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Sentimientos, reflexiones, historias y opiniones del viaje que es la vida.

diciembre 19, 2004

JIrafa antinatural 

19.12.04 Jirafa con sueño

Desde que fui donde mi amiga y me desvelé platicando con ella y su prima ando con mucho sueño. Lo peor es que me he acostado tarde todas las noches, sin hacer nada en concreto: el tiempo es tan misterioso. Pasa tan rápido en la ciudad.

Por cierto, conocí a un gato en Río Dulce, muy simpático él. Era de los vecinos de mi amiga y me contaron que se va a pescar al lago. Muy cariñoso él, como que los gatos de Izabal son más cariñosos que los gatos que usualmente he conocido en otros sitios. Y estuve pensando por qué es que no me gustan los gatos: me gusta que son listos, que siempre caen en cuatro patas, que son elegantes. Me disgusta que no se dejan atrapar, que no son como los perros, falderos, sino que defienden su libertad, su espacio y son individualistas, van a su aire y viven en su mundo. Sólo interaccionan con uno cuando les da la gana… Anthony de Mello (y no sólo él, lo he leído con varios autores) decía que lo que no nos gusta de los demás es lo que nosotros mismos tenemos y nos negamos a reconocer. ¡Y yo soy como un gato! Sólo interactúo con los demás cuando quiero, vivo en mi mundo, no me gusta que me coarten mi libertad (o me siento asfixiada, controlada, con necesidad y derecho a huir) y soy bastante individualista… Por eso para mascotas prefiero a los perros, los medianamente falderos sobre todo. Es una hipótesis personal.

Otra hipótesis que tengo es acerca de por qué las personas se drogan. En Guatemala no sé cuál será el porcentaje de la población que se droga. Un amigo me decía que en España es más o menos del 20%. Aquí las drogas seleccionadas varían de un grupo a otro: entre los olvidados de la sociedad (niños de la calle, pandilleros, adultos que viven en la calle abandonados de la familia) es usual el consumo de solventes en forma de pegamento, que inhalan, el uso de crack y marihuana. Entre el grupo de bohemios de todas las edades, pseudointelectuales, progres’ y de izquierda se suele ver bien el consumo de tabaco y marihuana. Entre adolescentes y jóvenes de clases media y alta se suele manejar marihuana, cocaína, éxtasis, LSD y otras drogas sintéticas. Algunos de ellos se vuelven adictos para toda la vida. No se oye mucho de la heroína. Y los narcotraficantes de pequeña y gran escala, a veces también son adictos a lo que distribuyen. ¿Y qué tienen en común estos grupos? Siento que independientemente de si vienen de un hogar integrado o no, quizá han tenido una infancia solitaria, no han sido amados por sus padres, no han recibido orientación acerca de los peligros de las drogas y de la importancia de seleccionar las amistades. Recuerdo que aquí en la colonia cuando yo era adolescente había un grupo de chicos algunos años mayores que yo (varones todos) que se reunían a consumir drogas. A algunos de ellos les costó salir luego de la adicción. Otros, nunca salieron. Un amigo mío los conocía pero no se juntaba mucho con ellos porque la presión de grupo era muy fuerte y lo fastidiaban para que se uniera al grupo. Un día hablando de eso con el hermano de este amigo, ambos dijeron que no se hicieron adictos porque no quisieron, porque sabían el peligro que implica, porque oportunidades tuvieron muchas. Pero sus padres siempre les dieron apoyo, orientación, tiempo de calidad y amor. Y mi hipótesis es que quienes utilizan drogas, han carecido de todo ello.

Y es que el alcohol y las drogas (sean legales o no), son formas de evadir la realidad. La vida no es fácil. De hecho, es dura. Y si no se está preparado para enfrentarla por todo lo que venga, ya sea porque te han descuidado desde chica y te han dado poco amor o te han sobreprotegido y evitado ser independiente, pues la vas a sentir demasiado dura de sobrellevar y necesitarás evadirla o lidiar con la carga de alguna manera: el alcohol, el tabaco, las drogas son una forma. La depresión, la ansiedad, la neurosis, son otra. Y tenemos también el extremo de la locura. Claro, todo esto influido por factores genéticos y ambientales. Esa es mi teoría, por eso canto con The Beattles “All you need is love”, que quizá sea un grupo “ñoño”, como me decía alguien, pero me gustan muchas de sus canciones, más que las de los Sex pistols, por ejemplo. Lo que necesitamos en el mundo es más amor. Y respeto por nosotros mismos y los demás.

La semana pasada una amiga me decía que se sentía muy sola (sin novio) y con un vacío por dentro. Un amigo me decía esta semana que él quiere hacer algo realmente importante. ¿Qué es hacer algo realmente importante? Yo antes quería investigar VIH en el instituto Pasteur, eso era para mí algo realmente importante. Pero luego descubrí que quería hacerlo por puro ego. Eso no era para mí. Se me da mejor interactuar con la gente, escucharlos, intentar orientarlos. Y soy mucho más feliz escribiendo, dibujando, leyendo. Ahora he aprendido que lo mejor que puedo hacer es dar lo que tengo, amar, ser yo misma con la mayor plenitud posible y ser apasionada en lo que me gusta hacer; lo demás viene por añadidura. Antes yo quería lo mismo que casi todas las personas quieren: alguien que los quiera y los comprenda. Sentía un vacío adentro y creí que eso sólo lo llenaría alguien más, y me sentía sola, triste.

Por supuesto que me encantaría encontrar a alguien para mí, a alguien que quiera estar con alguien como yo: un compañero de vida y de amores. Ahora estoy convencida de que no sólo se trata de encontrar a alguien que me ame, que me quiera como soy o me comprenda sino, lo más importante, lo más importante realmente es amarme yo misma, conocerme, aceptarme tal cual soy, con todo y mis decisiones y poder así ofrecer mi amor a alguien. Si soy correspondida, pues qué dicha, pero si no, igual, el hecho de amar a otra persona llena bastante y te hace feliz... Y algo más: el vacío no te lo llena nada ni nadie, sólo lo llena una misma. Si queremos que algo o alguien más llene ese vacío, estamos buscando sufrir.

Tengo que reconocer algo: soy envidiosa. Definida la envidia como “tristeza por el bien ajeno”. Ayer mirando unas fotos de mi graduación de médica encontré una foto con varios amigos… Y cometí un error: empecé a compararme. Y resulté mal parada: ya todos están casi terminando una residencia, les va más o menos (al menos, mejor que yo) económicamente y tienen pareja… Excepto yo. Allí están dos de mis amigos. Uno a quien no le hice caso (un chico que es un amor de gente, pero que me propuso ser novios justo antes de un examen y además, no había “química”… ¡y yo, tan lenta y complicada para enamorarme…!) y otro que me gustaba pero una amiga se interpuso entre él y yo y no luché lo suficiente… Es lamentable que la única vez que he luchado (realmente luchado) por hacer algo, haya sido por lo que menos debí haber luchado: por estar junto a mi ex, pues no lo valoró ni me valoró ni respetó… Ver esas fotos me puso triste. Y luego, me llamó una amiga, con quien me gradué el mismo día, y me contó que está bien, que ya tiene auto, etc. A mí no me molesta que mis amigos estén bien: me da tristeza y coraje que yo estoy mal, por las malas decisiones que tomé en el pasado…Tengo que superar la envidia. Es feo eso!! Y sólo indica que aún me comparo, que aún no estoy haciendo lo que quiero con mi vida (lo cual es preocupante, pero orientador). De nada me sirve lamentarme ni sentirme mal; ya pasó. Nadie me quita lo vivido. Ni lo gozado! Ni lo amado… porque independientemente de que yo no haya sido amada, de que haya sido engañada o incomprendida, pues amar es algo lindo, que llena mucho. Estar tan locamente enamorada ha sido algo muy lindo, alegre y fue nuevo para mí, porque nunca me había sucedido. Claro que duele el engaño, porque de verdad yo creí que era mutuo el amor, pero ni modo. Such is life!

Si vamos a historias terribles, pues podría contar la de dos amigas: ambas enamoradas locamente de sus respectivas parejas. Ambas quedaron esperando: una perdió a su bebé a las 11 semanas y la otra a los siete meses; la segunda, fue abandonada por el novio, que andaba con otra chica. Lloró y lloró por meses, sus dos pérdidas. Y rogó a Dios para que lo sacara de su corazón. Cuando ya estaba empezando a levantar cabeza, el chico regresó arrepentido, a pedirle perdón. Se casaron (ella lo amaba mucho) y tienen un bebé muy lindo. Están esperando el segundo. Mi otra amiga aún está llorando la pérdida, que fue la semana pasada y no sabe qué hacer pues su novio le confesó que andaba saliendo con otra chica, pero “por entretenerse” (¿?)… No sé qué va a decidir finalmente. No entiendo a los chicos: por qué abandonan a las mujeres que los aman profundamente. No los entiendo.

Este año se ha caracterizado por las bodas y las muertes. A tres bodas he asistido: la de una compañera de trabajo en junio. La de una amiga en octubre y la de una vecinita de tiernos 23 años el sábado 18 de diciembre. Y han fallecido: una vecina de toda la vida y su hija, un tío-bisabuelo y la esposa del tío, que falleció hoy en la madrugada. La vida es así: por un lado celebraciones y por el otro, llanto.

La boda de la compañera fue algo muy sencillo, sólo por lo civil pues el chico es divorciado. Llegaron muy pocos invitados. La boda de mi amiga fue muy elegante, siguiendo el protocolo, bonita y no cabía más gente ni en el salón ni en la iglesia, según me contó mi amiga (pues no llegué a tiempo a la misa). Y la del sábado fue bonita, no siguieron el protocolo para nada, no llegaron todos los invitados (ni a la iglesia ni al salón), pero estuvo muy alegre. Lo único extraño es que en la mesa de honor no se sentaron los novios con sus respectivas familias, sino la novia, varios niños (sobrinos del novio que actuaron como pajecitos) y el novio. No juntos, sino divididos por el montón de niños… Y yo digo, si es tu primera cena como esposos, y además es su banquete de boda ¿No habría sido mejor dejar a los niños que revoloteaban alrededor de la chica con sus respectivos padres? Ya tendrán sus propios niños que no los dejarán cenar juntos y tranquilos a su debido tiempo… No cabe duda que cada cabeza es un mundo. Pero como sea, ha sido la boda en donde más he bailado: bailé con el niño de 7 años de otra vecina, con el sobrino (guapísimo y muy buen bailarían el niño por cierto!) de 17 años de otra vecina, sola y con una vecina. Ya me resigné que a las bodas, si no llevas pareja lo único que te queda es bailar sola, con otra mujer o con niños. Pero igual, como lo que me gusta es bailar, la pasé muy bien. Y me gusta bailar sola. En mi mundo. Bailé hasta más no poder. Estuve a punto de descalzarme (no tolero demasiado tiempo los zapatos altos), como lo hicieron unas primitas de la novia, que son de Izabal (acostumbradas a bailar, al calor y a la cultura garífuna), cuando pusieron punta y batukada. Ese ritmo brasileño me enloquece. Y la punta, que es de Honduras. Creo que en mi otra vida fui negra, porque toda la música caribeña y brasileña me toca hondo en el alma. Y gitana, que desde que tengo uso de razón la música flamenca me toca por dentro. La música me encanta.

Y bueno, hoy de nuevo a una funeraria. En la funeraria se vela a la persona fallecida toda la noche. En un salón está la persona y los familiares más cercanos, o quienes quieran acompañar. Y en los corredores o jardines están las otras personas que acompañan. Suelen pasar algo de comer cada cierto tiempo (un sándwich, sopa, galletas, café, algún refresco). En los pueblos se suele jugar cartas, contar chistes y hacer un ambiente medio festivo (sobre todo entre los asistentes del género masculino), y se sirven comidas más formales, cena inclusive. Las cremaciones son caras (y escasas) y el sepelio se realiza al día siguiente. Los asistentes suelen llevar ramos o coronas hechas de flores. Hay un mercado de flores (especializado en arreglos florales para funerales) junto al Cementerio General.

Le he perdido el gusto a la Navidad. No sé bien por qué. Siempre he visto esta (desde que tenía unos 15 años más o menos) como una época consumista. Y siempre he querido buscarle un sentido más allá del consumismo. Pero como cada vez me alejo más de la iglesia y sus dogmas, pues cada vez le encuentro menos sentido a estas celebraciones. Los gringos usualmente sólo hablan de Santa y ni mencionan a Jesús (al menos, no en sus productos comerciales de época). No he hecho mis tradicionales pasteles. Ni galletas. No estoy interesada en decorar. Estoy atravesando por muchas dudas. Me gustaría platicar con un sacerdote (que no me lance un sermón y me escuche) antes de decidir completamente separarme de la que ha sido mi iglesia. Y a no me dice nada. Me la paso toda la misa cuestionando lo que el sacerdote dice. Pero, ¿Con quién hablo? Estaba pensando contactar algún jesuita. Me parece que son los más abiertos… no lo sé, no he tenido mucho contacto con gente religiosa. Pero siento que los jesuitas son los más intelectuales y estudiosos, y quizá alguno de ellos me entienda. El día de la boda, mientras estaba en misa, claro que le daba toda la razón al sacerdote de que no hay que casarse por la iglesia “sólo porque se ve más bonito”, o por inercia o por cumplir. Que el matrimonio debería ser para toda la vida. Pero ante la evidencia científica que nos dice que cuatro años es lo que dura el vínculo hombre-mujer naturalmente pues es el tiempo que se necesita para sacar adelante a un bebé (y que en épocas prehistóricas no había vínculos para toda la vida, que los hombres hablan poco porque solían pasar en grupo con otros hombres acechando a una presa en silencio durante horas, mientras las mujeres criaban a los hijos en grupo, hablaban y asentaban las bases de las construcciones sociales que después se desarrollaron), pues es difícil mantener un matrimonio para toda la vida. Y si añadimos que nuestra sociedad consumista nos habitúa a que todo es desechable y si ya no nos gusta lo tiramos y lo cambiamos por algo más nuevo y moderno, pues no es de extrañar que el matrimonio actualmente sea algo que está cayendo en desuso. Pero tratar de mantenerlo en base a dogmas que se le ocurrieron a uno o más desconocidos religiosos amargados, castrantes y castrados (quizá sólo mentalmente, pero castrados), misóginos, etc… Pues no, no lo puedo aceptar. Va contra todo mi ser, no ya sólo contra mi intelecto. Y es que dicen cada cosa!!! Creo en Dios, creo en la Virgen María, que para mí es Shekinah, la parte femenina de Dios, creo en el mensaje de Amor de Jesús. Pero los dogmas de la iglesia… Debería ser budista zen. Y practicar, no sólo teorizar. O cristiana sin iglesia, pero practicar el cristianismo de verdad. O ser consecuente y no practicar ninguna religión… Bueno, de hecho no lo estoy haciendo…

Entre los mamíferos, sólo las zorras rojas y los lobos son fieles a una sola pareja toda la vida, que yo sepa. Los demás permanecen juntos sólo mientras crían a sus hijitos. O sólo mientras el macho fecunda a la hembra. Los seres humanos somos anti naturales: hemos desarrollado la medicina, que es anti natural: lo natural es que si te enfermas o accidentas, comas algunas hierbas y si te sanas, vives, de lo contrario, hasta allí llegaste. La tecnología también lo es: no es natural comunicarse ni establecer relaciones sin mirarse, ni viajar más rápido de lo que los medios naturales (piernas) lo permiten. El amor también es antinatural. Y más lo es el amor de pareja para toda la vida. Lo natural es vivir con una pareja sólo 4 años. La comunicación (y la buena comunicación) inter género (como amigos o pareja) tampoco es natural: lo natural es que los hombres hablen poco y las mujeres hablemos mucho y no nos comuniquemos porque a las mujeres les gustaría que los hombres se expresaran más y a los hombres les gustaría que las mujeres los distrajeran menos de sus entretenciones tribales (deportes por tv, jueguitos de ordenador, juegos de mesa o cualquier típica distracción grupal masculina de las que se aplican actualmente: esa es otra característica masculina que se me olvidó anotar antes: el gusto por los juegos competitivos, en grupo ya sea verlos o hacerlos… reminiscencias de la época de cazadores, seguro!). Así que somos antinaturales… ¡Viva lo anti- natural! De lo contrario nos habríamos extinguido hace mucho tiempo, y por algo nos dio Dios la inteligencia y nos hizo semejantes a él, no? Porque según la Biblia Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Con libre albedrío y capacidad creativa. ¿Por qué no nos conformamos y siempre estamos buscando algo más? Porque pensamos, dudamos, imaginamos y creamos. Tenemos la capacidad de crear nuevos mundos, nuevos paradigmas, de ser anti naturales.

Cambiando de tema, un amigo catalán me decía que las guatemaltecas no somos muy abiertas sexualmente hablando; o sea que no nos acostamos con alguien sólo por placer, sino que buscamos que sea con alguien que amamos y nos ama (o que creemos que nos ama). Que las españolas están muy liberadas en ese aspecto. Pues hay de todo, las nuevas generaciones vienen más liberales. Las de 25 años y mayorcitas estamos “chapadas a la antigua”. Asociamos el amor al sexo. Por eso duelen tanto las traiciones y las “quemadas de rancho” (poner los cuernos). Yo, consciente de que hay muy pocos hombres anti naturales, más evolucionados, y que la mayoría actúan igual que sus antecesores de la época prehistórica, más guiados por el instinto de conservación y lo de “ id y poblad el mundo”, pues no espero fidelidad, para no sufrir. Me gustaría, claro, pero estoy consciente de que es poco probable. Eso sí, no quiero saber nada tampoco: si lo hacen, que lo sepan hacer. Siento que eso de “ser una sola carne” con otra persona, al menos en mi caso (y el de varias de mis amigas) es algo más que la unión física: es también un pacto, un vínculo a nivel emocional y espiritual. Si se tienen relaciones sexuales con alguien, y luego eso no funciona, es mucho más difícil después salir de esa relación y romper los vínculos. Al menos para nosotras. La mayoría de hombres son más veloces que “El súper ratón” o “Speedy González” para bajarse los calzoncillos y excitarse. Creo que en parte es genético, en parte cultural, por el machismo y su cultura falocéntrica de miles de años de imposición. Yo tengo fe en que ahora que las mujeres tenemos más acceso al poder, las cosas vayan cambiando. No para irnos al otro extremo, sino para buscar el equilibrio. Porque ya se ha visto que los hombres en el poder reverencian mucho la imposición y la violencia. Y no digo que las mujeres no seamos violentas, que lo somos, pero estadísticamente, lo son más los hombres ¿Porque no hemos tenido el poder? Ojala que no. Que el hecho de potencialmente ser madres, nos proteja de la capacidad de violencia intrínseca de todo ser humano.

Los delfines se parecen mucho a los seres humanos. No son tan apacibles como aparentan. Debajo de su inteligencia, capacidad de adaptación, de su carita tierna, sus vínculos sociales, su capacidad de comunicarse, de expresarse afecto a través del contacto físico y de lo graciosos que puedan ser, se esconde un ser capaz de matar sólo por matar, no para alimentarse ni defenderse. Además de los seres humanos, sólo los delfines hacen eso: matan no para defenderse o alimentarse sino por placer. Por afán de poder. Suelen tener múltiples parejas sexuales y para garantizar que una cría es propia, alianzas de dos machos secuestran a una hembra para fecundarla (el macho de más poder) y evitar que se aparee con otros. O sea, se casa (mejor si con una virgen para garantizar que el hijo es propio). Hacen guerras por las hembras (entre alianzas), se unen varias alianzas para formar ‘pandillas’, en época de crisis o de peligro, se unen todos y se ayudan entre sí, maltratan a la hembra para que no abandone al macho al que pertenece… Una vez, un amigo me dijo que le gustaría ser delfín para poder tener múltiples contactos sexuales sin compromiso de ningún tipo… Yo aún no entiendo por qué me dijo eso ¡Si es hombre (y hombre latino, además) y es usual que los ‘macho man’ hagan eso a diestra y siniestra! Creo que era muy escrupuloso, y por eso no se comportaba como delfín… Es una lástima que los delfines se parezcan tanto a los humanos… Por eso ejercen tanta fascinación en nosotros y se han tejido tantas leyendas alrededor de ellos. Hay quién dice que los habitantes de la Atlántida se transformaron en delfines cuando esta se hundió… Y eso que antes no se había estudiado tanto su comportamiento, como durante las últimas décadas del último siglo.

Y bueno, me voy a la funeraria. Será una época dura para los hijos de estos tíos pues en menos de tres meses han muerto sus dos progenitores. Dicen que la señora murió por una neumonía. Yo sé que murió de amor: no quería estar sin su esposo a quien amó durante toda la vida (aunque estuvieron separados por varias temporadas porque él tuvo que exiliarse en México pues era perseguido por el ejército, y él –me lo contó una vez- tuvo otras parejas, pero siempre amó a mi tía-bisabuela). Que estén juntos y en paz. Dios nos bendiga a todos. Namasté.

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