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Sentimientos, reflexiones, historias y opiniones del viaje que es la vida.

junio 20, 2005

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31.05.05 Jirafa se despide

He estado pensando estos días… no sé cuál es la necesidad de escribir tanto acerca de mí. ¿Por qué me doy tanta importancia? Y encima, por qué escribir un diario en un sitio público, que aunque sea leído por muy pocas personas (si es que más de dos lo leen, además de mí, claro)? Cuál es la necesidad de que otras personas lean acerca de mí, como si fuera tan interesante… Así que, aunque seguiré escribiendo mi diario –que eso ha sido este espacio- ya no lo publicaré. A quienes me han leído, se los agradezco profundamente. Gracias por la paciencia, por el tiempo que me han brindado y por la tolerancia. Hoy será la última vez que publique mi blog “normal”. De aquí en adelante lo que publique será más impersonal, más “de opinión” (y para qué opinar tanto, digo yo!) o cuando sienta que valga la pena publicar algo que suceda o me suceda. O quizá haga una publicación mensual, resumiendo lo más importante que ha sucedido –si es que me recuerdo de publicar mensualmente-. O publicaré sólo cuando realmente me parezca que valga la pena compartirlo con otras personas. Ya veremos. Pero hace ratos sentía la necesidad de un cambio…

Desde chica he llevado un diario. Me ha servido mucho. En España estaba llevando mi diario, pero cuando empecé a ir a (ja, ja, ja) “terapia” con María José, dejé de escribir… Más me habría valido escribir e ir al gimnasio que confiar tanto en una persona de escorpión… Cuando empecé a ir con esa psicóloga, me sentía muy mal. Pero cuando dejé de ir –en mayo del 2003- me sentía mucho peor. Sospecho que la idea de ir a terapia es conocerse, aprender de una misma, sentirse mejor… No me sentí mejor con ella. Con el psicólogo con el que fui acá, el cambio fue visible en todos los aspectos. No sólo cómo me sentía, sino cómo me veía. Yo no sé si de no haber ido con ella las cosas habrían funcionado o no. Pero me duele –mucho- que se hayan precipitado gracias a su ayuda. Porque allí “hubo mano de mono”, como dicen acá cuando hay negocios turbios. Y si él le creyó más a ella, pues qué poco me conoció y qué poco me quiso… Si es que me quiso más allá de un mero capricho “exótico”. En fin, allá Dios con ellos, total, son libres para estar con quien quieran estar…

Como no quiero que la vida decida por mí, y como tampoco quiero seguir navegando sin rumbo ni dirección, pues he tenido que tomar varias decisiones que afectan profundamente mi forma de vida hasta ahora y mis perspectivas para el futuro. Además de renunciar al amor (porque es un hecho: no todos nacimos para vivir en pareja, aunque lo deseemos, aunque sea nuestro anhelo; porque siempre soy la que amo y nunca la amada –y quiero ambas cosas, no ser tampoco sólo la amada y estar con alguien por cualquier otra razón peregrina como conveniencia o miedo a la soledad-), por mi propia salud mental, porque ya me cansé de estar anhelando algo que quizás no existe, porque quizá lo que Ortega y Gasset y lo que Carlos Ruiz Zafón han escrito (que hay hombres dispuestos a cambiar y a ser mejores de lo que son para merecer el amor de la mujer que aman) sea sólo un recurso literario o una hipótesis filosófica. Nadie ha querido ser mejor por querer estar conmigo: nadie ha querido estar conmigo por amor. Ni vivir conmigo. A las pruebas me remito. Porque creo que mi corazón (tonto!) sigue amando sin ser amado, sin haber sido amado nunca y no quiero jugar con los sentimientos de nadie (según Les Luthiers, soy una inadaptada social porque dicen que “las personas honestas en esta sociedad son inadaptadas sociales” –y yo , intento serlo; honesta, claro). Pues eso, renuncio.




06.06.05 Jirafa continúa despidiéndose..
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Aunque puede ser también que no sea a la persona en cuestión lo que amo, sino lo que él representa. Mi “imago”, la imagen masculina; mi “animus”, diría Jung. Es muy probable… ¿Por qué le voy a cerrar las puertas al amor? Como diría el Principito: Uno nunca sabe…

El tono oscuro, casi fúnebre que tienen mis dos últimos blogs se deben en gran parte a la influencia del ciclo menstrual. Aunque la idea de no escribir tan seguido (o no publicar TODO lo que escribo en mi Jirafuno diario), sigue en pie. No le veo el sentido de publicarlo todo. Publicaré sólo lo que –a mi juicio- valga la pena para ser compartido.

Desde que inicié con la menarquia, cada mes tenía justo el día en que me venia la regla o un par de días antes, algunas molestias (dolor abdominal, acné, tensión mamaria, etc.), pero conforme el tiempo ha ido pasando, las molestias se han diversificado, se han prolongado y algunas se han intensificado. Ya no son dos días antes sino una semana o diez días antes, y las molestias van, desde tensión mamaria, hasta desesperanza, tristeza y mal humor gratuitos. El 31 de mayo estaba que ya no podía, totalmente desesperada. Quería sentirme bien de alguna forma, y lo único que se me ocurrió fue comer muchos chocolates (pensando que los chocolates aumentan la producción de triptófano, y además me gustan y en esos días me da deseo de comer carbohidratos), así que terminé comiendo tres tabletas de chocolate y ocho galletas de chocolate. Un exceso!! E igual, me seguía sintiendo fatal. Todo se resolvió el 1 de junio: cuando la regla baja, el mundo vuelve a la normalidad.

Como no estoy dispuesta a seguir permitiendo que mi vida se haga trocitos 7-10 días al mes, empecé a investigar qué puedo hacer para evitar tanta sintomatología. Bueno, algo interesante es esto: desde que mataron a mi padre, las molestias aumentaron levemente. Cuando estuve viviendo en pareja, eran mínimas. Desde que regresé de España, se intensificaron mucho.

El síndrome Premenstrual (SPM) afecta en diversos niveles de intensidad al 75-80% de mujeres en todo el mundo, desde los 15 a los 45 años. Las molestias agrupan una lista enorme de sintomatología y se dice que a mayores molestias, más relación hay con síntomas psiquiátricos. O sea que según esta información, entre el 50 y 60% de mujeres tenemos algún grado de patología psiquiátrica… También se ha observado que el número de mujeres afectadas por el síndrome ha ido incrementándose con los años. Eso da mucho qué pensar… Y lo más importante: no se conocen las causas de este síndrome. Sin embargo se han ensayado todo tipo de tratamientos: desde uso de hormonas, antidepresivos y anti-inflamatorios, hasta uso de vitaminas (B6 y E sobre todo) y minerales en dosis altas, aceite de onagra –que no sé qué es, ni lo conozco-, meditación y técnicas de acupuntura. Se puede leer información en
http://www.iqb.es/ginecologia/patologia/s_premenstrual/premenstrual.htm
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001505.htm

Es curioso que tantas mujeres seamos afectadas por el SPM, que vaya en aumento la incidencia, que se desconozcan las causas y que los tratamientos no siempre sean efectivos (y los hormonales y/o antidepresivos, muchas veces se acompañan de severos efectos secundarios). Encontré, entre todas las posibles explicaciones (Causas biológicas: desequilibrios hormonales estrógenos/progestágenos, bajos niveles de serotonina, genética; causas ambientales, emocionales o culturales), una psicoanalítica muy interesante: dado que la femineidad y la sexualidad femenina se relaciona con el ciclo menstrual y la capacidad reproductiva, el SPM puede estar relacionado –de forma inconsciente- con, según la edad, la angustia de un embarazo no deseado; una vida sexual de pareja insatisfactoria; la angustia de estar sola, ver que el tiempo pasa y la probabilidad de ser madre va disminuyendo; la angustia de acercarse a la menopausia –empeora alrededor de los 40 años, según leí- y “dejar de ser mujer”… Ese enfoque me pareció muy interesante y explicaría por qué no siempre funcionan los tratamientos farmacológicos ni de dieta... Quizá la incidencia ha aumentado porque antes las mujeres estaban más cercanas a sus ciclos de vida y estos se aceptaban tal como venían, incluso se celebraban con ritos y ahora, con la presión de la eterna juventud y belleza, se quiere prolongar eternamente el ciclo reproductivo de la mujer, no se acepta que hay un tiempo para cada cosa y esa es una fuente de sufrimiento. Yo siento que por allí va la cosa… Sería interesante documentar cómo está la incidencia de SPM en mujeres que viven en el área rural (tanto de países desarrollados, como en vías de desarrollo) y compararla con la incidencia de mujeres que viven en el área urbana (de países desarrollados, como en vías de desarrollo también), medir niveles de sensación de plenitud y/o felicidad (claro que eso es algo muy subjetivo) y analizar los datos.

O si se quiere ser más práctica, dado que la incidencia de depresión va en aumento, según datos de la OMS, y la depresión puede presentar múltiples síntomas físicos, y además, causa desequilibrios en neurotransmisores y quizás en niveles hormonales, eso podría explicar por qué ha aumentado la incidencia de SPM, que puede llegar a ser incapacitante en 10-15% de las mujeres que lo sufren, sobre todo en quienes han tenido una depresión severa (gracias a Dios, ese no es mi caso). Pero para mí, la explicación psicoanalítica es muy válida. Sumada con la de la depresión…

Como sea, no estoy dispuesta a seguir permitiendo que el SPM nuble mis días. Y estoy consciente de que sí, me afecta el hecho de estar sola, sin perspectivas de nada, con 32 años, en un país tan machista y acompañada de personas (hombres y mujeres) que a mi edad ya tienen como mínimo dos hijos. Por otro lado, también estoy consciente de que ser mujer no depende de estar con un hombre, o de procrear un hijo. Ni de los senos o el útero. Eso es parte de, pero no es el todo. Mi cerebro, desde que se formaron mis ovarios en el vientre de mi madre, empezó a comandar la secreción de hormonas femeninas, y se fue terminando de moldear bajo ese influjo. Eso, eso es lo que me hace ser mujer: sentirme y pensarme mujer. Tener un punto de vista femenino de la realidad (creer en el amor, por ejemplo).

No sé si en la página de el periódico Prensa libre (
www.prensalibre.com) se pueden leer todos los artículos, pero en la Revista D (revista dominical que publican semanalmente), salió ayer un artículo muy interesante, que confirma mi hipótesis de que los hombres y las mujeres buscamos cosas diferentes en las relaciones, y por eso es tan difícil que estas funcionen. Y eso también me explica por qué las mujeres buscamos más a Dios y lo consideramos como fuente de amor, que es lo que buscamos y los hombres (la mayoría) no quieren/no pueden dar... Aunque es paradójico que en la mayoría de religiones –por no decir que en todas- los líderes sean hombres. Quizá las cosas mejorarían si tuviésemos más acceso al poder, también a este nivel… Sería bueno retomar mi curso de análisis lacaniano.


He estado pensando que no puedo seguir románticamente esperando becas que no llegan. Tengo que hacer algo más que solicitar becas. Luego, pasando a temas de orden profesional… Veamos. Ya he dicho miles de veces que “me metí a estudiar medicina por demostrarle a mi padre que las mujeres sí podemos ser médicas y porque en ese tiempo, como me dijeron mis padres que no estudiara psicología –porque era para gente con problemas-, que literatura y/o filosofía eran carreras para morirse de hambre, y que antropología era muy peligroso –estaba reciente el asesinato de Mirna Mack- y que no me apoyaban en esas carreras; pero mi idea era estudiar psiquiatría al terminar medicina…”.

Bueno, cuando terminé la carrera a tropezones – no era mi pasión, no le puse todo el empeño que debía- y porque Dios es grande –no me canso de bendecirlo- me empantané con la tesis. Allí fue cuando conocí a mi ex y luego, la idea de estudiar psiquiatría fue dejada de lado porque quería estar con el hombre que amaba y creí que yéndome a España además podría realizar algo que siempre había soñado desde niña: irme a estudiar el post grado a otro país. Inicié la gira de embajadas, sitios y oficinas para obtener beca. No la obtuve. No tengo el primer lugar de mi promoción ni “cuello, conectes, enchufes” o como se le llame a la suerte de tener familia y/o amigos de la familia en puestos importantes. Al final me fui, sin visa no pude estudiar, al estar sola me deprimí horriblemente, todo salió entre mal y peor y regresé sin pareja, sin post grado ni nada. Eso sí, mucha experiencia de vida y el corazón roto. Sólo el amor puede romper (y pegar los pedazos de nuevo) el corazón. Como me sentía presionada (ego, sociedad, economía, necesidad de conocimientos: reconozco que hay muchas cosas que desconozco y la cantidad de conocimientos en medicina cada día es más amplia), como al regresar aún seguía deprimida –y peor, después de la ruptura-, no me sentía preparada para seguir la residencia de psiquiatría. Bueno, gracias a Dios. Que si lo hubiera hecho, a estas alturas estaría o arrepentida o haciéndome lavado de cerebro para convencerme de que sí valió la pena hacerlo.

Justificada con la leucopenia, rechazaba la idea de hacer medicina interna o pediatría. Si realmente me hubiese interesado hacer una de esas especialidades, con mascarilla y enfermándome a cada rato, las habría hecho; pero no… Además, el ambiente neurótico de esas residencias, el hecho de que luego hay que estudiar otros tres o cuatro años de subespecialidad y ante todo, el hecho de que nada me convence (porque no me quiero comprometer a nada? Porque en el fondo no es lo mío? Porque en el fondo me da lo mismo porque sé que todo es pura vanidad…? Porque en el fondo soy igual que el protagonista del libro de Tusset?) y dado que a pesar de que me llamaba la atención, la psiquiatría me daba muchas dudas, pensé en hacer lo que había a la mano. Las especialidades quirúrgicas no me gustan: me desespera eso de estar cosiendo, me da pavor hacer incisiones con el bisturí (ya sé que no es para hacer daño, que es necesario pero igual no me gusta) y el olor a sangre… el olor a sangre me tele-transporta al momento de encontrar a mi padre asesinado… Así que Oftalmología, Ginecobstetricia, Ortopedia y Cirugía con todas sus subespecialidades quedaban eliminadas. Aquí no hay nutrición clínica como especialidad. Lo único que quedaba era: Dermatología, Fisiatría y Radiología. Las tres son residencias “tranquilas”. Vamos, que hay que estudiar muchísimo, y hay que hacer turnos, pero no son tan estresantes como, digamos cirugía.

Cuando estaba por entrar al examen de oposición de dermatología, me enteré de la maestría en nutrición. Como ya había tenido contacto con la gente de Dermatología –prepotentes pijos de una universidad privada-, y la nutrición siempre me había gustado, me decidí mejor por nutrición. Cuando hice mi electivo, la disyuntiva estaba entre nutrición y psiquiatría. Al final lo hice en psiquiatría, que me fue muy útil. La maestría que estoy haciendo es en nutrición pública. Es como Don Quijote contra los molinos de viento. Para que las condiciones de nutrición, nivel de vida, educación, salarios, etc. del país cambien, lo que se necesita es un cambio en la estructura de poder que la cúpula que lo maneja –dependiente directa de USA y sus políticas económicas- se niega a hacer porque no le conviene perder su status quo. Sale mejor mantener hordas de analfabetas muertos de hambre (literalmente) siempre dispuestos a aceptar hasta los salarios más esclavizantes (Q200.00 al mes para un agricultor! = +/- 20 o 25 euros) para trabajar como mano de obra barata y mantener el modo de vida semi-colonial (por no decir feudal) que persiste desde hace casi cinco siglos en estas tierras. Y yo, no puedo cambiar eso. Agreguemos a la cúpula de terratenientes y grandes empresarios el poder (y el terror que antes ejerció) del ejército y desde hace algunos años, el poder y el dinero de los narcos. Y la corrupción. Se ha mezclado todo eso y el resultado es explosivo. Nos hace mantener niveles de bienestar sólo accesibles a un pequeño segmento de la población, los peores indicadores de salud y educación de Latinoamérica y que la brecha ricos-pobres se haga mayor cada día con la secuela de una violencia social que se ha convertido en una vorágine que amenaza con tragarlo todo. El narcotráfico se ha metido como un gran monstruo con tentáculos enormes que se introducen subrepticiamente en todas las estructuras sociales, niveles educativos y sectores de población en el país ofreciendo dinero fácil y en enormes cantidades. Tampoco puedo cambiar eso. Una golondrina no hace verano. Hoy nos presentaron en clase un mapa de pobreza y desnutrición en el mundo y en Latinoamérica nosotros tenemos el primer lugar de desnutrición: más del 49% de niños menores de 5 años, los mismos porcentajes que en países del África. Es una barbaridad, una vergüenza y una inconsciencia. No es por falta de recursos, sino por falta de voluntad política…

Se han hecho miles de investigaciones al respecto. Se tienen datos, estadísticas y análisis. Recientemente se aprobó una ley y política de Seguridad Alimentaria y nutricional (sin fondos suficientes para implementarla). Y la situación sigue igual. Esperemos, siendo optimista, que lo de la ley y política de SAN, funcione. Y bueno, dado que la maestría es en nutrición pública, tendría que trabajar en algún ministerio, coordinando programas o dando pláticas en donde se explique lo mal que estamos y los mínimos avances que se han realizado. O investigando en el INCAP temas de nutrición a nivel público o como asesora de programas para combatir el hambre. Hay algunas compañeras médicas que quieren pasar por nutriólogas y ponerse a evaluar pacientes para dar educación y dietas. Pero no es eso lo que hemos estudiado. Por supuesto que me gustaría eso, pero no es lo que hemos estudiado y no sabemos cómo hacerlo. Ya lo dije: no es nutrición clínica. Hacer eso es deshonesto. Y para trabajar a nivel de ONG’s, organismos internacionales (OMS, por ejemplo), ministerios del Gobierno o el INCAP se necesita experiencia en nutrición comunitaria y, sobre todo, “cuello”. Además, lo más importante es creer una misma en lo que hace. Y, la verdad, no creo que eso sirva de mucho. Ni me siento preparada para dirigir un programa de nutrición comunitaria, cuando ni siquiera nos enseñaron a calcular las kilocalorías necesarias para un niño o una población y no nos lo quieren enseñar pues nos ven a los médicos como un peligro laboral. Al final, en estos trabajos a nivel comunitario, se presentan grandes informes de hojas y hojas con cientos de datos, en un hotel elegante degustando exquisitos platillos, y así va pasando el tiempo mientras poblaciones enteras siguen pasando hambre e inseguridad alimentaria. Siento que es mucho bla, bla, bla, pero al final no se ven los cambios... Aunque la ceguera en niños por deficiencia de vitamina A ha disminuído desde que se fortifica el azúcar... Algo se ha hecho! Pero soy muy práctica y me gusta ver resultados, mejor si pronto... Con la salud pública los resultados tardan en llegar, cuando llegan.

La situación es muy compleja. Y si la realidad duele y se es muy sensible, como mecanismo de defensa, una termina prefiriendo alejarse de todo ello (a través de la lectura o la escritura). Pero lo más importante es el hecho de sentirme fuera de lugar: ese campo es de las nutricionistas. Aunque nos pese aceptarlo: nos han excluido de lo lindo. Por supuesto que la maestría me ha gustado, ha sido muy útil, sí he aprendido muchos aspectos de nutrición, pero no sé qué tanto me sirva para aspirar a otro empleo. Al menos en esa área específica. Y ya me cansé de tocar puertas pidiendo becas. Porque lo ideal para mí sería sacar una maestría pero en Nutrición clínica. Además de que el tiempo pasa y hay un límite de edad para solicitar becas. Cierto que no soy el primer lugar de mi promoción, pero tampoco soy la última. No puedo seguir toda la vida esperando una beca que no llega. Por supuesto que quiero terminar la maestría, total llevo año y medio y me falta poco. Se me olvidaba la otra razón que me hizo buscar desesperadamente qué estudiar en cuanto pude (los ciclos académicos inician en enero y yo regresé en mayo de 2003): tratar de no pensar en mi ex. No fue tan importante qué estudiar sino empezar a hacerlo ya… Sin embargo no estaba en capacidad de llevar todo el peso (académicos, emocional, competitivo) que implica una residencia. Bueno, siendo honesta, la verdad es que no quiero dedicarme a trabajar sólo en seguridad alimentaria porque si me dedico a eso, sólo lo puedo aplicar en un país: en Guatemala. Y sigo con la idea de irme a vivir a otro lado. Aún no sé por qué y no entiendo cuál es la terquedad, pero he dejado de cuestionar esas ideas raras que de repente mi intuición me manda. Esa es la realidad. Sí me gustaría trabajar en eso, aunque sé que una golondrina no hace verano y es algo quijotesco. Total, soy una idealista.

Estaba re-leyendo esto y veo que quizás, aunque de fuera pueda parecer que ando más perdida que Miguel Strogoff, no es así. Siempre quise recibir un curso de repostería y lo recibí. He amado apasionada y locamente. He conocido un lugar que amo: Barcelona (aunque no Andalucía). He aprendido bastante de nutrición (aunque aún no puedo calcular dietas). Hice un electivo en psiquiatría. Excepto porque nunca he amado y sido amada al mismo tiempo y porque no conozco Andalucía, ya podría morir en paz. Lo primero no depende sólo de mí y, como expresé supra, ya lo dejo por la paz. I quit. I Say goodbye to love. Pero lo segundo (viajar) sí puedo llegar a realizarlo.


15.06.05 Jirafa que continúa despidiéndose

Vaya, esta despedida me va a llevar casi el mes completo!!

Han sucedido muchas cosas; además de que tengo mucho qué hacer de la maestría y del trabajo, han sucedido varias situaciones que “me han movido el tapete”, como decimos acá; esto es que me han sacado de mi centro.

Algunos problemas con mi hermano y cuñada. Ya superados, gracias a Dios. La semana pasada anduve consolando y dándole ánimos a dos amigas, una que está muy depre’ después de que terminó con el novio (algo raro en ella, dado que es una fuerte chica de leo) y otra que tiene serios problemas conyugales. Ya he dicho antes que me duele el dolor de otras personas, y más si son mis amigas. Además, me he enterado de que una de las niñas de la maestría tiene un tumor cerebral y a otra, una chica de 25 años (que come sano, hace ejercicio a diario, no fuma, no bebe) le han detectado Linfoma de Hodking… Como hablamos, si no se hubiese cuidado, podría ser algo peor o se lo podrían haber detectado en un estadío más avanzado; gracias a Dios está en estadío II. El pronóstico es bueno, ella tiene mucha fe, acepta lo que venga y Primero Dios, se va a curar. Claro que la quimioterapia y la radioterapia no son nada agradables, pero es una chica ejemplar, con mucho ánimo, valiente y optimista, con mucha fe en Dios. Primero Dios no quede estéril, para que pueda ser madre, si más adelante desea serlo.

Todo eso sucedió en menos de una semana, y fue una gran carga emocional.

Sigue en pie mi idea de estudiar la residencia. Iré de medio electivo a observar cuál de las dos me convences más. Aunque varios de mis conocidos me insisten en psiquia’ (específicamente una psiquiatra y una chica que quiere ser psiquiatra), pero prefiero hacerle caso a mi intuición, que me dice que no, no ahora.



19.06.05 Jirafa desvelada

Es de madrugada. Hay frío y aún no termino uno de dos trabajos que son para mañana… Es que vi “El Señor de los anillos: El retorno del rey”… ¡Larguita la peli’! No he leído los libros de Tolkien; la verdad, prefiero ver las películas. La primera, la vi junto a un novio al que quiero mucho y con quien seguimos siendo amigos. Felizmente, pronto será padre, allá en Colombia. La segunda la vi junto al que fue el amor de mi vida, allá en Logroño; deseo que esté bien. La tercera no la fui a ver al cine cuando se estrenó porque no quería ir sola. Quería verla con mi pareja, cuando la tuviese. Sin embargo la he visto entre la noche del domingo 18 y la madrugada de hoy lunes 19 de junio, sola, en el cable. Y al final, creo que fue mejor. Por cierto, no sé por qué no aguanté ver “Kill Bill Vol. I”, de Tarantino, cuando he visto otras películas casi igual de violentas, como esta!… En fin!

Casi al terminar la película –lloré, por cierto-, mientras Frodo termina de escribir la historia de sus aventuras en la Comunidad del Anillo, se pregunta cómo volver a retomar la vida de antes, cómo dejar atrás el dolor de saber que ya no hay marcha atrás, y de vivir con una herida que no sana ni sanará? Eso mismo me pregunto yo. Su solución fue marcharse con los Elfos. Ya no podía seguir viviendo en La Comarca. Ya no pertenecía a ese lugar. ¿Se le habrá mitigado un poco el dolor en el lugar al que arribó? No lo sé. Porque en mi caso, a donde vaya me ha de seguir… Dado que aquí no hay Elfos con los cuales marcharme a otro mundo. Dado que ya he descartado la solución del suicidio, porque es algo cobarde, porque atenta contra la vida y además, si la reencarnación es real, significaría volver a regresar para aprender lo que necesito aprender en esta vida, pues no tengo otra salida que aprender a vivir con el dolor. La opción de irme a otro país también la he considerado; aunque el dolor se vaya conmigo, al menos cambiaré de ambiente. Había pensado en España, pero en Inglaterra y Francia necesitan médicos… Por supuesto, he de especializarme antes de partir, Primero Dios. La maestría me encanta, pero no me vale como especialidad médica. Una razón más para estudiar la residencia!!

Tengo aún otra salida por explorar: practicar budismo. Mi preferido sería el Zen, pero dado que aquí sólo hay tibetano, pues está bien el tibetano. De repente más adelante encuentro algún grupo Zen por acá. O en donde esté viviendo. Hmmm… Entre el trabajo, la maestría, el gimnasio y la meditación… ¿A qué horas voy a leer? ¿Y a escribir? Bueno, de organizarme, he, porque tampoco se trata de enfermarme, también necesito descansar y no puedo estirar el tiempo o hacer que los días tengan más de 24 horas.

Como estoy suscrita a varios boletines médicos me enteré de varias cosas: 1. que los españoles viven con déficit de sueño porque se desvelan mucho, porque –por la globalización- está desapareciendo la hora de la siesta (por la pérdida de productividad, a pesar de que estudios en USA demuestran que un descanso de 30-45 minutos después de comer, ayuda a aumentar el rendimiento de los trabajadores), y porque España es el lugar del mundo donde más tarde amanece (lo cual trastorna las jornadas laborales y los horarios de vida –ciclos circadianos-) porque van con la hora centroeuropea cuando la que les corresponde, por su localización geográfica, es la del meridiano de Greenwich (Inglaterra, Portugal). Además es el país del mundo en donde más se desvelan por andar “de marcha”; en Acapulco, durante las vacaciones puede suceder que se queden hablando, bailando y bebiendo hasta las 4 de la madrugada, pero no es la norma en México… 2. Que aprobaron una iniciativa a nivel europeo, contra el tabaquismo –por los daños en la salud de quien fuma, de los fumadores pasivos y el gasto que representa para salud pública, tal como lo he dicho en ocasiones anteriores- y, 3. Que existe déficit de médicos en Inglaterra y Francia, para atender a toda la población que necesita atención profesional.

Así que, si estoy pensando en mudarme a otro país, quizás Inglaterra y Francia sean mejores opciones para encontrar trabajo. Aunque la ventaja de ir a BCN es que allí hay dos amigos. Con la desventaja de que allí vive mi ex. Ni en Francia ni en Inglaterra, cuento con amigos; me iría a la mano de Dios. Pero no nos adelantemos al tiempo. Primero tengo que terminar este trabajo, estudiar y aprobar las oposiciones, estudiar los 3-4 años de residencia y luego, ya pensaré a dónde irme…

No hay nada más que escribir. Por ahora. Namasté. Y gracias por leerme. Hasta pronto! =)

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