<$BlogRSDURL$>

Sentimientos, reflexiones, historias y opiniones del viaje que es la vida.

diciembre 27, 2004

Tsunami 

26.12.04 Jirafa desfasada

Y bueno, es Nochebuena. En Europa ya es 25 de diciembre, ya es Navidad. Sigo con mis conflictos teológicos y de fe. Un amigo me decía: “La duda es el principio de la sabiduría” o algo así. He andado toda desanimada estos días y no sé bien por qué. Con la sensación de que algo malo va a pasar. Incluso he llegado a pensar que quizá haya un terremoto acá. Ya hubo uno muy fuerte en 1976 (yo tenía tres añitos, a penas lo recuerdo), murieron miles de personas. Es una sensación fea, mezcla de cansancio, preocupación, tristeza, desesperación y la sensación de que algo va a pasar… Ojala sean sólo mis nervios…

Respecto a los conflictos teológicos, pues cuando era más niña, incluso el año pasado, la Navidad me daba cierta alegría al pensar que era una renovación, una nueva esperanza, un nuevo nacimiento, la página del libro en blanco (eso es el Año Nuevo). Pero desde que empecé a enojarme con Dios (al parecer, aún sigo enojada, ahora ya ni enojada: que ya me da lo mismo, me siento sola “Ante los abismos de la nada”… Ya no me siento escuchada por Nadie, ni Protegida ni Amada, ni nada. Sola, pero no me da pesar… Siento que Dios nos creó –porque sí creo que existe- para poder valernos por nosotros mismos, pues nos hizo “a su imagen y semejanza”), al parecer estoy perdiendo la fe con tanto cuestionamiento… Me gustaría tener más fe. Creer en los milagros. Yo le pido Fe a Dios. Quizá todavía me escuche… Mis pacientes me han contado cosas que parecen increíbles, gracias a la fe. Quizás, a la larga eso sea lo único que importa (sin importar si resolvemos el enigma de si Alguien nos escucha o cómo o por qué, o la forma de demostrarlo…), la fe. No importa si es fe en que si damos dinero a tal o cual iglesia (los evangélicos), o si rezamos una novena a tal o cual santo (los católicos), o si hacemos ayuno y ofrendas (otras religiones), o si nos postramos humildemente ante Dios para pedir de corazón (muchos cristianos de diversas iglesias y sectas), pues suceden los milagros. Es la fe con que pedimos y en que nuestras oraciones sean escuchadas… Aunque al final, sea el propio cerebro quien haga las cosas… ¿Pero entonces como se explican los milagros a larga distancia y cuando las personas en las cuales se obró el milagro, están inconscientes? Es Fe en la Energía. Llámesele Dios o como se quiera. Para mí, es más accesible Dios- Energía. Debería intentar creer un poco, darle el beneficio de la duda. ¿Vale la pena hacerse cuadritos la vida cuestionándose cosas que pertenecen al territorio de la fe? ¿Qué gano con eso? ¿Para qué lo hago? Cierto, la duda es el principio del conocimiento… ¿Pero lo es en cuestiones de fe? ¿Lo es en la Sabiduría?

Para terminar (que ya es tarde): Cuando era adolescente y hablaba con otras compañeras, que se lo cuestionaban más todo, me sentía mal porque yo lo aceptaba todo ingenua y pasivamente, no me cuestionaba nada. Era una niña grandota. Pero era más feliz sin cuestionármelo todo… Hay cosas que no merece cuestionarlas tanto… Y creo que la fe es una de ellas. En este mundo, en estos tiempos, es raro encontrar a alguien que se cuestione todo, y sin embargo tenga fe… No hablo de las personas fanáticas de X ó Y denominación religiosa. Hablo de personas poco religiosas, que a pesar de eso, quieran tener fe. Creo que es algo que vale la pena intentar…

Ya es 26. Desde que fui a visitar a mi amiga a Río Dulce he estado acostándome a la una o dos de la mañana y el 24, que fue Nochebuena fue el colmo: a las cuatro… Así que el 25 andaba rebotando de sueño, además de que estuve bebiendo vino con mi tío y mi primo Ale a quien tenía siglos de no ver. No bebimos mucho. Ni una botella entre los tres. Mi tía olvidó mis galletas… Es tradición de hace años que ellos me traen deliciosas galletas navideñas y yo les doy un pastel navideño. Este año a penas hice unos cuantos. Y eso porque el 21 tenía un convivio con las vecinas y me había comprometido a llevar pasteles. Estuvo muy alegre el convivio. No tenía ganas de ir (no me apetecía, nada, como dije al principio), pero fui porque no le voy a dar poder a las “no ganas” y porque además, había quedado en llevar los pasteles navideños.

Por cierto, hasta ahora que fui con mi amiga de Río Dulce le conté cómo habían estado las cosas en España. Ella me dijo que cómo había aguantado tanto y que cuando yo estaba allá y le escribía diciéndole que estaba triste, ella no entendía por qué estaba triste si estaba con la persona que amaba. Pero a veces, el amor no es suficiente. Sobre todo cuando no es mutuo. Si sólo una persona ama, no salen adelante las cosas. ¿Lo que más lamento? No haber podido hablar de todo esto con mi ex. Me lo callaba todo. O mejor dicho, me callaba lo que tenía que decir y decía lo que debí haber callado. Porque según mi ex, sólo él puso de su parte en la relación y yo no hice nada. Yo hice todo lo que pude… Cuando se está con depresión, es como estar en una burbuja, sin querer/poder interactuar adecuadamente con el mundo exterior. Ahora que estoy lejos y fuera de todo eso, lo veo y reconozco los errores, tanto propios como de él. He aprendido mucho. Fue doloroso, pero aprendí mucho. Gracias a él soy mejor de lo que era y siempre voy a agradecer a Dios el haberlo conocido y amado.

En mi país la Navidad es muy colorida y olorosa con todos los elementos decorativos propios de la región, que se utilizan para adornar las casas, el árbol, el Nacimiento (Belén, Pesebre). Al entrar a la sala de la casa se siente el olor a Navidad. Extrañé mucho el olor cuando estuve en España. Aquí se utiliza manzanilla, pino, pinabete (árbol endémico como un abeto pero con olor, que está en peligro de extinción), pashte, musgo, gallitos (las tres son plantas parásitas que crecen en los árbolesy tienen un color y olor especiales), etc. Siempre había tenido vacaciones para esta época. Hasta ahora. Me afectó la falta de vacaciones (snif, snif). NO sentí na`, nada de nada. Sólo esa mezcla de pena con la sensación de que algo va a pasar.

Las comidas que se acostumbran acá son tamales de Navidad (son elaborados con masa de maiz, una salsa con especias propias de Mesoamérica –México incluído-, tomate, carne de pavo, pollo o cerdo, pedacitos de chile pimiento, aceitunas, ciruelas pasa, y envueltos en hojas de plátano), pavo o pollo relleno, pierna de cerdo horneada, galletas navideñas, pasteles de frutas marinados bañados en vino, brandy o coñac, molletes (panes dulces rellenos de crema –nata- con vino, pasas y miga del propio pan, bañados en miel de caña). Se prepara ponche de leche con huevos y ponche de frutas (se cocina con agua papaya, manzana, plátano, piña, canela, clavo de olor, jengibre, rosa de jamaica, y azúcar al gusto), a ambos se les puede agregar el “piquete”: un chorrito de ron. El pavo, los pasteles de frutas y las galletas reflejan una clara influencia del norte, pues son comidas que se suelen acostumbrar en Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Holanda… Los molletes y los tamales sí son típicos del país. La gente suele beber bastante para estas fechas. Los convivios son reuniones de amigos, compañeros de trabajo o vecinos en las que se come comida de la época, pero el principal motivo de reunión son las botellas: cerveza, ron, whisky, cusha, lo que caiga… hay incluso un famoso circuito de convivios entre los bebedores de profesión: “De Guadalupe a Reyes”, esto es empezar el día de la Vírgen de Guadalupe (el 12 de diciembre) y terminar el día de Reyes. Hay mucho alcoholismo en el país. Un psiquiatra que me dio clases decía que el alcohol es el psiquiatra del pobre. En estas fechas se incrementa el consumo de bebidas espirituosas, las hepatitis y pancreatitis alcohólicas, las hemorragias gastrointestinales, los accidentes por conducir en estado de ebriedad, los que debutan con diabetes y las hiperglicemias, entre los diabéticos. Ya me estoy preparando mentalmente para la otra semana… Ya veo lo que vendrá… Las caras de culpa o de “yo no fui” con glicemias de trescientos y más… Ya lo veo ya.

Y por cierto, la semana pasada organicé un convivio con los pacientes. Creí que nadie llegaría… Tenía pena porque nadie me confirmó que sí lo haría, pero a las diez de la mañana fueron llegando. Con el apoyo de tres laboratorios farmacéuticos (algo que den, con todo lo que ganan!!) les dimos refacción y regalitos. Me habría gustado hacer canastas navideñas (muy coquetas, arregladas en canastas de mimbre verdes o rojas, tal como las que estaban a la venta), pero inicialmente sólo un laboratorio había colaborado. Tuve que hacer la multiplicación de las 3 canastas iniciales, que derivaron a bolsas, pues no alcanzaba para coqueterías. Les colocamos (con la enfermera) un rollo de galletas, dulces, café, refrescos (todo para diabéticos, claro!), adornado con una moña roja. Hicimos siete “canastas”. La sorpresa fue que el 20, que era el día anterior al convivio, apareció otro visitador médico para dar su donación. Con eso compré jaleas y galletas (seis), dos turrones y dos cajas de galletas con café. Lo rifamos según el número de expediente, primero, y luego con juegos. Les dije que se presentaran todos (para que se conozcan) y que expresaran sus deseos por la Navidad y el Año Nuevo. Mi sorpresa fue que en lugar de hablar de ellos (algunos lo hicieron, y fue terapéutico porque hablaron de cómo se han sentido, de cómo han mejorado y se dieron apoyo unos a otros), empezaron a echarme flores a mí! Eso no me lo esperaba. Me dijeron que me querían mucho y que agradecían mi cariño, mi apoyo y la orientación que les he dado. Me echaron muchas bendiciones. Se me salieron las lágrimas! No me esperaba eso. Quiero mucho a mis pacientes. Cada uno es especial y me han enseñado mucho, he aprendido mucho junto a ellos. Total, que terminamos todos abrazados. Llegaron veintiocho personas. Incluso, mis viejecitas. Y al día siguiente, me llevaron tarjetas y regalos, tres de ellas… Me dan mucha ternura… Sé que pasan penas para comprar su medicina, y aún así, hicieron el esfuerzo de llevarme algo. La gente es linda. Sólo necesita un poco de amor. Todos la pasamos muy bien, los pacientes se divirtieron, el esposo de una paciente les dio una clase de Tai Chi y aprendieron, se conocieron, expresaron lo que han sentido con la enfermedad, en fin, que hay que repetirlo!! El día del Cariño en febrero es una buena opción también… Dios bendiga a todos y cada uno de los pacientes, no sólo míos, sino en todo el mundo, de cualquier enfermedad (o accidente) que estén padeciendo.

Esta semana que pasó fue muy ajetreada. Salí a buscar regalitos para mi familia e intenté infructuosamente buscar zapatos para mí. Cuando estaba esperando a mi hermano frente a una juguetería, me comí un baggel vegetariano y estuve observando a las chicas que pasaban… Estoy desfasada. La mayoría de mujeres menores de cuarenta andan así: pantalón de cintura baja, acampanado de las piernas. Ombligo al aire. Uno que otro piercing o tatuaje. Blusas de tirantes, enseñando la espalda o strapless. Collares grandes, de colores o joyería de plata. Cabello liso, con mechas (corto o largo). Zapatos (sandalias, cerrados o botas) con punta y tacón de aguja, altos. Es como el uniforme. Ha hecho calor, como en verano. Hasta hoy, que hay un poco más de frío. Yo no tolero los zapatos tan altos, peor con punta de aguja: ya veo a estas mujeres en la consulta del Ortopedista, operándose por tener los dedos deformados. Esos zapatos no son anatómicos y hacen daño a los pies! Los pantalones de cintura baja y anchos abajo no le lucen a todas. Las latinas somos más anchas de caderas y esos pantalones van mejor con una chica estrecha de caderas, más alta. Vi a una chica veinteañera muy guapa, claro exponente de la guatemalteca clase media/alta, en el centro comercial: más o menos de 1.70 mts, delgada (sí le lucía el pantalón de cintura baja), morena, de cabello liso, largo, joyería de plata vanguardista, una blusa strapless, botas de punta y tacón de aguja y un bolso grande de cuero. Las chicas de veinte años de ahora son más flacas. Como que se van adaptando los cuerpos a la moda (y no hablo sólo de la anorexia, pues son más estrechas de caderas y el hueso no se estrecha por la anorexia, se descalcifica y da osteoporosis, sí, pero con el tiempo…) de mujeres altas y flacas, como modelos. Suspiro. No, yo estoy desfasada. No encontré los zapatos que buscaba: negros, de tacón mediano, no demasiado puntiagudos… Para mí, ante todo la comodidad y la elegancia. Claro que unos zapatos altísimos se miran mejor, pero no son cómodos y son insalubres. No voy a martirizar mis pobres piecitos sólo por andar a la moda! Además, eso de andar a la moda es… “Beee”, rebañesco, como mínimo. Y no me agrada ser parte del rebaño!

Por cierto, en mi búsqueda de zapatos (ya estaba harta, no sé cuántos lugares visité), en una de tantas zapaterías del centro comercial, un chico me habló, se presentó conmigo amablemente, pero no me pidió el teléfono ni el e-mail. Y también me vio cara de médica, ¿tanto se me nota? Ya van dos. Debería salir sola más a menudo. SOLA. Sin amigas ni nada. Al parecer si se sale en pareja o en manada se espanta a los chicos…

Y hablando de chicos, ahora que estoy de vacaciones hasta del gimnasio, antes de que se me olvide trataré el tema de los chicos del gimnasio. El gimnasio es sólo de mujeres, pero los instructores de pesas (los instructores de aeróbicos no, nada que ver) son unos niños muy guapos. Y digo niños porque son de veinte añitos. Por supuesto, todos tienen cuerpazo. Jorge es moreno, de sonrisa y ojos encantadores; Giovanni es blanquito, con cara de niño y muy dulce. Alejandro es muy atractivo y amable. Y a sus tiernas edades, ya están casados. Bueno, Alejandro no. Aún. La novia y las respectivas esposas de los otros, llegan a cuidarlos. Porque hay chicas (adolescentes, veinteañeras, incluso cuarentonas) que les coquetean descaradamente. Siempre he pensado que los chicos guapos son como los atardeceres o las pinturas: algo para contemplar y recrearse la vista… La belleza es hermosa (y codiciada). ¡Y es una suerte que contraten chicos tan guapos de instructores! Pero al final, sólo un físico hermoso, pero con un interior vacío, no sirve de nada. Hay que mirar más la belleza del alma que al contrario de la física, no se acaba con el tiempo sino que aumenta, si se cultiva. Eso siento yo.

Me acabo de enterar de dos hechos terribles: el 22 de diciembre, 7 niños, y 21 adultos fueron asesinados en San Pedro Sula, Honduras, por integrantes de una mara. La mara Salvatrucha y la mara-18 están haciendo competencia para ver quién mata más personas… También están desafiando al Presidente de Honduras que junto con el Congreso decretó ilegales a las maras y ahora pueden encarcelarlos por reuniones ilícitas. Atravesaron dos autos frente a un bus y con metralletas y fusiles de asalto, lo balearon. Un bus lleno de señoras con sus hijos, que iban a sus casas con regalos y comida para la Navidad. Decretaron duelo nacional en Honduras. ¿Y las autoridades? El decreto sólo hizo que emigraran para acá… Es muy triste. Estamos a manos de esos delincuentes. ¿Qué hacer con ellos?

Hubo un terremoto en Asia. Maremoto, mejor dicho. Lo siento mucho. Muchos países afectados, más de 23 mil muertos y miles de desaparecidos, sin contar con todas las personas que perdieron su hogar. Ojala de Guatemala se mande ayuda para allá, yo colaboraría con gusto. Anoche, cuanto me enteré del Tsunami, se me puso la piel de gallina. Mi madre me había dicho que también sentía como si algo fuese a suceder. Al parecer, mi madre y yo parecemos perritos: olfateamos la tragedia, y eso que era del otro lado del mundo… Ayer amanecí sintiéndome bien, el cansancio, la desesperación, con preocupación y tristeza habían desaparecido. Ya no tuve ninguna de esas sensaciones… Me gustaría hacer algo más por las personas que están sufriendo. Algo más que rezar, como dijo el cínico del Papa. Y digo cínico, porque con toda la riqueza que hay en el Vaticano y en las iglesias que son centros de Peregrinación… ¿No podrían ayudar a todas esas personas un poco aunque sea, vendiendo algo de lo que tienen? No digo el patrimonio cultural, que hay que conservarlo, pero piezas de joyería, dinero… ¿No pueden desprenderse de algo de lo que tienen? ¿No debería, por obligación moral, tener el Vaticano un grupo parecido a la Cruz Roja, en caso de desastres o guerras? Digo, así el cristianismo tendría más sentido. Por eso es que me lo cuestiono, lo de la fe… ¿Tiene que ver la fe con la religión? Yo siento que no. Y un Buen Año Nuevo, lleno de aprendizaje, amor, paz, sabiduría, metas y sueños realizados para todas las personas que habitamos este planeta. Y que Dios nos libre del mal y transforme el corazón de las personas que hacen daño por egoísmo, por miedo, pod poder. Y como diría el pequeño Tim del cuento de Navidad de Dickens: “¡Qué Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros!” Namasté

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.