba de cumplir diez años. La mano de Hermes ha guiado, paso a paso, toda su infancia. Vida y obra del Nafta, primera década: recordemos no más que un par de episodios reveladores de lo que nos espera si se concreta el Alca y esta llamada libertad de comercio, humilladora de soberanías, se extiende a todo el espacio americano:

* En 1996, el gobierno de Canadá prohibió la venta de "una neurotoxina peligrosa para la salud humana". Era un aditivo para la gasolina, fabricado por la empresa estadunidense Ethyl. Ese aditivo tóxico, prohibido en Estados Unidos, sólo se vendía en Canadá. La empresa Ethyl, que lleva muchos años dedicada a la noble misión de envenenar a los países extranjeros, reaccionó demandando al Estado canadiense porque la prohibición de su producto liquidaba sus ventas, dañaba su reputación e implicaba "una expropiación".
Los abogados canadienses advirtieron a su gobierno que estaba perdido: no había nada qué hacer. En el Nafta, las empresas mandan. A mediados de 1998, el gobierno de Canadá levantó la prohibición, pagó una indemnización de 13 millones de dólares a la empresa Ethyl y le pidió disculpas.

* En 1995, otra empresa estadunidense, Metalclad, no pudo reabrir un depósito de basura tóxica en el estado mexicano de San Luis Potosí. Lo impidió la población, machetes en mano, para que la empresa basurera no continuara envenenando la tierra y las capas subterráneas de agua. Metalclad demandó al gobierno de México por ese "acto de expropiación". Según lo establecido por el Tratado de Libre Comercio, en el año 2001 la empresa recibió una indemnización de 17 millones de dólares.

* * *

La Organización de Naciones Unidas nació al fin de la Segunda Guerra Mundial. John Fitzgerald Kennedy y Orson Welles estuvieron entre los 2 mil 500 periodistas que publicaron crónicas del gran acontecimiento. La Carta fundacional de Naciones Unidas estableció "la igualdad de derechos de las naciones grandes y pequeñas".
Era la gran promesa: a partir de la igualdad soberana de todos sus miembros, el nuevo organismo internacional iba a cambiar el rumbo de la historia de la humanidad. Sesenta años después, a la vista está. Cambió para peor.

* * *

Pero las malas costumbres no son un destino, y son cada vez más los países que se están hartando de recitar el papel del bobo en esta gran farsa universal.

Hace un año, comprobaba Thomas Dawson, vocero del Fondo Monetario Internacional: "Tenemos muchos alumnos destacados en América Latina". Era el lenguaje de siempre. Ahora, advierte el presidente argentino Néstor Kirchner: "Ya no somos alfombra". Es el nuevo lenguaje.

Nuevo lenguaje, nueva actitud. Nuestros países se llevan muy mal con sus pueblos y se llevan todavía peor con sus vecinos, y ésta es una larga y triste historia de divorcios. Pero las más recientes reuniones internacionales -en Cancún, en Monterrey- han sido sacudidas por el soplo de vientos que el aire agradece. Después de tantos años de soledad, los débiles estamos empezando a entender que por separado estamos fritos. Ya pocos creen, como el presidente uruguayo Jorge Batlle, que todavía podemos aspirar a ser mendigos felices. Hasta los más cabezaduras se están convenciendo de que en este vasto humilladero, donde los poderosos practican impunemente el proteccionismo comercial, la extorsión financiera y la violencia militar, la dignidad es compartida o no es.

Habría que apurarse, digo yo, antes de que quedemos igualitos a las fotos ésas que están llegando de Marte.


18.02.04 Jirafa en duda

Para mí la amistad es algo muy valioso. Un tesoro. Antes creía que era inmutable, que mis amigas/os desde el colegio seguirían siendo mis amigos de toda la vida. Pero no, las personas cambian, sus valores cambian y a veces nuestra amistad deja de interesarles. Vivía pendiente de todos y llamándoles, por lo que me hacía sufrir su silencio, su falta de tiempo o de atención; o el hecho de que nunca llamaran. Es curioso, porque supuestamente lo hacía por buena amiga, pero en el fondo también quería ser reconocida por ellos. Las cosas han cambiado. Aunque sigo creyendo que la amistad es muy valiosa, que es una forma de amor asexuado, ahora ya no dependo de mis amigos para sentirme reconocida ni vivo llamándolos aunque no me llamen. Pero soy humana, así que en algunas fechas espero que al menos se recuerden de mí. Gracias a Dios cuento con muy buenas amigas y algunos amigos más o menos cercanos. Una compañera de la universidad decía que hay varios tipos de amistad y quizá sea cierto porque según la personalidad y el modus operandi de los amigos, puedes hablar ciertos temas con ellos o no y tenerles más o menos confianza. He escuchado decir esto de varias personas: que no puede haber amistad entre hombre y mujer, peor aún cuando han sido pareja previamente. Yo no digo que sea fácil, pero siento que sí puede haber amistad entre hombre y mujer, aún entre ex. Sin embargo las personas que sostienen la idea de que no, insisten en que los hombres –sobre todo los hombres- son incapaces de interesarse en una mujer sólo por amistad, sin ver nada más allá. Y peor si han sido pareja antes. Yo no lo creo del todo. Digo: si tu pareja ha sido tu amiga/o por X tiempo, ¿por qué vas a abandonar esa amistad? Entonces, quizá nunca fue una amistad verdadera., sólo se fingió mientras se lograba el objetivo: sexo. Los amigos no se encuentran de la noche a la mañana, hay que cultivarlos con tiempo, paciencia y amor. Pero quizá estas personas tengan razón… a las pruebas observadas me remito. Quizá soy sólo yo la utópica que cree tanto en la amistad como lazo indestructible entre los seres humanos, sin importar si sólo han sido amigos o si fueron pareja, si son de diferente sexo, color de piel, país, planeta o lo que sea. Quizá soy una soñadora que no termina de entender que el amor es una idea nomás, que no une diferencias ni trasciende nada: simplemente una reacción bioquímica neuronal que se agota con el tiempo. Me ha entrado la duda, pero todavía me aferro con fe a la idea de que el amor sí existe, en algún lugar. Igual que las almas gemelas… Aunque quizás sea fuera de este mundo... Namaste.



19.02.04 Jirafa observando

Nuestras vidas son como obras de teatro. Creamos nuestros papeles, los personajes, la obra misma. Y nos encerramos en ello sin darnos cuenta… A veces nos identificamos tanto con nuestro papel que olvidamos que es sólo una obra y que podemos cambiar lo que sucederá después. Es bueno salirse un poco de la obra, dejarla en stand by y observar la puesta en escena. Se aprende mucho de ello, pero el hecho de salir puede llegar a ser doloroso y terrible también. A veces uno se encierra en papeles autodestructivos o no llega a comprender que la vida tiene diferentes ciclos y que hay un tiempo para todo. Nos empecinamos en mantener un estado a perpetuidad y eso no es posible. El querer permanecer siempre en lo mismo, al final nos hace daño, y para compensar o evitar ese daño, intentamos sobreactuar entrando así en un círculo vicioso.

Cuando alguna persona me dice que sólo puede ser de X ó Y forma, que en su vida no hay lugar para tal o cual cosa (la melancolía, por ejemplo), me da mucho qué pensar. Un proverbio chino dice: “si cierras todas las puertas, dejarás afuera la verdad”. Si somos tan arrogantes en creer que nuestra forma de pensar es la única correcta, si no somos capaces de permitirnos sentir la variedad de colores que pintan la vida diaria de la experiencia humana, nos estamos buscando un escape a presión, ya sea en forma de enfermedad física o emocional. No podemos pretender estar siempre felices o tristes o enojados. Lo que reprimimos, regresa a nosotros de forma terrible. Hay un momento para cada cosa. Se aprende mucho observando la propia obra de teatro y lo que atisbamos de las obras ajenas. Yo reescribiré mi obra. La anterior ya está caduca. Namaste.


21.02.04 Jirafita pensativa

La verdad, debería estar haciendo unas tareas en lugar de ponerme a escribir, pero ¿qué le voy a hacer? ¡Necesito escribir! Un amigo me decía que el problema en estos tiempos según él, es que hay muchas personas que sobre todo quieren ser amadas, antes que amar; y que pocas personas pueden amar. Y no hablaba de que no quisieran amar, pero es que no son capaces de hacerlo: no pueden. Y que eso se observa no sólo entre las parejas, disparejas y soledades, sino entre padres e hijos, hermanos, etc. Tristemente, creo que tiene razón en lo que dice. El egoísmo nos ha ganado y desechamos a las personas de nuestro lado, tal como hemos aprendido a desechar las cosas en cuanto les vemos un pequeño desperfecto, e incluso en buen estado, por otras más modernas, bonitas y nuevas. Si nuestra pareja se enferma de algo crónico, le tenemos paciencia por un tiempo y luego ¡sácatelas! A ver quien te aguanta!! Si nuestros padres ya no son tan útiles, a buscarles un lugar fuera de nuestra vista, a echar pulgas a otro lado… Y no, no hablo de las personas que no pueden estar con sus padres porque necesitan cuidado especial que no se les puede proporcionar en casa, o no tienen espacio en la vivienda, sino de personas que teniendo tiempo, medios y espacio, igual envían lejos a sus padres. No sé si así ha sido la humanidad desde siempre, no sé tanto de historia. O quizá yo lo vea así porque como es el tiempo en que estoy viviendo, es el único que conozco de primera mano y además, se nos ha metido en el imaginario que tiempos pasados fueron mejores (con lo que no estoy muy de acuerdo). Como sea, le hemos dado prioridad al consumismo, al egoísmo y al miedo.

El amor es vida. Todo, todo lo que comprendo, lo comprendo porque amo. Todo es, todo existe sólo porque amo (… solipsista…). El amor es Dios, y morir quiere decir que yo, una partícula de amor, volveré a la fuente general y eterna.
Tolstoi

Antes, casi todo el mundo occidental creía en Dios, en un dios de castigo y crueldad. Le temían. En lo particular no veo problema entre clonar un embrión y creer en Dios. Porque siento que de existir, Dios es Amor. Punto. Los descubrimientos científicos, la exploración del universo, el fin de las tiranías basadas en un supuesto poder divino… Eso es otra cosa. Pero si no creemos en Dios, si no creemos en el Amor, si no nos conocemos y no hemos descubierto nada dentro de nosotros… ¿Cómo podemos amar? Sí, que me lapiden los ateos y agnósticos.

Sin embargo, estoy escindida en dos: parte arte, parte ciencia. Al final, creo que después de todo y a pesar de mis dudas y alegatas, escogí bien mi profesión, porque conjuga el arte, la ciencia y las relaciones humanas. Me gustaría dedicarme más tiempo al arte. No sé si algún día tendré el coraje, el conocimiento, la técnica para dedicarme de lleno a la literatura, al oficio de escribir, específicamente. Si tuviese el genio literario, no estuviera escribiendo esto ahora. No sé si algún día escribiré fuera de mis diarios de papel y de pantalla, y decidiré hacer públicas mis palabras. Estoy consciente de que para hacerlo, hay que dedicarle mucho tiempo, escribir mucho y leer otro tanto. ¡Me falta tanto por leer! Y ahora que me he embarcado en esta maestría, escribiré menos y mis lecturas se orientarán al área de estudios, más que al arte. Aunque camine siempre pensando que hay algo más allá de las estrellas a pesar de que la astronomía afirme que lo que hay son más estrellas. Una parte de mí vive en la ciencia, lo apolíneo, lo masculino. La otra, vive en el alma, lo dionisiaco, lo femenino. Y está bien ser así. Aunque resulte algo incomprendida. Siendo así, soy menos dogmática, más comprensiva y abierta al aprendizaje. El alma es femenina, al menos eso siento yo. La ciencia tiende a ser más masculina.

Leyendo la entrevista realizada a un escritor de mi país, Maurice Echeverría, he confirmado con otro testimonio mis ideas e intuiciones: que buscar pareja del mismo sexo es más fácil porque se está en la misma sintonía mental. En su última novela “Labios”, este escritor trata de aplazar la respuesta y de expresar lo que las mujeres le producen, escribiendo acerca de una pareja de lesbianas. Aclara en la entrevista que es una aproximación egoísta a las mujeres porque no trata de entendernos, porque somos un enigma, algo oscuro, una suficiencia ontológica. Indica que él se sentiría más cercano o mejor con una mujer lesbiana, que tiende a ser más masculina que una que no lo es, y que las mujeres pueden volver paranoico a un hombre, que a él le sucedió en una época en que andaba saliendo con muchas mujeres al mismo tiempo y se metió en problemas… ¡Mira tú! Él anda con muchas mujeres, usa drogas, se mete en líos… ¡y la culpa la tienen las mujeres!! Desde el lío de Eva (haya sido verdad o no), no nos hemos logrado quitar de encima el estigma…. ¿Hasta cuándo seguiremos siendo culpables de todo? Y sí, dado que vivimos más en lo subjetivo, en el alma (a pesar de la represión de siglos y la falta de expresión, por la misma razón), es normal que se nos considere enigmáticas y oscuras. Por eso se nos teme, victimiza y adora: por el alma y la capacidad de dar vida. Si los hombres se preocuparan por conocer un poco más su alma y dejaran de usar tanto la fría lógica y la razón, y las mujeres fuésemos más directas y manejáramos mejor las expresiones del alma (siendo un poquito más objetivas), podríamos conocernos, comprendernos mejor y convivir mejor. Y quien sabe, a partir de allí quizás podría surgir el amor más a menudo. El amor, no el enamoramiento. Namaste.


23.02.04 Despedida

No sé dónde estarás. Allá donde estés, espero que mis palabras viajen con la brisa tibia de la tarde y toquen tus oídos de éter. Me ha costado mucho tiempo armarme de valor y aceptación para venir a decirte adiós. Quiero que sepas que no me arrepiento de nada, que atesoro los momentos que vivimos, que siempre te estaré agradecida por todo lo que aprendí de ti y que mi alma se expandió y mi vida cobró sentido gracias al amor: a tu amor, al amor que sentí por ti. Fuiste mi primer amor y aunque la Vida me conceda la dicha de volver a enamorarme, y de volver a amar, tú siempre estarás en mi corazón. No puedo mantener tu recuerdo vivo aferrada a ti y al dolor que me provoca tu ausencia. Me he encerrado mucho tiempo en eso, por miedo a amar y perder de nuevo. Y porque no dejé de amarte… Tengo que dejarte ir. Ya es tiempo. Tengo que seguir viviendo. Y aquí, en esta red marina de palabras, e imágenes en oleadas, vengo a dejar mi mensaje para que sea el mar quien lo lleve a ti, al lugar donde habitas que quizá esté en el punto en donde cielo y mar se unen al momento del ocaso. Te amé por completo, besé tus cabellos y tus pies, amé tus virtudes y defectos; pero ya ves, la muerte te alejó de mí. Y lo peor fue que te alejó de mí en el peor momento, porque te fuiste lleno de resentimientos. Si estás en alguna parte, y de verdad, creo y siento que estás en alguna parte, habrás visto en mi corazón… Y te habrás dado cuenta de que cuando nos separamos, fue cuando más te amaba y te necesitaba. No sé si alguna vez llegaste a comprenderme. Ojalá que sí… La vida es así. La muerte es parte de la vida. Tu muerte me afectó profundamente. He sufrido muchas pérdidas y han sido bastante dolorosas. Pero esas pérdidas me han enseñado a confiar, a apreciar lo más importante y sobre todo, a amar. Pero amar no es aferrarse al recuerdo y al dolor. Así que adiós para siempre. Algún día, en algún momento, quizá cuando me toque la hora de partir, volveré a verte, junto a mi padre y mi abuela. Mientras ese momento llega, seguiré mi vida y tú seguirás iluminando eventualmente mis sueños, llegando a mí escondido entre celajes y flores primaverales. Ya no soy la misma. El amor marcó mi vida y me transformó. Hasta siempre amor, adiós.

Una semana de posts 

14.02.04 Jirafita y el amor

La primera vez que leí a Whitman, hace un año y medio, no lo entendí mayor cosa. No me decía nada. Me pareció narcisista y ególatra. Peor el “Canto a mí mismo”. Hasta me sentía demasiado egoísta al leerlo. Sin embargo, lo he vuelto a retomar y me ha encantado. Especialmente el “canto a mí mismo”. Y es que la narcisista era yo. Hay variedades de narcisismo. Está el narcisista clásico que sólo habla de sí mismo y se cree lo non plus ultra, mirando al resto de la indigna humanidad, sobre su hombro. Está el narcisista escondido, que se desvalora y se resta mérito cuando alguien lo elogia. Está el narcisista intelectual que se ha casado con una sola idea de lo que es el mundo, cómo funciona y cuál es su etiqueta personal, incapaz de ver la consciencia y el alma de todo lo que existe. Está el narcisito solipsista, que cree que todo lo que existe es un reflejo de sí mismo. Sin olvidar al narcisito idealista, que tiene ideas de grandeza para salvar el mundo y encontrar la solución a uno o todos los problemas de la humanidad o al menos, del país. Este último, muy propio de adolescentes y jóvenes idealistas. Pero al final, todo es narcisismo, y en el fondo, falta de amor propio. De amor a la naturaleza compleja y cambiante propia del ser humano que somos, con todo lo bello y lo despreciable que vive en nosotros. Se puede aprender mucho del narcisismo. La energía juvenil es muy poderosa e importante, muy rica y creativa. Ha impulsado cambios, revoluciones, descubrimientos, investigaciones. Así que no lo veo como algo “malo”. Es tan solo una forma de nuestra alma, de nuestro inconsciente, de pedir amor, atención y cuidado. Y del ego, de pedir reconocimiento por los logros y atención. También hay que alimentar al ego, que es parte de nosotros. Al descuidarlo y negarle la importancia que tiene, al dejar de lado nuestra alma, aparece el narcisismo. Sé que no hay que generalizar y no puedo decir que esto es absoluto (aunque creo que en el fondo sí es generalizable), pero creo que lo que subyace detrás de la mayoría de problemas y enfermedades (individuales y colectivas) en este mundo, es falta de amor. El “all you need is love”, suena muy simplista, pero no lo es. No es tan simple como parece. ¿Vale la pena la vida? Es una pregunta que me he hecho muchas veces, desde hace mucho tiempo. Creo que todos nos la hacemos en algún momento. Pues si no vivimos, no podremos responderla. Y digo vivir, no sobrevivir, “ir pasándola”, como dicen en mi país, medio vivir o estar muertos en vida. Simplemente vivir. Y amar. Sobre todo, amar. ¿Vale la pena vivir? Quizá antes de morir, pueda responder a esa pregunta. Y dejo aquí dos ideas acerca del amor. Namaste.

-¿Amarlo? No queda nada que amar.
-Siempre queda algo que amar. Y si no has aprendido esto, no has aprendido nada. ¿Has llorado hoy por este muchacho?... Por lo que le ha sucedido y por lo que le han hecho. Hija, ¿Cuál crees que es el momento de amar más a una persona, cuando ha actuado bien y hecho las cosas fáciles para todo el mundo? Pues entonces no has terminado de aprender –porque ése no es el momento en absoluto. Es cuando ha tocado fondo y no puede creer en sí mismo porque el mundo lo ha azotado mucho. Cuando comiences a medir a alguien, mídelo bien. Asegúrate que has tenido en cuenta los montes y valles que ha atravesado para llegar a dondequiera que esté.
Lorraine Hansberry, A Raisin in the Sun

Son sólo el orgullo, el egoísmo, la ignorancia y la frialdad los que nos impiden sentir compasión. Cuando por último vayamos a casa, a Dios, seremos juzgados por lo que fuimos con los demás, por lo que hicimos con los demás y, especialmente, por el amor que pusimos en ello. No es cuánto damos, sino cuánto amor ponemos en dar: esto es la compasión en acción.
Madre Teresa


15.02.04 Jirafa solidaria

Recuerdo cuando ingenuamente, con unos amigos nos pusimos de acuerdo en que cuando encontráramos a alguien que pensara como nosotros, lo pasaríamos a la categoría de “mi amigo”… No sé si ellos recuerdan aún ese trato. Ya no los veo. Uno vive en otro país y el otro, como si viviera porque trabaja fuera de la ciudad y está en una maestría de Salud Pública. Pero leyendo esto que me envió una amiga, me he recordado de “mi amigo”, Galeano. De nuevo mi ego se alegra pues alguien con opinión “de peso”, comparte mi opinión respecto al tema Brasil – fichar gringos. Me gusta mucho cómo escribe Galeano. Y hablando de jirafas voladoras, es paradójico: a pesar de que me gustaría que hubiera en estos momentos alguien a quien yo amara, un chico lindo y tierno, a pesar de que necesito a quien amar, me siento, no sé cómo decirlo, sin fuerzas o sin ánimo… No sé cómo describirlo. Es como si todo mi ser añorara encender una fogata, hay leños, pero la cajita de fósforos está vacía (la desperdicié antes con alguien que no la apreció…) y no sé cómo hacer fuego con pedernales. No soy scout, pero tendré que aprender a hacerlo si es que quiero formar una pareja algún día. Bueno, esto en el supuesto de que encuentre a alguien que me parezca interesante y que se interese por mí como amiga y como mujer. Y en el supuesto de que aún no haya perdido la capacidad de enamorarme. De todas formas, no hay nadie en perspectiva; panorama actual: en la maestría somos 18 mujeres (la mayoría casadas) y dos hombres casados. En el trabajo: la enfermera, el niño de farmacia y yo. No tengo mucho chance de conocer chicos. Y como puedo y no quiero, pues por ahora está bien… ¿está bien? No. Siento que el tiempo es como la espada de Damocles que pende sobre mí. Esto es ridículo: por un lado estoy consciente de que ni tengo ganas ni están dadas las condiciones suficientes y necesarias para conocer un chico, pero por otro lado, me preocupa el paso del tiempo pues me gustaría ser madre y serlo a los cuarenta años no es muy recomendable. Total… Creo que ya fue suficiente de este tema y con darle vueltas y vueltas, debido a mi naturaleza basal obsesivo-compulsiva, no voy a lograr nada. ¡Ya basta! Si tan solo pudiera poner en práctica el “Carpe Diem” y el “Cada día tiene su propio afán…”, porque además tengo mucho que hacer como para perder el tiempo pensando sandeces. Necesito poner en práctica esas dos máximas.

A veces me pongo a pensar que podría estar, no sé, haciendo algo que me de plata. El viernes la enfermera me preguntaba extrañada si yo no tenía carro nuevo. Todo el mundo asocia cierto status y mucho dinero a la palabra médico. No siempre es así. Yo no soy rica económicamente hablando, no provengo de familia adinerada. Además, trabajo con personas pobres, que pasan penas para poder comprar sus tratamientos (la seguridad social cubre sólo a los que trabajan y cuyas empresas pagan seguridad social… Muchas empresas, como las maquiladoras no pagan seguridad social y los obreros que laboran en ellas, no tienen derecho. Ni las amas de casa ni los niños mayores de cinco años), así que tampoco gano mucho (además de los bajos salarios propios del país). Es una lata porque si trabajas con instituciones del seguro social o del estado, te meten como quinientos pacientes al día (y qué clase de atención se puede dar en esos casos?), y si trabajas en lo privado, pocas personas tienen acceso a pagar consulta y medicina. Las ONGs no me convencen para nada, he visto y sabido cada cosa de ellas... Algunas trabajan bien, pero son las menos. En lo particular prefiero trabajar en una institución, que cobrar. Sí, probablemente no me volveré rica con mi profesión. Pero no creo ni siento que sea ético enriquecerse trabajando en las áreas de educación o salud. Si con el tiempo, el dinero va llegando pues qué bien, pero no me parece correcto dedicarse a la salud (fundar un hospital privado, por ejemplo) o crear un colegio sólo para ganar plata, porque con eso no se negocia y si uno crea una empresa, quiere beneficios, obviamente. Sin embargo, de algo se tiene que vivir y algunas personas acá viven de eso. Y claro que me gusta vivir bien, no con lujos pero sí con lo suficiente para algunos viajes, libros y cursos. Todo eso cuesta dinero… C’est la vie!

Respecto a los problemas de salud, creo que la mejor inversión es educar a la población. Bueno, de allí a que hagan caso, es otra cosa. Porque ni en países desarrollados, en donde hay niveles más altos de alfabetismo, las campañas de prevención han logrado mucho para prevenir la obesidad, ni el tabaquismo ni el alcoholismo con todas las enfermedades que llevan aparejadas y el consecuente gasto para la salud pública. Pero algo han logrado, aunque sea un poco, por lo que creo que es mejor educar a la población. Así que seguiré en lo mío, aunque sea algo utópica… Ojalá llegue a ganar lo suficiente para poder viajar y conocer otras culturas. Y para poder comprar todos los libros que quisiera leer, son tan caros los libros... Bueno, ahora que regreso a la universidad volveré a tener acceso a la biblioteca universitaria, y eso es una gran ventaja porque sólo hay una biblioteca pública en mi ciudad (y no prestan libros fuera del recinto). Aunque con todo lo que tengo que estudiar, veré cómo me organizo para poder leer libros que no sean los de la maestría o de información acerca de mis pacientes. Estoy feliz con mi trabajo. Ya me hacía falta atender pacientes. Dar clases me encanta, pero también me gusta atender pacientes. Quisiera poder llegar a un balance da ambas actividades. He aquí el artículo escrito por Galeano. Namaste.

Malas Costumbres por Eduardo Galeano

Un pequeño gesto de dignidad nacional desató tremendo escándalo a principios de este año. En todo el mundo la prensa le dedicó títulos de primera página, como informando de algo rarísimo, algo así como: "Hombre muerde perro".

¿Qué había ocurrido? Brasil estaba exigiendo a los visitantes estadunidenses lo mismo que Estados Unidos exige a los visitantes brasileños: visa en el pasaporte y fichaje en la frontera, incluyendo foto y huella digital.

Muchos condenaron ese acto de normalidad como una expresión de peligrosa locura. Quizá, si el mundo no estuviera tan mal acostumbrado, las cosas se hubieran visto de otro modo. Al fin y al cabo, lo anormal no era que el presidente Lula actuara así, sino que fuera el único: lo anormal era que los demás aceptaran sin chistar esas condiciones que Bush impuso a todos los países, con excepción de unos pocos privilegiados que están más allá de cualquier sospecha de terrorismo y maldad.

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Todo se explicaba, faltaba más, por el 11 de septiembre. Esta tragedia, que el presidente Bush sigue utilizando como una póliza de perpetua impunidad, obliga a su país a defenderse sin bajar nunca la guardia.

Sin embargo, como cualquiera sabe, ningún brasileño ha tenido nada que ver con la caída de las Torres Gemelas de Nueva York. En cambio, como pocos recuerdan, el más grave atentado terrorista de toda la historia del Brasil, el golpe de Estado de 1964, contó con la fundamental participación política, económica, militar y periodística de Estados Unidos.

Este asunto de los fichajes de viajeros, que tanto lío armó, no es más que un caso de justicia retributiva, y sería ridículo confundirlo con una tardía venganza histórica. Pero las rutinas de la indignidad tienen mucho que ver, en América Latina, con la mala costumbre de la amnesia, de modo que no está de más recordar que la participación oficial y oficiosa de Estados Unidos en aquel golpe de Estado terrorista ha sido documentalmente probada y confesada por sus principales actores. Y valdría la pena recordar también que ese cuartelazo no sólo abrió paso a una larga dictadura militar, sino que además asesinó y sepultó las reformas sociales que el gobierno democrático de Jango Goulart estaba llevando adelante para que fuera menos injusto el país más
injusto del mundo.

Aquel impulso justiciero demoró 40 años en resucitar. En esos 40 años, ¿cuántos niños brasileños murieron de hambre? El terrorismo que mata por hambre no es menos abominable que el que mata por bomba.

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Malas costumbres: indignidad, amnesia, resignación. Por miedo, nos cuesta cambiarlas; por pereza mental, nos cuesta imaginarnos sin ellas.

Se nos hace inconcebible el revés de la trama, la contracara de cada cara. Preguntarnos, pongamos por caso, ¿qué hubiera pasado si Irak hubiera invadido Estados Unidos, con el pretexto de que tiene armas de destrucción masiva? ¿Y si la embajada de Venezuela en Washington hubiera impulsado y aplaudido un golpe de Estado contra George W. Bush, como hizo la embajada de Estados Unidos en Caracas contra Hugo Chávez? ¿Y si el gobierno de Cuba hubiera organizado 637 tentativas de asesinato contra los presidentes de Estados Unidos, en respuesta a las 637 veces que intentaron matar a Fidel Castro?

¿Y qué pasaría si los países del sur del mundo se negaran a aceptar una sola de las condiciones impuestas por el Fondo Monetario y el Banco Mundial, a menos que estos organismos empezaran por imponerlas a Estados Unidos, que es el mayor deudor del planeta? ¿Y si el sur aplicara los subsidios y los aranceles que los países ricos practican en casa y prohiben afuera? ¿Y si...?

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Malas costumbres: el fatalismo. Aceptamos lo inaceptable como si fuera parte del orden natural de las cosas y como si no hubiera otro orden posible. El sol enfría, la libertad oprime, la integración desintegra: nos guste o no nos guste, no hay manera de evitarlo. Elija usted entre eso o eso. Así se vende, por ejemplo, el Alca.

* * *

Allá en el principio de los tiempos, el viejo Zeus, el mandón mayor, no se equivocó. Entre todos los moradores del Olimpo griego, Hermes era el más mentiroso, el tramposo que a todos engañaba, el ladrón que todo robaba. Zeus le regaló unas sandalias con alitas de oro y lo nombró dios del comercio. Fue Hermes, después llamado Mercurio, quien engendró la Organización Mundial del Comercio, el Nafta, el Alca y otras criaturas concebidas a su imagen y semejanza.

El Nafta, el acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México, acaba de cumplir diez años. La mano de Hermes ha guiado, paso a paso, toda su infancia. Vida y obra del Nafta, primera década: recordemos no más que un par de episodios reveladores de lo que nos espera si se concreta el Alca y esta llamada libertad de comercio, humilladora de soberanías, se extiende a todo el espacio americano:

* En 1996, el gobierno de Canadá prohibió la venta de "una neurotoxina peligrosa para la salud humana". Era un aditivo para la gasolina, fabricado por la empresa estadunidense Ethyl. Ese aditivo tóxico, prohibido en Estados Unidos, sólo se vendía en Canadá. La empresa Ethyl, que lleva muchos años dedicada a la noble misión de envenenar a los países extranjeros, reaccionó demandando al Estado canadiense porque la prohibición de su producto liquidaba sus ventas, dañaba su reputación e implicaba "una expropiación".
Los abogados canadienses advirtieron a su gobierno que estaba perdido: no había nada qué hacer. En el Nafta, las empresas mandan. A mediados de 1998, el gobierno de Canadá levantó la prohibición, pagó una indemnización de 13 millones de dólares a la empresa Ethyl y le pidió disculpas.

* En 1995, otra empresa estadunidense, Metalclad, no pudo reabrir un depósito de basura tóxica en el estado mexicano de San Luis Potosí. Lo impidió la población, machetes en mano, para que la empresa basurera no continuara envenenando la tierra y las capas subterráneas de agua. Metalclad demandó al gobierno de México por ese "acto de expropiación". Según lo establecido por el Tratado de Libre Comercio, en el año 2001 la empresa recibió una indemnización de 17 millones de dólares.

* * *

La Organización de Naciones Unidas nació al fin de la Segunda Guerra Mundial. John Fitzgerald Kennedy y Orson Welles estuvieron entre los 2 mil 500 periodistas que publicaron crónicas del gran acontecimiento. La Carta fundacional de Naciones Unidas estableció "la igualdad de derechos de las naciones grandes y pequeñas".
Era la gran promesa: a partir de la igualdad soberana de todos sus miembros, el nuevo organismo internacional iba a cambiar el rumbo de la historia de la humanidad. Sesenta años después, a la vista está. Cambió para peor.

* * *

Pero las malas costumbres no son un destino, y son cada vez más los países que se están hartando de recitar el papel del bobo en esta gran farsa universal.

Hace un año, comprobaba Thomas Dawson, vocero del Fondo Monetario Internacional: "Tenemos muchos alumnos destacados en América Latina". Era el lenguaje de siempre. Ahora, advierte el presidente argentino Néstor Kirchner: "Ya no somos alfombra". Es el nuevo lenguaje.

Nuevo lenguaje, nueva actitud. Nuestros países se llevan muy mal con sus pueblos y se llevan todavía peor con sus vecinos, y ésta es una larga y triste historia de divorcios. Pero las más recientes reuniones internacionales -en Cancún, en Monterrey- han sido sacudidas por el soplo de vientos que el aire agradece. Después de tantos años de soledad, los débiles estamos empezando a entender que por separado estamos fritos. Ya pocos creen, como el presidente uruguayo Jorge Batlle, que todavía podemos aspirar a ser mendigos felices. Hasta los más cabezaduras se están convenciendo de que en este vasto humilladero, donde los poderosos practican impunemente el proteccionismo comercial, la extorsión financiera y la violencia militar, la dignidad es compartida o no es.

Habría que apurarse, digo yo, antes de que quedemos igualitos a las fotos ésas que están llegando de Marte.


18.02.04 Jirafa en duda

Para mí la amistad es algo muy valioso. Un tesoro. Antes creía que era inmutable, que mis amigas/os desde el colegio seguirían siendo mis amigos de toda la vida. Pero no, las personas cambian, sus valores cambian y a veces nuestra amistad deja de interesarles. Vivía pendiente de todos y llamándoles, por lo que me hacía sufrir su silencio, su falta de tiempo o de atención; o el hecho de que nunca llamaran. Es curioso, porque supuestamente lo hacía por buena amiga, pero en el fondo también quería ser reconocida por ellos. Las cosas han cambiado. Aunque sigo creyendo que la amistad es muy valiosa, que es una forma de amor asexuado, ahora ya no dependo de mis amigos para sentirme reconocida ni vivo llamándolos aunque no me llamen. Pero soy humana, así que en algunas fechas espero que al menos se recuerden de mí. Gracias a Dios cuento con muy buenas amigas y algunos amigos más o menos cercanos. Una compañera de la universidad decía que hay varios tipos de amistad y quizá sea cierto porque según la personalidad y el modus operandi de los amigos, puedes hablar ciertos temas con ellos o no y tenerles más o menos confianza. He escuchado decir esto de varias personas: que no puede haber amistad entre hombre y mujer, peor aún cuando han sido pareja previamente. Yo no digo que sea fácil, pero siento que sí puede haber amistad entre hombre y mujer, aún entre ex. Sin embargo las personas que sostienen la idea de que no, insisten en que los hombres –sobre todo los hombres- son incapaces de interesarse en una mujer sólo por amistad, sin ver nada más allá. Y peor si han sido pareja antes. Yo no lo creo del todo. Digo: si tu pareja ha sido tu amiga/o por X tiempo, ¿por qué vas a abandonar esa amistad? Entonces, quizá nunca fue una amistad verdadera., sólo se fingió mientras se lograba el objetivo: sexo. Los amigos no se encuentran de la noche a la mañana, hay que cultivarlos con tiempo, paciencia y amor. Pero quizá estas personas tengan razón… a las pruebas observadas me remito. Quizá soy sólo yo la utópica que cree tanto en la amistad como lazo indestructible entre los seres humanos, sin importar si sólo han sido amigos o si fueron pareja, si son de diferente sexo, color de piel, país, planeta o lo que sea. Quizá soy una soñadora que no termina de entender que el amor es una idea nomás, que no une diferencias ni trasciende nada: simplemente una reacción bioquímica neuronal que se agota con el tiempo. Me ha entrado la duda, pero todavía me aferro con fe a la idea de que el amor sí existe, en algún lugar. Igual que las almas gemelas… Aunque quizás sea fuera de este mundo... Namaste.



19.02.04 Jirafa observando

Nuestras vidas son como obras de teatro. Creamos nuestros papeles, los personajes, la obra misma. Y nos encerramos en ello sin darnos cuenta… A veces nos identificamos tanto con nuestro papel que olvidamos que es sólo una obra y que podemos cambiar lo que sucederá después. Es bueno salirse un poco de la obra, dejarla en stand by y observar la puesta en escena. Se aprende mucho de ello, pero el hecho de salir puede llegar a ser doloroso y terrible también. A veces uno se encierra en papeles autodestructivos o no llega a comprender que la vida tiene diferentes ciclos y que hay un tiempo para todo. Nos empecinamos en mantener un estado a perpetuidad y eso no es posible. El querer permanecer siempre en lo mismo, al final nos hace daño, y para compensar o evitar ese daño, intentamos sobreactuar entrando así en un círculo vicioso.

Cuando alguna persona me dice que sólo puede ser de X ó Y forma, que en su vida no hay lugar para tal o cual cosa (la melancolía, por ejemplo), me da mucho qué pensar. Un proverbio chino dice: “si cierras todas las puertas, dejarás afuera la verdad”. Si somos tan arrogantes en creer que nuestra forma de pensar es la única correcta, si no somos capaces de permitirnos sentir la variedad de colores que pintan la vida diaria de la experiencia humana, nos estamos buscando un escape a presión, ya sea en forma de enfermedad física o emocional. No podemos pretender estar siempre felices o tristes o enojados. Lo que reprimimos, regresa a nosotros de forma terrible. Hay un momento para cada cosa. Se aprende mucho observando la propia obra de teatro y lo que atisbamos de las obras ajenas. Yo reescribiré mi obra. La anterior ya está caduca. Namaste.


21.02.04 Jirafita pensativa

La verdad, debería estar haciendo unas tareas en lugar de ponerme a escribir, pero ¿qué le voy a hacer? ¡Necesito escribir! Un amigo me decía que el problema en estos tiempos según él, es que hay muchas personas que sobre todo quieren ser amadas, antes que amar; y que pocas personas pueden amar. Y no hablaba de que no quisieran amar, pero es que no son capaces de hacerlo: no pueden. Y que eso se observa no sólo entre las parejas, disparejas y soledades, sino entre padres e hijos, hermanos, etc. Tristemente, creo que tiene razón en lo que dice. El egoísmo nos ha ganado y desechamos a las personas de nuestro lado, tal como hemos aprendido a desechar las cosas en cuanto les vemos un pequeño desperfecto, e incluso en buen estado, por otras más modernas, bonitas y nuevas. Si nuestra pareja se enferma de algo crónico, le tenemos paciencia por un tiempo y luego ¡sácatelas! A ver quien te aguanta!! Si nuestros padres ya no son tan útiles, a buscarles un lugar fuera de nuestra vista, a echar pulgas a otro lado… Y no, no hablo de las personas que no pueden estar con sus padres porque necesitan cuidado especial que no se les puede proporcionar en casa, o no tienen espacio en la vivienda, sino de personas que teniendo tiempo, medios y espacio, igual envían lejos a sus padres. No sé si así ha sido la humanidad desde siempre, no sé tanto de historia. O quizá yo lo vea así porque como es el tiempo en que estoy viviendo, es el único que conozco de primera mano y además, se nos ha metido en el imaginario que tiempos pasados fueron mejores (con lo que no estoy muy de acuerdo). Como sea, le hemos dado prioridad al consumismo, al egoísmo y al miedo.

El amor es vida. Todo, todo lo que comprendo, lo comprendo porque amo. Todo es, todo existe sólo porque amo (… solipsista…). El amor es Dios, y morir quiere decir que yo, una partícula de amor, volveré a la fuente general y eterna.
Tolstoi

Antes, casi todo el mundo occidental creía en Dios, en un dios de castigo y crueldad. Le temían. En lo particular no veo problema entre clonar un embrión y creer en Dios. Porque siento que de existir, Dios es Amor. Punto. Los descubrimientos científicos, la exploración del universo, el fin de las tiranías basadas en un supuesto poder divino… Eso es otra cosa. Pero si no creemos en Dios, si no creemos en el Amor, si no nos conocemos y no hemos descubierto nada dentro de nosotros… ¿Cómo podemos amar? Sí, que me lapiden los ateos y agnósticos.

Sin embargo, estoy escindida en dos: parte arte, parte ciencia. Al final, creo que después de todo y a pesar de mis dudas y alegatas, escogí bien mi profesión, porque conjuga el arte, la ciencia y las relaciones humanas. Me gustaría dedicarme más tiempo al arte. No sé si algún día tendré el coraje, el conocimiento, la técnica para dedicarme de lleno a la literatura, al oficio de escribir, específicamente. Si tuviese el genio literario, no estuviera escribiendo esto ahora. No sé si algún día escribiré fuera de mis diarios de papel y de pantalla, y decidiré hacer públicas mis palabras. Estoy consciente de que para hacerlo, hay que dedicarle mucho tiempo, escribir mucho y leer otro tanto. ¡Me falta tanto por leer! Y ahora que me he embarcado en esta maestría, escribiré menos y mis lecturas se orientarán al área de estudios, más que al arte. Aunque camine siempre pensando que hay algo más allá de las estrellas a pesar de que la astronomía afirme que lo que hay son más estrellas. Una parte de mí vive en la ciencia, lo apolíneo, lo masculino. La otra, vive en el alma, lo dionisiaco, lo femenino. Y está bien ser así. Aunque resulte algo incomprendida. Siendo así, soy menos dogmática, más comprensiva y abierta al aprendizaje. El alma es femenina, al menos eso siento yo. La ciencia tiende a ser más masculina.

Leyendo la entrevista realizada a un escritor de mi país, Maurice Echeverría, he confirmado con otro testimonio mis ideas e intuiciones: que buscar pareja del mismo sexo es más fácil porque se está en la misma sintonía mental. En su última novela “Labios”, este escritor trata de aplazar la respuesta y de expresar lo que las mujeres le producen, escribiendo acerca de una pareja de lesbianas. Aclara en la entrevista que es una aproximación egoísta a las mujeres porque no trata de entendernos, porque somos un enigma, algo oscuro, una suficiencia ontológica. Indica que él se sentiría más cercano o mejor con una mujer lesbiana, que tiende a ser más masculina que una que no lo es, y que las mujeres pueden volver paranoico a un hombre, que a él le sucedió en una época en que andaba saliendo con muchas mujeres al mismo tiempo y se metió en problemas… ¡Mira tú! Él anda con muchas mujeres, usa drogas, se mete en líos… ¡y la culpa la tienen las mujeres!! Desde el lío de Eva (haya sido verdad o no), no nos hemos logrado quitar de encima el estigma…. ¿Hasta cuándo seguiremos siendo culpables de todo? Y sí, dado que vivimos más en lo subjetivo, en el alma (a pesar de la represión de siglos y la falta de expresión, por la misma razón), es normal que se nos considere enigmáticas y oscuras. Por eso se nos teme, victimiza y adora: por el alma y la capacidad de dar vida. Si los hombres se preocuparan por conocer un poco más su alma y dejaran de usar tanto la fría lógica y la razón, y las mujeres fuésemos más directas y manejáramos mejor las expresiones del alma (siendo un poquito más objetivas), podríamos conocernos, comprendernos mejor y convivir mejor. Y quien sabe, a partir de allí quizás podría surgir el amor más a menudo. El amor, no el enamoramiento. Namaste.


23.02.04 Despedida

No sé dónde estarás. Allá donde estés, espero que mis palabras viajen con la brisa tibia de la tarde y toquen tus oídos de éter. Me ha costado mucho tiempo armarme de valor y aceptación para venir a decirte adiós. Quiero que sepas que no me arrepiento de nada, que atesoro los momentos que vivimos, que siempre te estaré agradecida por todo lo que aprendí de ti y que mi alma se expandió y mi vida cobró sentido gracias al amor: a tu amor, al amor que sentí por ti. Fuiste mi primer amor y aunque la Vida me conceda la dicha de volver a enamorarme, y de volver a amar, tú siempre estarás en mi corazón. No puedo mantener tu recuerdo vivo aferrada a ti y al dolor que me provoca tu ausencia. Me he encerrado mucho tiempo en eso, por miedo a amar y perder de nuevo. Y porque no dejé de amarte… Tengo que dejarte ir. Ya es tiempo. Tengo que seguir viviendo. Y aquí, en esta red marina de palabras, e imágenes en oleadas, vengo a dejar mi mensaje para que sea el mar quien lo lleve a ti, al lugar donde habitas que quizá esté en el punto en donde cielo y mar se unen al momento del ocaso. Te amé por completo, besé tus cabellos y tus pies, amé tus virtudes y defectos; pero ya ves, la muerte te alejó de mí. Y lo peor fue que te alejó de mí en el peor momento, porque te fuiste lleno de resentimientos. Si estás en alguna parte, y de verdad, creo y siento que estás en alguna parte, habrás visto en mi corazón… Y te habrás dado cuenta de que cuando nos separamos, fue cuando más te amaba y te necesitaba. No sé si alguna vez llegaste a comprenderme. Ojalá que sí… La vida es así. La muerte es parte de la vida. Tu muerte me afectó profundamente. He sufrido muchas pérdidas y han sido bastante dolorosas. Pero esas pérdidas me han enseñado a confiar, a apreciar lo más importante y sobre todo, a amar. Pero amar no es aferrarse al recuerdo y al dolor. Así que adiós para siempre. Algún día, en algún momento, quizá cuando me toque la hora de partir, volveré a verte, junto a mi padre y mi abuela. Mientras ese momento llega, seguiré mi vida y tú seguirás iluminando eventualmente mis sueños, llegando a mí escondido entre celajes y flores primaverales. Ya no soy la misma. El amor marcó mi vida y me transformó. Hasta siempre amor, adiós.

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